Dos chicos caminaban por las calles de Wolfden en silencio, mirando los rayos del sol que golpeaban sus cuerpos con poca intensidad, la caída del sol a punto de ser abrazado por el atardecer era lo más destacable del clima despejado y cálido que había adoptado en ese día, aquel diez de agosto en el cual había sido el más extraño durante toda la semana para ambos.
Horas atrás, habían terminado una larga jornada de entrenamiento en aquel lugar que tanto los acogió durante mucho tiempo, el gimnasio que frecuentaban. Al inició, más que por gusto, era necesidad primordial debido a que, al entrenar, drenaba el estrés del pelinegro que anteriormente, al igual que el castaño, ingería ciertas sustancias indebidas para su cuerpo. Era casi imposible negarse a ceder ante los impulsos de los efectos que causaba en su ser; Sin embargo, fue en el momento en el cual ya no pudo más, por el cual decidió parar, de alguna u otra forma. Y lo encontró.
El gimnasio YellowWood, donde la magia teñida de sangre, sudor y golpes era la que abría las puertas de aquel lugar, sitio frecuentado por adultos jóvenes, que buscaban entretenimiento en peleas clandestinas bajo aquel nada llamativo gimnasio en el cual ya hacia un sitio perfectamente adaptado para combates cuerpo a cuerpo donde muchos apostaban y otros sólo iban a pasar un buen rato, pero lejos de ser su principal fuente de atención, usualmente lo frecuentaban con el fin de poder recuperar condición física entre otros aspectos importantes para la salud, ese era el propósito principal de Hyunjin al visitar dicho lugar cada fin de semana.
Pero específicamente, ese día miércoles habían decidido visitar el lugar, a petición del chico azabache que había recurrido al lugar para dejar mercancía a varios clientes que tenía en YellowWood, sin embargo, esa tarde, Changbin pudo notar a un Hyunjin más retraído de lo normal, solamente observaba en silencio sin decir mucho o hablar a menos de que fuera necesario, y eso era algo extraño, pues su mejor amigo sabía que algo andaba mal, o al menos, que había algo de lo cual no estaba enterado.
Terminó por confirmarlo debido a que, en el camino, fue el mismo hijo mayor de los Hwang quien le dedicó una mirada con algo que Seo no supo descifrar exactamente. Había determinación en los ojos café oscuro del chico castaño a su lado.
- Bin... Creo que tomé una decisión. - Habló sin ningún tono de broma o juego en su voz, aquello fue lo que hizo al mayor saber que iba en serio.
- ¿Uhm? ¿Qué es exactamente?
- Quiero dejar eso.
- ¿Eso? ¿Las drogas?
- Sí, decidí continuar con el tratamiento que me dieron al salir del hospital, ya no quiero consumir nada.
Una sonrisa se posó en los labios del chico pelinegro denotaba alivio, por lo que pasó su musculoso brazo al rededor del hombro del castaño mientras le relataba una mirada cómplice y algo curiosa, observando la suave sonrisa en los labios del castaño, que estaba tranquilo por la respuesta positiva de su mejor amigo, quien incluso sin decir mucho, notaba el apoyo de su parte.
- ¿Cómo fue que cambiaste de opinión de un día a otro?
- No fue de un día a otro, llevo casi... Uh, creo que casi tres meses sin consumir nada, desde que lo hice la última vez, después de que Innie comenzó a evitarme... No se sintió igual.
- ¿A qué te refieres?
- Hueco, no era un sentimiento de libertad como el de siempre, sólo vacío, no era lo que necesitaba.
- ¿Cómo fue que dejó de sentirse así? Pensé que adorabas esa sensación.
- Encontré una sensación mejor, cuando Jeongin me llevó al parque de diversiones, quiero eso de nuevo, cuando subimos a la rueda de la fortuna.
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𝐃𝐲𝐬𝐩𝐡𝐨𝐫𝐢𝐚 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧/𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐡𝐲𝐮𝐧 [4]
Fanfiction¿Qué pensarías si recuerdas que conociste al amor de tu vida por primera vez apunto de suicidarse? Pesadilla de muchos, realidad para Hyunjin. El cual nunca imagino que su tan adorado elixir fuera reemplazado por algo mucho mejor, o más bien... Por...