Siempre miro a través de esta ventana, buscando una respuesta a las dudas que no me dejan en paz, trato de concentrarme, pero no puedo, siempre que trató de pensar en otra cosa, alguien más aparece de la nada en mi mente.
¿Soy yo quien ya se ha vuelto loco?
La inquietud jamás me deja, ni siquiera cuando estoy por comer, o cuando me ducho, tampoco cuando duermo... Y me está matando, siento a mi corazón retorcerse, no encuentro la causa, o más bien, tal vez no logró reconocerla. Él está volviendo.
Él... Lo odio.
No hablo del imbécil de Sangjun.
Tampoco de las personas del pasado de mamá.
Ni siquiera del pequeño renuente ante la pérdida de su padre.
Hablo de él.
Lo veía todos los días, hoy también logré verlo, lo observo detenerse en la parada de autobuses más cercana, lo siento pasar desapercibido de los demás, lo veo desaparecer en las sombras, escondiéndose como el ser deplorable que es, lo escucho dar pasos silenciosos, caer lentamente como las gotas de agua... Lo odio tanto.
Incluso después de tanto tiempo en el cual no logré verlo, ahí está, de nuevo, en una esquina simplemente observando, mantiene su silencio sepulcral y jamás habla de lo que ocurre tras aquellas paredes que tanto lo resguardan y lo alimenta. Se hace más fuerte, y parece odiarme, sus ojos profundos se clavan con los míos fijamente, su mirada vacía denota que ha vuelto no para darme ánimos, sino para joder, siempre fue así.
Los últimos trescientos sesenta y cinco días han sido realmente extraños, empezó por una desgracia y terminó con otra, ahora miro por la ventana las nubes del cielo que muestran mi momento favorito del día, el único momento en el que lo olvido a él, y recuerdo a la persona que ahora agobia a mi mente. Pero los días cubiertos por aquel precioso ciclo constante es lo único que me brinda consuelo.
Igual que unos días después de ingresar al hospital tras mi intento fallido de suicidio.
Oh...Era verdad, había una apuesta.
¿Y qué ocurriría si ahora no quiero ganar? Maldito Hwang Hyunjin, deja de ser tan lindo.
Recuerdo claramente lo que sucedió tras despertar, insultaba sin parar al idiota de mi ahora gran amigo como si realmente él tuviese la culpa... Ahora tal vez, y sólo tal vez, me arrepiento un poco. No merecía tantas palabras malas.
El lado bueno, es que él sabía como tratar con personas de mierda como yo, o al menos eso pensaba. Siempre se tomó toda la dedicación y el tiempo de ganar mi confianza aunque fue de poco a poco.
Lento, como pasitos de pingüino.
Aún tengo en mente la vez que no pude evitar soltar toda la carga emocional retenida que llevaba dentro, y su reacción asustada a encontrarme llorando mientras me aferraba con fuerza a las sábanas. Recuerdo que me preguntó si podía darme un abrazo... Si era sincero, fue mi abrazo favorito, de todos los que me ha dado.
En aquel abrazo deje salir todo, y cuando digo todo, era todo, incluído saliva y flujo nasal. Uh... Sí es vergonzoso de recordar, pero lo que a mi corazón le reconforta fue que sólo se limitó a acariciar mi espalda y decir muchas palabras extrañas de consuelo.
"Tranquilo, llorar está bien, déjalo salir"
"Es sólo baba, no es para tanto, sigue llorando si lo necesitas"
"No está mal sentirse mal, tampoco está mal sentirse bien. Lo que realmente no es correcto es fingir sentirse bien cuando te sientes mal."
"Todo estará bien, yo cuidaré de ti, mocoso"
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𝐃𝐲𝐬𝐩𝐡𝐨𝐫𝐢𝐚 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧/𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐡𝐲𝐮𝐧 [4]
Fanfic¿Qué pensarías si recuerdas que conociste al amor de tu vida por primera vez apunto de suicidarse? Pesadilla de muchos, realidad para Hyunjin. El cual nunca imagino que su tan adorado elixir fuera reemplazado por algo mucho mejor, o más bien... Por...