Antes de él.
Noches atrás, recuerdos e imágenes poco agradables del pasado regresaron a su cabeza, tan sólo recordarlo, lograba formarse un nudo en su garganta, uno el cual le impedía respirar. No es consciente de cómo fue que sobrevivió exactamente a ello, antes de Hwang.
Antes de él, lo único que conocía se esfumó por completo, mucho antes de la llegada del chico con aspecto de hurón. Se remontaba a la época que más odiaba, cuando era un estúpido preadolescente, con la noticia de saber que sería prácticamente imposible abandonar el lugar donde se centraban todos sus malos recuerdos y los traumas en su máximo esplendor, en ese entonces reconocía que poseía cadenas que, para ese entonces, le eran imposibles de romper. Era como si algo le robara el aliento, como si existieran manos invisibles al rededor de su cuello impidiendo el paso del aire a sus pulmones, que para ese entonces, respirar era toda una batalla constante.
Si bien había aprendido algo durante esa época, fueron todos los errores que cometió, no con los demás, sino él mismo. Fue capaz de verlos y no reconocerlos, ni siquiera entendió cuándo fue el momento en el que comenzó. En el que él fue el encargado de hundirle lentamente, pero aquello era algo en lo cual creía plenamente, que lo que ocurrió fue culpa suya, aún lo recordaba, ese día...
Escuchaba el sonido del gran reloj del aula, marcaba las doce y media, escuchaba risas, gritos, cantos al exterior, sin embargo, decidió quedarse dentro. Sus ojos se centraron el la pizarra frente a él, en este ya hacían plasmados varias operaciones que habían sido su centro de atención desde hace media hora atrás, escuchó a la profesora insistir para que saliera a jugar con los demás chicos, más no lo hizo.
Prefirió quedarse en aquel lugar aislado de los demás, su mirada perdida ya hacía fija en la pared de color grisáceo frente a él, sintió la brisa recorrer sus delgados brazos cubiertos por una capa de un suave vendaje oculto bajo las mangas de aquel cómodo abrigo escolar de color negro que le hacía sentirse más cómodo. Era verano, hacia demasiado calor sin embargo, ese día había adoptado un clima más templado de lo habitual.
Sus ojos rasgados bajaron hacia el cuaderno de matemática frente a él donde, en la última hoja de éste ya hacía lleno de dibujos sin sentido, al menos, serían así para los demás, para el pequeño pelinegro era él era un método de drenaje de aquellos sentires que lograron abrumar a su pequeño pecho. Eran palabras que no podía decir, más sin embargo, las podía dibujar.
En la hoja del cuaderno ya hacía la silueta de un pequeño muñeco con una expresión estoica semi melancólica, detrás de él, ya hacían tres sombras; La tercera sostenía su cerebro, y un círculo semi marcado que denotaba vacío donde se situaba este órgano en el cráneo del pequeño garabato; De igual modo, la primera sombra ya hacia sosteniendo el corazón sangrando del dibujo, y que de alguna manera, el vacío en el pecho del personaje se reflejaba de la misma forma que en la cabeza de dicho dibujo, con círculos sin forma denotando el lugar hueco; Por otro lado, la segunda sombra, ya hacia con sus manos sobre los hombros del pequeño humano, empujando hacia abajo los hombros del triste garabato en su cuaderno, como si fuese una carga sobre él. Las expresiones tétricas de cada sombra eran lo más peculiar, sonrisas afiladas y desfiguradas, ojos huecos, volviendo a reflejar vacío con una enorme equis en cada ojo de las sombras de color azul como el bolígrafo con el cual lo había hecho.
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𝐃𝐲𝐬𝐩𝐡𝐨𝐫𝐢𝐚 - 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧/𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐡𝐲𝐮𝐧 [4]
Fanfic¿Qué pensarías si recuerdas que conociste al amor de tu vida por primera vez apunto de suicidarse? Pesadilla de muchos, realidad para Hyunjin. El cual nunca imagino que su tan adorado elixir fuera reemplazado por algo mucho mejor, o más bien... Por...