Profesora Homofóbica

XXVI

Hoy siento una nostalgia que me resulta familiar.
Uno de esos días que crees que pasó algo importante pero no recuerdas que.

Estoy en la cafetería a la que solía venir.
He decidió probar las cosas que trae el menú y creo que el moca es mi nueva bebida favorita.

Miro al rededor y recuerdo las cosas que hiciste aquí. Probablemente mi nostalgia es causada por estar aquí.

Recorrer la ciudad a veces no es mala idea, tengo la esperanza de encontrarte de casualidad.

Ya no me has vuelto a enviar mensajes y tampoco lees los míos. ¿Ya no quieres hablar mas conmigo? ¿Así es como quieres terminar las cosas? Si esto era lo que querías, dejarme de a poco y pretender que nada pasó es muy cruel de tu parte, pudiste decírmelo desde el principio.
Dime que hago yo ahora con mis sentimientos. ¿Por qué juegas así de cruel conmigo?, ¿Es una especie de venganza esto?, ¿Te parece divertido jugar con los sentimientos de los demás?, ¿Por qué me haces odiarte de a poco?

Dios, ¿Cuándo me volví una mujer solitaria? O tal vez siempre he sigo así pero hasta ahora me doy cuenta de lo sola que estoy.

Un sonido familiar hace que deje de caminar y reviso la notificación que aparece en la pantalla de mi teléfono.

*Nuevo mensaje*
Lucía:
¿Estás en casa? Tengo vino.

Desde cuando ella pregunta si estoy en casa, ella simplemente llega y ya.

*Mensaje*
Tú:
No, espérame dentro. Llegó en 20min.

Lucía:
¿Cómo se supone que voy a entrar?

Tú:
Te di una llave, tonta.

Lucía:
Ahh, es probable que la haya olvidado.

Tú:
Porque no me sorprende.

Lucía:
Te espero afuera. Apúrate que hace frío.

Tú:
Iré lo más rápido que pueda.

Lucía:
Espero y no vengas caminando de rodillas.

Tú:
¿Cómo sabes que no ando en auto?

Lucía:
Soy adivina, cariño.

Tú:
Siiiii, es eso.

Agradezco que Lucía no me haya dejado tan sola desde que Andy se fue. Son muy pocas veces que nos vemos pero podemos desahogarnos la una con la otra cuando nos encontramos.

Debería llevar algo para prepararle pero no me apetece cocinar.
Nada se me antoja hacer ahora.

Nunca he sido una persona que muestre sus verdaderos sentimientos a las personas, pero supongo que por amor uno cambia su manera de ser, de pensar y actuar. Me pregunto porque no pasé por este tipo de cosas cuando estaba con Eliot, ¿En realidad él me gustaba?
Recuerdo ciertas sensaciones pero nunca fueron tan fuertes como las siento ahora. La sensación tristeza, de desesperación, de olvido.

Veo un local de una pizzería y a mi mente viene el recuerdo de Lucía admirar una rebana de pizza italiana como si fuera su amor verdadero y decido comprar una.
Entro y un cálido calor y olor a tomate con especias inunda mi olfato y de pronto se me antoja comer en ese instante.

-._Buenas tardes, me gustaría ordenar una pizza mediana italiana con orilla de queso. Por favor.

-._Buenas tardes, claro que si, ¿para llevar o para comer aquí?