Más notas.

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Han pasado ocho semanas en las que he recibido una carta por semana.

En la primera semana la carta que fue deslizada por la puerta de mi oficina mientras me regañaba a mi sola por ser tan estúpida, tenía como firma la letra "E".

La segunda carta la encontré dentro de mi bolso, pero ahora firmada con la letra " S".

La tercera estaba en mi coche. Cómo la metió, quien sabe, pero esta ahora estaba firmada con la "P".

La cuarta, estaba entre mis carpetas en donde guardo la asistencia de cada grupo. Pensé que eso tenía que ver con él que me deja las cartas pero ni al caso, no veo a nadie sospechoso, tanto que pensé que tal vez pudo a ver sido uno de los profesores pero sinceramente lo veo imposible. Literal, me tienen odio. No sé porque pero sé que lo tienen. En lo que estaba, esta nota estaba otra vez firmada con la letra " E".

¡O sea, está jugando conmigo!

La quinta describía cómo me sentía. Cansada, dudosa, pensativa y distraída. Me sentí extrañamente desnuda. Generalmente nadie puede notar tal cosa en mi, a no ser que me ponga mucha atención, pero por lo visto con esta cierta persona ha estado muy atenta estas ultimas cinco semanas. ¡Ya ha pasado más de un mes!
Esta nota se encontraba firmada con la letra "R".

Por más que le diera vueltas a las notas ¡no les encontraba origen!

O sea ¿quién le deja " notas de amor" a una profesora de 40 años?
Solo una persona con la mente corrompida podría hacerlo.

Estaba decidida a olvidar las notas y...¡sorpresa! Otra nota fue deslizada por la puerta de mi oficina.
Me levante lo mas rápido que pude y salí corriendo a abrir la puerta para ver quién había sido. Pero no, no había nadie, era como si la tierra la hubiera tragado después de deslizar la maldita nota por debajo de la puerta.
Cerré la puerta y cansada de este maldito juego, recojí la nota.
Ya ni me tomé la molestia de leer el contenido, solo me fui directo a la letra a la que tengo entendido tiene por firma y esta era la  "A".

En serio que nunca se rinde.

Las dos últimas notas estaban firmadas con las letras " R"  "É".

Esto es un mal chiste.

.

Tengo todas las notas esparcidas por la mesa, leyéndolas y releyendolas porque tengo la esperanza de encontrar alguna pista, pero nada es relevante. En cierta parte le he cogido cierto cariño, me ha hecho sentirme especial y segura de mi misma. La forma única con la que me describe hace que me sonroje ligeramente. Es raro sí. Eliot nunca fue de está manera conmigo. Pero está persona hace que hasta el mas mínimo movimiento que haga sea como poesía, y sus rimas no están tan mal. Tiene algo de labia.

Y como si hubiese pasado un hada que me tiró un poco de sus polvos mágicos, una idea brillante pasa por mi cabeza.
Junte cada letra que utilizaba como firma en orden en el que se me fue " entregada" y estas hacían una sola oración.

"T"
"E"

"E"
"S"
"P"
"E"
"R"
"A"
"R"
"É"

TE ESPERARÉ.

¿Pero quién pudo...?
Ohhh, ya.

Maldita seas Thompson.

Quién más sí no.

Lo  sospeché pero no creí que ella fuera de está clase de chica.

¡MALDITA SEA!
¡LAS CÁMARAS DE SEGURIDAD!
¿POR QUÉ NO PENSÉ EN ELLAS ANTES!

Subo a mi auto y me dirijo a toda velocidad al instituto.
Cuando he llegado me voy directo al cuarto de "seguridad" donde nunca hay nadie. Quién sabe porqué y no me importa. Una vez que tengo acceso a las grabaciones de las cámaras, retrocedo hasta los dos meses pasados.

Entones es cuando veo a Thompson deslizar las notas y salir corriendo antes de que yo salga. Veo como es que baja el cristal de mi auto y deja la nota allí para después subirlo con sus manos. Se ven todas menos la nota que dejo en mi bolso y  la que dejo en mis carpetas.

Sin querer una lágrima resbala por mi rostro. No sé porque. No siento la necesidad de llorar. No tengo el sentimiento adecuando como para que una lágrima haya salido.

Me siento excitada con esta situación, mi cuerpo suda, siento como el nacimiento de mi cabellera pica. Tengo la necesidad de correr. Me siento impotente.

Subo a mi auto y arranco saliendo del instituto lo mas rápido posible.

Conduzco a no sé donde.
Últimamente siento qué no sé nada.
Pero es que así es. Me la paso diciendo:
No sé
No sé
No sé

Diablos. Nada sé.

Te odio, Thompson.

Acelero más y cuando he parado mi subconsciente le ha dado la orden a mi cerebro de conducir hasta el apartamento de Thompson sin darme cuenta.

O tal vez estoy consiente pero soy demasiado orgullosa para reconocerlo.








Hey, disculpen por no actualizar seguido.
Prometo ser más activa.
Gracias por leer.  ❤

Profesora Homofóbica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora