Segundo Día.

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Toca el timbre anunciando la hora de receso. Salgo de salón y me encamino a mi despacho; cuando estoy a punto de llegar veo a la alumna nueva acorralando a una chica diferente a la del día anterior; lo iba dejar pasar hasta que vi que la chica nueva la beso. Me dio asco y tuve que cambiar mi camino de mi despacho al baño. Entré y me mojé la cara; podría ir con el director a reportarla pero es nueva y lo más obvio es que solo la vaya a advertir y que no se vuelva a repetir. Salí del baño y me dispuse a ir a mi despacho sin importar que ellas siguieran allí con su teatro. Iba llegando y ni rastros de ellas había. Fue un gran alivio para mi; entré y dejé mis cosas sobre el escritorio, tomé asiento y me puse a corregir los trabajos de los demás grados. Cuando terminé vi la hora y faltaba cuarenta minutos para que mi última clase del día comenzara, y para mi maldición me tocaba con la alumna nueva. No quiero verla, sólo de pensarla siento náuseas, pero no puedo hacer nada, sólo ignorarla. Con aque ella no se me acerqué todo estará bien.

Pasado los cuarenta minutos me encamino hacia mi última clase, entro y todo está a como me gusta, en silencio con la espalda recta, y estoy más que satisfecha.

-._Buenos días jóvenes-._les saludo y ellos lo hacen después de mí.

Dejo mis cosas sobre el escritorio y me siento; miro al salón y a la primera que veo es a la chica nueva que se sienta justo enfrente del escritorio, miro a todos y después de eso saco mi lista.

Cuando voy por la mitad, leo un nombre que no había leído antes.

-._Andy Thompson-._ levanto mi mirada para encontrarme con la alumna nueva con la mano alzada.

-._Presente-._dice con voz educada, al menos ella la tiene.

Después de unos segundos me doy cuenta de que me la he quedado mirando, bajo rápido mi mirada y me centro a terminar de pasar la lista.

La jornada terminó, aveces quisiera que no acabara para no tener que llegar a casa, pero eso es imposible.
Cuando llego a mi casa lo único que siento es soledad, como si no existiera nadie, todo está en silencio y oscuro que me provoca miedo. Dejo mis cosas sobre el sofá y subo las escaleras con destino a mi habitación, me doy una ducha larga cuando termino me pongo ropa cómoda tomó mi libro, mi bolso y subo al auto. lo pongo en marcha.
Cuando he llegado a mi destino, el aroma del café se hace notar en mis fosas nasales, sin querer los ojos se me cierran al aspirar el aroma del café, hay mesas ocupadas hoy, pero hoy no será la excepción de cambiar de mesa, voy a mi mesa de siempre y saco mi libro. Apenas me he sentado cuando siento la presencia de alguien, levanto mi mirada y veo que es la que siempre me atiende sosteniendo en sus manos una taza, le sonrió y ella deja la taza enfrente mío, la miro con cara de confución, ella se ríe negando y habla.

-._Su café Europeo-._dice sonriendo.

-._Oooh, gracias-._le agradezco devolviendole la sonrisa-._y gracias por tomarte la molestia de aprenderte mi pedido de siempre.

-._No es molestia, tengo una buena memoria, por sierto me llamo Lucía, Lucía Rodgers.

-._Mucho gusto Lucía, yo me llamo Alice Johnson-._me presento ofreciéndole mi mano.

-._Mucho gusto Alice-._dice sonriendo a la vez que estrecha mi mano.

Nos quedamos unos segundos mirándonos con una sonrisa tonta plasmadas en nuestros labios.

-._Bueno, tengo que regresar al mundo de la esclavitud, si necesita algo estaré a su disposición.

Hago un asentimiento de cabeza y ella se retira; tomo la taza de café entre mis manos y dejo que mis manos se calienten, hacerco la taza a mi boca pero antes de tomar el primer sorbo, aspiro el dulce, amargo y nuevamente dulce olor de mi café Europeo. Es como si fuera mi droga. Tomo el primer sorbo y la espuma que tiene me deja un bigote por encima de mi labio superior, me lo limpio con la punta de la lengua para después regresar a mi lectura.

La lectura es lo único que me puede desprender del mundo por un corto período. Me gusta aveces engañarme a mi misma de que la vida siempre tiene un final felíz, pero cuando regreso a la cruda realidad, me doy cuenta de que sólo me hago más daño dejándome fantasear con lo más estúpido de éste mundo, los finales felices no existen o al menos no en mi vida.

Levantó mi mirada del libro, llevo más de cinco tazas de café, miro por la ventana y ya es de noche, alzo la mirada para buscar a la chica que me atiende; cuando la encuentro levanto la mano moviendola suavemente, ella me mira y me hace un gesto indicandome que enseguida viene, mientras tanto guardo mi libro y saco mi cartera para pagar la cuenta.

-._¿Necesita algo, señora?-._me pregunta con una sonrisa al final de la frase.

-._Si, la cuenta por favor-._le pido devolviendole la sonrisa.

-._Oooh, ya ha sido pagada, señora.

-._¿Qué?-._digo confundida.

-._Si, su cuenta ya ha sido pagada.

-._Pero yo no he pagado nada-._digo aún confundida.

-._Le han pagado la cuenta.

-._¿Quién?

-._Pues, me dijo que no le dijera nada a usted sobre quién fue que pagó la cuenta-._me explica.

-._¿Por lo menos me puedes decir el sexo de la persona?-._digo guardando mi cartera.

-._Una chica-._me dice sonriendo.

Me paralice a escuchar eso.

-._¿Una chica dices?-._dije abriendo mas los ojos.

-._Si, si una chica-._me confirma moviendo rápidamente su cabeza de arriba a abajo.

-._Oooh, bueno gracias y si viene otra vez esa "chica"-._hago con los dedos las comillas-._le puedes dar las gracias de mi parte y que no lo vuelva a hacer, por favor-._ella asiente con la cabeza-._gracias, Lucía, eres un amor.

-._Hasta pronto, señora, que vuelva pronto-._me dice con una sonrisa.

-._Hasta pronto-._me despido devolviendole la sonrisa.

Salí de la cafetería y me metí a mi auto, me quedé allí mirando hacia la cafetería para ver si veía a una chica sospechosa, sólo espere algunos segundos porque una chica con lentes de sol se acercó a la que me atiende.

Quién más sospechosa que esa llevando lentes de sol a una cafetería en plena noche

Sólo hablaron por unos pocos minutos para que después la chica de lentes de sol saliera, pero cuando salió de la cafetería se quitó los lentes.
No puedes ser cierto.

¡¿Por qué ella?!

Era Andy Thomson, la chica nueva.

Diablos.

Profesora Homofóbica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora