CAPÍTULO 1: PAULA

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Como cada domingo por la mañana, la familia de Paula había asistido a la iglesia.

El Pastor había terminado de dar la prédica y los fieles se sentían alentados por las promesas y fidelidad de Dios.

La reunión estaba a punto de terminar.

Santiago subió al escenario para dar algunos anuncios, entre los cuales avisaba que Cristina Chávez, una señora mayor que asistía a la iglesia, estaba internada.

Todos conocían y querían mucho a esta anciana que era muy amable y cordial con todos; siempre tenía un carácter alegre y optimista.

Santiago comentó que la familia de Cristina estaba buscando alguna chica responsable y de confianza que pudiera cuidarla en el hospital. Estaban dispuestos a pagar un generoso sueldo, pero necesitaban a alguien con disponibilidad de horarios.

Paula escuchaba con atención desde su banco.

Su familia estaba atravesando un tiempo difícil en cuanto a los económico. El trabajo de su padre había bajado muchísimo, y el reducido sueldo de Esther, apenas si alcanzaba para cubrir los gastos fijos.

Este trabajo representaba una oportunidad única de ayudar a su familia.

Mientras todos se saludaban en el salón luego de terminada la reunión, se dirigió al banco donde estaban sus padres para consultarles sobre su idea.

_ Quisiera cuidar a Cristina en el hospital_ les comentó.

_ ¿Estás segura? _preguntó Hugo un poco confundido.

Paula nunca había trabajado. Estaba en segundo año de la carrera de enfermería, y hasta el momento se había focalizado en llevar sus materias al día y rendir con buenos promedios. Quizás por eso Hugo se sintió confundido por el interés repentino de su hija.

_ Hija, cuidar a un enfermo es una gran responsabilidad_ comentó Esther.

_ Lo sé mamá, y quiero hacerlo.

_ La familia de Cristina son personas muy exigentes, deberás ser muy responsable y cumplir con todo lo que te pidan.

_Si mamá. Siempre he cumplido con mis obligaciones. Además, necesitamos el dinero.

Hugo y Esther se miraron comprendiendo la verdadera motivación de su hija.

_Paula, no tienes que pensar en eso. Tu madre y yo nos encargaremos de la economía de la familia, tu responsabilidad por ahora es solo estudiar. No queremos que descuides tus estudios.

_No lo haré. Creo que puedo con las dos cosas. Las clases no comienzan hasta dentro de un mes_ explicó Paula a sus padres con seriedad y mucha fortaleza_ Además, quiero ayudarlos.

Hugo y su esposa se miraron resignados.

_ Está bien, puedes hacerlo, pero debes entender que una vez que aceptes el trabajo, tendrás que terminarlo, aunque sea duro y no te agrade, no podemos quedar mal con esta familia.
_Seré responsable, se los prometo_ respondió con firmeza.

Sin demorar, hablaron con la familia de Cristina para coordinar una entrevista.

Matías salió del quirófano con las manos en alto y se dirigió directo al lavatorio.

Luego de tres largas horas, había terminado una cirugía reconstructiva en una paciente que tenía una fea cicatriz en el rostro.

Estaba satisfecho con su trabajo, este tipo de cirugías le desafiaban como profesional y tenían un fin más allá de lo estético y la vanidad que muchas mujeres que llegaban a su consultorio buscaban.

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