CAPÍTULO 16: MENSAJES

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Los días siguientes Paula evitó a Matías.

No quería que le hiciera preguntas, ni tener que dar explicaciones de lo que había sucedido.

Matías regresó a su trabajo y a las cirugías, impidiendo que regresara a casa temprano para encontrar a Paula.

Ella estaba muy confundida.

Cristina la notó extraña. Más callada y pensativa.

_ ¿Estás bien Paula?_ preguntó la anciana mientras ambas tomaban mates en la mesa del comedor.

_ Si Cristina...

_ No me engañas, hace días que te noto dispersa y desanimada... no tienes que contarme, pero quiero decirte que Dios se interesa de todas las cosas que pasan en tu vida. Quizás quieres llevar esta carga pesada tu sola y eso te está agotando... lo mejor sería dejarla en manos del Señor y que sea él quien te dé descanso y paz.

Paula sonrió ante aquel cometario.

¡Qué sabias que eran siempre las palabras de aquella mujer! ¡Siempre oportunas! ¡Cuánto anhelaba ella poder tener la capacidad de pensar claramente!

_ Los problemas del corazón tienen la cualidad de cambiar nuestro estado de ánimo, actitudes y hasta nuestro rostro... Si en algo puede ayudarte esta anciana... no dudes en decirlo. Las heridas sanan más rápido cuando las compartes con alguien.

_ Lo sé Cristina, y de verdad le agradezco. Por ahora mi mente está en mis estudios, debo rendir una materia en tres días y me he atrasado bastante.

_ Si necesitas tiempo para estudiar, puedes tomarte unos días.

_ No se preocupe, traigo mis apuntes y leo aquí mientras usted descansa.

Un ruido de llaves se escuchó en la puerta. Era Matías.

Paula se removió incómoda en su silla.

Matías saludó a ambas mujeres y se sentó en la mesa con ellas.

_¿Cómo estuvo tu día en la clínica?_ preguntó Cristina.

_ Bien. Dos cirugías complejas. Una niñita con una mal formación en el pie... y otro muchacho con labio leporino... Estoy agotado. Pero valió la pena.

_ Me alegro. Justo hablábamos con Paula de sus estudios, que tiene que rendir unas materias.

_ Si necesitas ayuda, en lo que sea, solo dímelo_ agregó Matías mirando a Paula.

_ Gracias. Por ahora voy bien. Solo debo esforzarme por mantener mis calificaciones.

_ Las cosas que cuestan son las que más valoras en la vida_ afirmó Cristina.

Y aprovechando que tenía la atención de ambos jóvenes continuó.

» Y las relaciones por las que uno tiene que luchar son las que se hacen más fuertes.

La última vez que Antonio estuvo internado, poco antes de morir me preguntó:

_Cristina... ¿He cumplido con lo que decía tu lista?...

Yo le respondí: _ Has hecho todo y aún más, estoy completamente enamorada de ti...

Para él, aquella lista y ganar mi amor, fue un desafío de toda la vida...

Creo que cualquier otro hubiera renunciado en la primera semana... Pero él me amó y creyó que valía la pena...

_ Cristina... ¿Qué decía la lista?_ preguntó Paula intrigada.

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