Paula subió las escaleras con cuidado.
Llevaba una gran bandeja que Carmen había preparado con la comida para Matías.
La planta alta estaba silenciosa y oscura. Fue inevitable pensar en la noche que golpeó a su jefe con el paragua y casi muere de un susto pensando que sería un ladrón.
También vino a su mente el día que acompañó a Matías a la cena de la clínica y en esa pieza junto al pasillo se puso el elegante vestido negro que le quedaba tan bien.
Recordó el fin de semana que cuidó a Cristina mientras Matías viajaba a Uruguay para un curso médico.
Por momentos aquellos recuerdos parecían tan lejanos, aunque solo habían pasado algunas semanas.
Caminó despacio hasta la habitación de Matías.
Golpeo dos veces la puerta de madera y esperó.
_ ¡No quiero comer nada!_ escuchó decir con voz ronca del otro lado.
Sin hacer caso a la respuesta, Paula se ingenió para sostener la bandeja con una sola mano y girar la perilla del picaporte con la otra.
_ Carmen, quiero estar solo_ murmuró sin asomar la cabeza.
En la penumbra de la habitación Paula divisó una mesita junto a la ventana donde apoyó la bandeja.
_ No soy Carmen_ se atrevió a decir al mismo tiempo que corría la cortina de la ventana dejando entrar unos fuertes rayos de sol.
Al girar, la imagen que encontró la llenó de preocupación y angustia.
Tirado en la cama, con un barba desprolija y los ojos enrojecidos, se encontraba Matías.
_ ¡Oh por Dios!_ exclamó mientras se acercaba.
Tocó la frente para comprobar sus sospechas: tenía fiebre.
La palidez de la piel y las pronunciadas ojeras le indicaban lo demacrado que se encontraba.
_ ¿Qué haces aquí?_ preguntó sorprendido al ver esa imagen frente a sus ojos.
Quizás pensó que era una ilusión producto de su misma fiebre.
Había soñado con ella por momentos, imaginando que venía a su encuentro, que regresaba a él...
De golpe la misma visión se encontraba allí, mirándole con dulzura y preocupación.
Comprendió que era real, cuando ella lo tomó de ambas manos para ayudarlo a sentarse en la cama.
_ ¿Qué haces? ¿Por qué me levantas?
_ ¡Vamos! ¡Tienes que darte una ducha para que se te baje la fiebre! Además, la necesitas con urgencia.
_ No quiero_ protestó casi como un niño.
_ No te estoy preguntando Matías Chávez, es una orden.
Con dificultad se puso de pie y Paula le sostuvo de un costado acompañándolo hasta la entrada del baño.
_ Paula... yo..._ intentó explicarle.
_ Te bañas y luego hablamos.
_ Lo siento...
_ No tienes de que disculparte. Anda_ agregó señalando la ducha.
_ Gracias_ susurró mientras ella se alejaba.
Carmen llegó de inmediato ante el llamado de Paula. Aprovecharon el tiempo que Matías demoró en ducharse para sacudir las cortinas y abrir de par en par las ventanas, y cambiar el juego de sábanas.
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DÉJATE QUERER
RomanceTodos queremos un amor para siempre. Un amor que llene de alegría y color nuestras vidas. Paula es una jovencita soñadora que quiere enamorarse y conocer al amor de su vida. Aceptará el trabajo de cuidar a una anciana enferma, sin imaginar que la hi...