CAPÍTULO 18: AYÚDAME

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Ya en su casa, Paula se permitió volver a llorar en su almohada.

Se sentía humillada, lastimada.

No solo por los mensajes de Marcos, sino por las palabras de Matías.

<Quizás en el fondo te gusta que él te quiera>

¿A caso era verdad?

No, no, ella no estaba feliz.

Quizás si había tenido pensamientos egoístas sintiendo que Agustina merecía que esto le sucediera o que Marcos no la quisiera...

<¿Sería un castigo de Dios por esos sentimientos de envidia?>

_ ¿Por qué no le dije?_ las palabras de Matías resonaban una y otra vez en su cabeza. Se veía afectado y triste por lo que estaba pasando.

Paula no dejaba de reprocharse. Seguramente él la habría ayudado y hubiera puesto a Marcos en su lugar, tal cual como lo hizo en la glorieta del parque.

Repasó con su mente cada suceso de aquella fatídica noche:

Los mensajes de Marcos, la pelea en la glorieta, el olvido del celular... pero luego vino a su mente el tiempo que compartió junto con Matías en la mesa: las charla, las risas, las dulces palabras de alago de él, sus miradas, los cometarios, su compañía incondicional, el momento que la defendió de Marcos...

No todo había sido tan malo...

Y la diferencia la había hecho la presencia de Matías.

Fue en ese segundo que una luz brilló en su mente...

Marcos no puede ser la persona que Dios tiene para mi... ¿Cómo pude enamorarme de alguien así? Nadie la había humillado y lastimado tanto como él.

Pero Matías... Eso era lo que ella quería, así quería sentirse al lado de alguien: amada, valorada, respetada, elegida, cuidada, especial...

Todo lo que Matías le había hecho sentir en aquel momento, en aquella noche, era lo que ella necesitaba.

Fue como si las fichas de un rompe cabezas se pusieran en orden mágicamente.

< ¡Es él! ¡Él es la persona que quiero a mi lado! ¿Por qué no pude darme cuenta antes? ¿Por qué no escuché a Cristina cada vez que me lo decía?...>

...

Matías colgó el saco, aflojó el nudo de la corbata, se sacó los zapatos y se dejó caer de espaldas en la cama.

_ ¡Vaya si están difíciles las cosas! ¿Por qué justo tenía que enamorarme de Paula? Dios... ¿Por qué permites estos sentimientos que me lastiman? ¿No he sufrido ya lo suficiente? ¿Por qué la cruzaste en mi camino?

El silencio de la noche lo dejó lleno de preguntas y sin ninguna respuesta y así se quedó dormido.

...

Paula y Matías no volvieron a verse por un tiempo.

Quizás la vergüenza de ella por lo que había sucedido, quizás el sufrimiento de él por pensar que ella aún seguía queriendo a Marcos...

Matías salía bien temprano en las mañanas para ir a trabajar a la clínica y comenzó a llegar tarde para no encontrarla.

Paula no preguntó por él y evitó las conversaciones con Cristina que tuvieran que ver con su nieto.

Nadie supo bien cuáles fueron las razones, pero simplemente se distanciaron.

Aquella separación, solo logró afirmar más los sentimientos de los dos.

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