El celular sonó marcando una notificación y Paula extendió su mano para verlo.
Una etiqueta de Instagram mostraba la foto de ella y Matías en la cena de Gala. El comentario debajo era de Agustina: ¿Quién es ese Bombonazo? ¿Dónde lo tenías escondido?
Paula volvió a mirar la fotografía.
Se veía feliz y Matías también.
Había sido una gran fiesta y se había divertido al ser por una noche la falsa novia de su jefe, aunque solo fuera para hacer enojar a su ex.
Se preguntaba de donde había sacado Agustina aquella fotografía y quienes más la habían visto.
No quería generar rumores falsos, y sabía que a su amiga le encantaban los escándalos.
Optó por no responder. Que Agustina pensara lo que quisiera.
...
Cristina seguía mejorando cada día más. Se la veía fuerte y saludable.
Los días calurosos de verano ayudaban en su recuperación y los paseos con Paula por el jardín favorecían su sistema circulatorio y muscular. Los médicos se asombraban de que en dos meses se sintiera recuperada.
Era el último fin de semana de enero.
Paula ya se había retirado a su casa.
Matías se estaba por ir a acostar cuando su abuela lo llamó para pedirle que la llevara el domingo a la iglesia.
Hacía meses que ella no iba, y con esa excusa, aprovecharía para que su nieto también asistiera y se acercara un poco más a Dios.
Cuando estuvo internado, Cristina le leyó muchas historias de la Biblia y oraban juntos. Al salir del hospital, comenzó a asistir a la iglesia todos los domingos. Disfrutaba de acompañar a Cristina. Le encantaban las alabanzas y las historias. Tenía un corazón sensible al Señor, era obediente y respetuoso, pero al crecer, dejó de asistir.
_ Por favor querido. Si me acompañas me sentiré tan feliz.
_ ¿Por qué no le pedimos a Paula que ella te lleve?
_ Ella seguro que asistirá, pero me gustaría entrar a la iglesia de tu mano, como cuando eras un niño. ¿Puedes darle el gusto a tu abuela?
Matías soltó un suspiro aceptando la derrota.
No podía negarse a un pedido así. Además, poder ver a Paula era un buen incentivo.
El domingo siguiente Matías cumplió su palabra y llevó a Cristina.
Llegaron temprano y se ubicaron en los bancos de adelante.
Paula se alegró al verlos y caminó directo a saludarlos y sentarse con ellos.
Muchos hermanos se acercaron a saludar con cariño a la anciana, ya que era muy apreciada por todos.
Estaba por comenzar la reunión cuando Marcos y Agustina llegaron.
Caminaron de la mano por el pasillo y se sentaron en la fila de al lado casi a la misma altura que Paula.
Un nudo se atoró en su garganta. Era la primera vez que se encontraban desde la fatídica noche de fin de año.
La primera vez que los veía desde que se habían puesto de novios.
Trató de no mirarlos, de no darle importancia, pero fue más fuerte que ella.
Su rostro no podía disimular la decepción y el dolor.
Matías también lo notó.
Ese debía ser el culpable de lastimar a Paula.
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DÉJATE QUERER
RomanceTodos queremos un amor para siempre. Un amor que llene de alegría y color nuestras vidas. Paula es una jovencita soñadora que quiere enamorarse y conocer al amor de su vida. Aceptará el trabajo de cuidar a una anciana enferma, sin imaginar que la hi...