Ambos estaban destruidos por dentro, el lloraba en su auto, ella guardaba aquel nudo que no podía soltar.
Choi - ¿Qué te dijo?
Dan – llevara su número telefónico a la casa, le dije que se los diera a algún guardia, necesito que uno de ellos se encargue de mi cuando tu no estés, el más confiable, no quiero tenerlo cerca, no quiero motivos para tus celos, él no se ira, quiere estar cerca de los niños, la misma persona que se encargue de mi será quien se los entregue y los reciba cuando los lleve –él la miraba de vez en cuando ella lo noto y sonrió – deja de verme, me pones nerviosa –llevo sus manos a su rostro- ¿podemos ir por comida?
Choi - ¿Qué quieres comer?
Dan – mmmm –pensó- bulgogi, no, eh, pollo frito picante –él sonrió- con un pastel de chocolate y soda –ella se dio cuenta que al fin lo pudo distraer e imaginando que aquel tipo era Kook tomo de su mano entrelazándola, él se quedó atónito ante su acto – te tengo una pregunta
Choi - ¿Cuál?
Dan –cuando firmemos los papeles de divorcio ... ¿Cuánto tiempo debo esperar para poder cambiar mi apellido?
Choi – detén el auto y baja –ordeno a quien manejaba, él lo hizo y apenas les dejo el se lanzo a la boca de ella, Dan, complicada le siguió el juego, excitando al hombre tocándolo como si de ella dependiera su vida, Go tomo de sus caderas, levantando a la chica y acomodándola sobre él, quería que ella sintiera eso que le provocaba, y por primera vez ella se dejó llevar por el deseo de sus caricias, de sus besos, sus lágrimas cayeron en silencio, y los besos de él bajaron por su cuello, tomo fuerte de sus caderas y la movió friccionando sus intimidades, Dan gimió un sonido exquisitos para los oídos de Choi, alzo su vista a ella y noto las lágrimas, limpiándolas con delicadeza.
Dan – no te detengas –tomo de su mano – por favor sigue.
Choi - ¿Por qué? –ella no supo que decir, sentía deseo, pero solo el hecho de verlo hacia que lo odiara con todas sus fuerzas y de paso a ella por hacer esto, por estar entregándose a un hombre que no es su galleta prohibida.
Dan – es... primera vez que me tratas así, que no me obligas, que no usas la fuerza, que me excitas con tus besos y caricias
Choi – vamos a casa bebe, - la tomo y bajo de sus piernas toco la ventana y pronto su conductor subió, ella ya no podía dejar de llorar, lo intentaba, pero no lo conseguía.
El viaje de vuelta a casa se volvió silencioso, en la cabeza de Dan ocurrían muchas cosas, tantas que comenzaba a doler, procesaba todo lo vivido, desde que Kook volvió del servicio hasta el momento en que supo que el murió, luego las torturas que vivió por parte del hombre a su lado, quería desaparecer de la faz de la tierra completamente.
Apenas llegaron ambos bajaron del auto, y entraron a casa, ella dejo sus pertenencias en el sofá y se dirigió a la cocina, GoNam la siguió, Dan tomo la leche y la sirvió en un vaso, pero el hombre se le arrebato de las manos y las dejo en la encimera, tomando inmediatamente del cuerpo de ella, comiendo sus labios, apoyándola a un lado de la leche, derramándola en el piso.
Los besos desesperaban a cualquiera, incluso a ella que le tenía tanto odio por todo lo que le ha hecho, pero una parte, en lo profundo de su corazón notaba el cambio que él tuvo. Desde hace un tiempo sentía la necesidad de cambiar de dueño, de hacer que otro hombre saciara su sed, de, quitar por completo al hombre que la abandono dos veces.
En ese momento la puerta sonó y ambos detuvieron sus actos respirando agitados, se vieron a los ojos, Choi deslizo con lentitud, las manos hacia su femineidad, Dan levanto de su cabeza dando un gemido que fue interrumpido una vez más.
Choi - ¿son tus hijos?
Dan – no lo creo, deberían llegar en unas horas, debe ser alguien que vino por ti. –ella trago aire, el tomo de su bolsillo el teléfono y marco a uno de los guardias, ella desabrochaba la camisa de él.
Choi – ¿quién es? .... ¿Quién? ... -ella beso su pecho- es Jungkook –le dijo viéndola, ella no se detuvo a pesar de oírlo, levanto la vista y desabrocho su cinturón.
Dan – dile que estamos ocupados –soltó el botón de su pantalón – que deje lo que le pedí, después te comunicas con él. –saco su miembro y lo masajeo.
Choi – ya la oíste, has lo que ella diga –dejo el teléfono sobre el mesón y siguió excitándose junto a ella- me dejaras con las ganas Dan.
Dan - ¿Por qué?
Choi – recuerda lo que dijeron, no puedes, no quiero poner en peligro a mi hijo –ella chasqueo la lengua.
Dan – te enseñare algo –se bajó del lugar y tomo de su mano, aun con su miembro afuera camino por donde ella le indicaba, rumbo al cuarto, a un lado de la cama que de vez en cuando compartían le quito la ropa, lo hizo recostarse en ella – debo pedirte algo
Choi – lo que quieras.
Dan – sé que no me dejaras amarrarte, -quito sensualmente su blusa, así que, solo por un momento, no uses tus manos –se giró dándole la espalda, quitando su pantalón, agachándose frente a el- no es por mí, es, para que sepas, que no es la única forma de tener sexo –quito su brasier y se sentó sobre él, inclinándose y lamiendo su boca- hoy sabrás de lo que te perdiste todo este tiempo por ser un verdadero idiota- susurro en sus labios y lo beso, Go lentamente subió sus manos a su cabeza disponiéndose para ella.
Dan bajo sus besos, mordiendo el cuerpo de él, dejando marcas evidentes que excitaban al hombre que las recibía con placer, sus gemidos eran desesperados, aspiraba entre sus dientes y soltaba en roncos sonidos, al llegar a su miembro ella lo devoro y el sentía más placer, casi retorciendo sus piernas y espalda quería tomarla pero sentía que aún no era el momento, intentaba verla, ella en un momento lo vio y despejo la vista para él, eso lo enloqueció un poco más, cuando sintió que el hombre estuvo a punto de terminar ella se detuvo, y volvió a la posición original, tomando el falo aun erecto y duro en sus manos, acomodándolo en su cola, bajo lentamente, su expresión hacia que el hombre se calentara un poco más, invadiendose de deseo por tomar el control, al estar completamente adentro ella quito su mano y poso ambas en el pecho manteniendo su cuerpo para así poder mover solo sus caderas, saltando sobre él, primero lentamente y de a poco acelerando.
Choi – me estas enloqueciendo.
Dan – necesito ayuda –el tomo al fin de sus caderas y la ayudo, más rápido y profundo, una de sus manos la llevo a su clítoris y con círculos pequeños masajeo su zona.
Choi – maldición me estas enloqueciendo.
Dan - ¿Qué quieres hacer? –enterró sus uñas en su pecho- ya hazlo, estoy a punto de –Choi la hizo girar tomando el control de la situación, golpeando con sus caderas el trasero de ella, llegando cada vez más profundo en su ano, dándose el placer que ambos necesitaban, en poco tiempo Dan orgasmito, y al sentir como ella se apretaba el termino dentro de ella.
Ahí estaban juntos, recostados en la cama, el, pensando en lo increíble que fue ella y que tenía toda la razón, se había perdido todo eso por ser un verdadero idiota, y ella en que le había sido infiel a Jeon. La puerta una vez más fue tocada, ella miro la hora desde su teléfono que lo tenía ahí a un lado en la mesita de noche, pasando por encima de él, el sonrió y beso su cuello intentando provocarla de nuevo.
Choi - ¿son los niños?
Dan – no, aún tenemos tiempo –ella fue directo a su boca siendo interrumpida de nuevo por la puerta, Dan se apartó de él y se levantó tomando una bata corta y colocándola en su cuerpo, fue a la puerta y abrió molesta - ¿Qué?
X – lo siento Señora, es que... él no quiere irse hasta hablar con ud –hizo a un lado su cuerpo y vio a Kook
Choi – bebe –le abrazo besando su cuello- habla con él, confió en ti, yo debo ir a una reunión con...
Dan – no quiero saberlo, ninguno de tus negocios sucios, díganle que no quiero hablar con él, aunque se quede todo el tiempo ahí. –giro su cuerpo y entro a su cuarto llorando por que le fue infiel, y con el peor hombre del mundo, fue a su baño y vomito hasta lo que no había comido, la asquiedad se apoderaba de su cuerpo, el arrepentimiento, la desdicha.
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Volverte A Ver (2da Parte SIEMPRE A TU LADO) ~terminada~
Random𝔻𝕖𝕤𝕡𝕦𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕧𝕚𝕧𝕚𝕣 𝕒 𝕡𝕖𝕟𝕒𝕤 𝕔𝕠𝕟 𝕖𝕝 𝕣𝕖𝕞𝕠𝕣𝕕𝕚𝕞𝕚𝕖𝕟𝕥𝕠 𝕕𝕖 𝕤𝕦 𝕖𝕤𝕡𝕠𝕤𝕠 𝕗𝕒𝕝𝕝𝕖𝕔𝕚𝕕𝕠, 𝔻𝕒𝕟𝕚𝕖𝕝𝕝𝕒 𝕤𝕖 𝕖𝕟𝕥𝕖𝕣𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕖𝕤𝕥𝕒 𝕧𝕚𝕧𝕠. ℙ𝕖𝕣𝕠 𝕒𝕢𝕦𝕖𝕝 𝕙𝕠𝕞𝕓𝕣𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕠𝕓𝕤𝕖𝕔𝕚𝕠𝕟�...