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Capítulo 1117

Le tomó a KyuJong un largo rato terminar de reportar al comandante todo el trabajo realizado. Era casi hora de la salida, pero todavía le quedaban varias actividades por realizar, así que necesitaría quedarse un rato más.

Parado frente a la oficina de Saeng, dudó por un segundo antes de tocar a su puerta. Pensando en la conversación que acababa de tener con el Comandante, suspiró con profunda resignación, pues le había sido asignado una nueva misión, lo cual significaba salir de viaje una vez más.

Anteriormente eso no representaba ningún problema para él, pero después de haberse casado era reacio a dejar a su esposo solo en casa, ya que rara vez pasaban tiempo juntos y eso no le agradaba nada.

Su intención no era desobedecer las órdenes del Comandante, pero estaba cansado de ese estilo de vida.

"Pasa, por favor".
Dijo Saeng sin levantar la mirada, estaba examinando el rifle de francotirador que tenía en las manos, mientras registraba meticulosamente la información en un documento.

"¿Qué estás haciendo?"
Preguntó KyuJong. Al mirarlo, pudo confirmar que ya no sentía nada por él, y que aquel enamoramiento era cosa del pasado.

"¡Oh! Estoy comprobando la estructura, el alcance y la letalidad del AK-9. ¿Ya terminó tu reunión con el Comandante?"
Le preguntó con curiosidad, mientras dejaba a un lado el rifle de francotirador. Aunque no le gustaban los chismes, estaba preocupado por HongKi, pues no lo había visto en vario días y lo echaba mucho de menos.

"Sí, ya terminamos. ¿Has podido descubrir algo?"
Preguntó casualmente mientras se sentaba en el sofá, aunque a decir verdad, no estaba muy interesado en el francotirador.

"Aún no. Todavía lo estoy estudiando. Pero dime qué pasó".
Respondió Saeng, mientras se recargaba cómodamente en el respaldo de su silla, prestandole atención.

"Nada. Tenía mucha prisa y no me di cuenta de que estabas ahí".
Contestó forzando una sonrisa. Todo iba bien hasta que encontró a HongKi, charlando alegremente con otro chico en la cafetería; sintió que su corazón se desplomaba una vez más.

"No me mientas; tu mirada distante me dice que algo te anda dando vueltas en la cabeza. Escuché que se trataba de Kikí. ¿Qué pasó? ¿Peleaste con él?
Preguntó vacilante, pues sabía que ese difícilmente podía ser el caso, ya que un hombre maduro y sensato no se pelearía con su esposo.

"Te lo dijo Lee, ¿verdad? ¿Desde cuándo se volvió tan chismoso como Marco?"
Río con una sonrisa impotente e irónica. Sabía que debía castigar a su asistente para que dejara de andar de comunicativo a sus espaldas.

"Quizás ha sido influenciado. ¿Te has dado cuenta de que ya no es tan inseguro como antes?"
Dijo Saeng, quien envidiaba a KyuJong por tener a Lee como su guardia, pues era muy meticuloso en todo lo que hacía. Esperaba que Marco pudiera seguir el ejemplo de ese chico, pero había resultado todo lo contrario.

"Tienes razón; parece que Marco es la manzana podrida. Me encargaré de él".
Bromeó, sabiendo que no lo haría.

"¡Perfecto! Así no tendré que molestarme en hacerlo yo mismo. Pero no trates de cambiar el tema. ¿Qué pasó entre tú y mi pequeño Kikí? ¿Lo estuviste hostigando?"
Preguntó Saeng con una mirada penetrante para obligarlo a decirle la verdad.

"Justo como lo acabas de decir; es tu pequeño Kikí y nunca me atrevería a hostigarlo".
Contestó KyuJong, con una sonrisa amarga. Efectivamente no le había hecho nada a su esposo, como Saeng acababa de decir, era su niño, ni de broma lo hostigaría.

"¡Muy bien! Ni se te ocurra hacerlo, pues nunca te lo perdonaría".
Dijo con una sonrisa de satisfacción. En el fondo sabía muy bien que esos asuntos debían resolverlos entre ellos, y su intención no era interferir en ellos.

"¿Por qué de repente me siento amenazado? ¿Puedo contraatacar?"
Le contestó mirando su reloj. Aunque tenía mucho trabajo, no tenía prisa por irse.

"¿Mayor general, me está desafiando abiertamente?"
Preguntó Saeng con una mirada traviesa, ya que había estado buscando a alguien para practicar, y ahí estaba KyuJong, como voluntario.

"Creo que me entendiste mal; no quiero competir contigo. Si llegara a lastimarte, el señor Kim me comería vivo. ¡Así que lo mejor será no meterme en problemas con él!"
KyuJong. A Hyun no le agradaba y si llegara a enterarse de que había lastimado al hombre que tanto amaba, le daría su merecido. La única opción era estar en buenos términos con él.

"¿Oh? ¿Crees que no tengo las habilidades para enfrentarme a ti? ¡No me subestimes!"
Dijo Saeng, mientras se tronaba los dedos, ansioso.

"¡Por favor! Sabes bien que jamás me atrevería a ofenderlos a ninguno de los dos. Debo irme; aún tengo trabajo y no quiero invitar al desastre".
Dijo, mientras se ponía de pie.

"¡No seas tan matadito! Solo agarra tus cosas y vete temprano a casa con Kikí. Él te necesita mucho".
Dijo Saeng, con una mirada comprensiva. Creía que su amigo podría sentirse solo, así que deseaba que KyuJong se fuera temprano a casa con él. Como oficiales militares, ambos tenían siempre demasiado trabajo y le debían mucho a sus familias.

"De acuerdo. Pero tú también deberías irte a casa temprano. No trabajes tan tarde todos los días".
Contradijo, a quien le dolía el corazón de solo ver a Saeng trabajar horas extras. La vida en el ejército era más dura para un doncel.

"No puedo. Estoy muy ocupado. Ya sabes; hay muchos simulacros y misiones en estos días, así que tengo mucho trabajo".
Dijo Saeng suspirando, pues a su prepotente esposo le molestaba que se quedara tan tarde en la base militar.

"Te debo una disculpa; me tomé una semana libre, y sé que en ese tiempo también tuviste que realizar mis actividades".
Dijo KyuJong, sintiendo pena por él, pues sabía que de cierta forma había sido su culpa que Saeng tuviera tanto trabajo en ese momento.

"No es tu culpa. A veces olvidamos que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Ya necesitabas un descanso. No te preocupes por mí, ya me estoy acostumbrado. Cuando termine todo esto ya no estaré tan ocupado".
Dijo Saeng con una sonrisa, para consolar a KyuJong, mientras se masajeaba entre las cejas. Cuando vio los montones de documentos que estaban sobre su escritorio, supo que también iría a casa tarde ese día.

"¡Eso espero! Bueno, continúa con tu trabajo. Tengo que irme".
Dijo KyuJong, después se dio la media vuelta y salió de la oficina, sin sentir nostalgia por los viejos tiempos.

Unos meses atrás, se resistía a salir de allí cada vez que lo visitaba; afortunadamente ese sentimiento se había esfumado.

Saeng miró pensativo a KyuJong mientras se alejaba; se preguntaba si su amor por él ya se había extinguido. De ser así, eso sería lo mejor para todos. Pero lo más importante era que ya no sentiría culpa cuando estuviera con HongKi.

Al caer la noche KyuJong regresó a su oficina; había estado con el Equipo Águila, y estaba todo cubierto de polvo por las demostraciones que había realizado. Sin asearse, solo tomó el maletín que se encontraba sobre su escritorio y salió corriendo. Ya eran más de las siete de la noche; seguramente llegaría a casa después de las ocho, aun si condujera a toda velocidad.

Se sorprendió mucho cuando vio el llamativo Lamborghini de Hyun estacionado en la puerta.

'Seguramente vino a recoger a Saeng. ¿Todavía sigue aquí? Pensé que se había ido a casa hace mucho tiempo. De haber sabido que seguía trabajando en su oficina, habría pasado a verlo', pensó, después detuvo su auto y se bajó para saludar a Hyun, ya que como HongKi lo consideraba su hermano, era como su cuñado y tenía que demostrarle respeto.

Hyun también notó que un vehículo se le acercaba; al principio pensó que era el Hummer militar de Saeng, pues eran iguales. Pero cuando lo tuvo cerca se sintió decepcionado al descubrir que no era el de su esposo.

No se dio cuenta de que se trataba de KyuJong hasta que salió, y a pesar de la aversión que sentía por él, también bajó a saludarlo.

"¿Qué hace aquí, señor Kim? ¿Saeng no se ha ido a casa todavía?"
Dijo KyuJong para saludarlo, pues sabía que Hyun era demasiado arrogante como para saludar a otros por iniciativa propia.

Un verdadero amor 6a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora