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Capítulo 1162

"Descuida, cariño, estoy bien. ¿Tú cómo estás? ¿El golpe te lo dio en la espada? ¿Te sigue doliendo?"
Le dijo, mirándolo con compasión. De no haber estado en público, él hubiese examinado sus heridas de inmediato.

"Me duele un poco, cuando estemos en casa me pondré algo; no es nada grave".
HongKi solo había querido darle una lección a esos muchachos; en ningún momento pensó que las cosas fueran a ponerse así de feas; por lo que, internamente, lamentó su imprudencia.

"Claro que no, iremos al hospital; no eres médico, así que no sabes si tienes algo más".
Todo lo que le importaba a KyuJong era el bienestar de su esposo; no tenía tiempo para pensar en el joven herido. Por consideración con sus padres, KyuJong no castigó severamente a los muchachos, y tan solo quiso darles una lección.

"Descuida, mañana le pediré a Pol que me chequee la espalda".
A HongKi no le gustaba ir al hospital, por lo que negó instantáneamente la cabeza al escuchar la proposición de su esposo.

"No quería llevar esto a otras instancias pero creo que por su propio bien, debería contarle a sus padres".
Dijo KyuJong, volviéndose hacia los jóvenes. Seguidamente, sacó su celular y llamó al Sr. Yi. Ambos se conocían lo suficiente como para llamarlo.

"Mayor General, por favor no se lo diga a nuestros padres; si llegan a saber esto, no tendrán clemencia con nosotros".
Los muchachos le rogaron, llorando. Estaban inquietos y querían salir corriendo de allí.

"Tienen que aprender que si hacen cosas malas, deben pagar por ello. El mundo no gira alrededor de ustedes".
Arguyó KyuJong, esperando que entrara la llamada.

"¡Buenas noches! Sr. Yi, le habla KyuJong. Lo llamo porque estoy en medio de una disputa civil, por favor, venga y hágase cargo. Por cierto, llame al director de la Oficina de Tráfico también".
KyuJong dio la orden sin vacilar, pues sabía que esos jóvenes no solo extorsionaban a las personas sino que también las golpeaban, lo cual era un delito. Pero como oficial del ejército, él no podía tomarse la justicia por sus propias manos.

"Mayor General, iré de inmediato; también me encargaré de llamar al director de la Oficina del Tráfico".
Respondió el Sr. Yi, mientras el rostro empezaba a humedecérsele con unas gotitas de sudor.

'No sé qué está pasando con la gente últimamente. ¿Cómo podían meterse con oficiales del ejército? ¿Por qué tenían que seguir causándole estragos a personas tan importantes? Anteriormente lo hicieron con el Mayor Coronel, y ahora algo le han hecho al Mayor General. ¿Acaso esas personas no aprecian su propia vida?', pensó el Sr. Yi, con ansiedad.

"Muy bien, dese prisa, por favor. lo estaré esperando aquí".
Seguidamente, colgó el teléfono y le echó un vistazo a los muchachos. Sabía que si no les daba una lección a esos bastardos, volverían a hacer lo mismo; así que no iba a dejar que se escaparan de esa.

"Mayor General, ¿acaba de llamar a mi padre?"
Preguntó uno de los chicos tímidamente. Había escuchado nombrar al Sr. Yi en la conversación telefónica, y supuso que se trataba de su padre.

"¡Nada más y nada menos! ¿Entonces eres tú el hijo del Sr. Yi? Eso sí que es interesante; me pregunto cómo manejará tu padre el asunto cuando llegue".
Dijo KyuJong haciendo una mueca con sus labios.

'Esto no me lo esperaba', pensó. 'De los cuatro muchachos, uno es hijo del alcalde y otro es hijo del director de la Oficina de Seguridad Pública. ¿Quiénes serán los otros dos? ¿Acaso son los hijos del director de la Oficina de Tráfico y de la Oficina de Industria y Comercio? ¿Me habré cruzado con los hijos de todos esos funcionarios hoy?'. KyuJong resopló.

"¿Y qué hay de mi padre? No lo va a llamar, ¿verdad que no?"
Preguntó con terror el hijo del alcalde, y luego pensó: 'Mi padre es el cabecilla de la ciudad. ¡Este hombre no tiene el mínimo derecho a exigirle que venga!'.

"¿Al alcalde? No pensaba llamarlo, pero puedo hacerlo si así lo quieres. Tú decides".
Le dijo KyuJong, sonriendo con malicia. Si bien no tenía el poder para pedirle al alcalde que viniera, eso no significaba que este no lo tomara en serio.

Él era un Mayor General, y su padre había sido un oficial de alto rango en la capital. Quizás el alcalde no le prestara atención a él, pero ciertamente le mostraría respeto a su padre.

"Ehm... Por favor, no llame a mi padre".
Le rogó el muchacho, negando con la cabeza. Si el alcalde iba hasta allí, era porque la persona con la que se metió su hijo era realmente poderosa.

"Kyu, ¿es realmente necesario eso?"
Le preguntó HongKi con cierta inquietud. Él era demasiado joven para entender la burocracia y a los políticos, pero sabía que lo que KyuJong había hecho podía llegar a ofender a los funcionarios y afectar a su carrera.

"Sí, es necesario; sus padres son funcionarios de esta ciudad, y deben saber lo que sus hijos están haciendo a costa de su renombre. Es la única manera de que contengan a estos muchachos; de lo contrario, no tardará demasiado para que cometan un delito mucho mayor".
Arguyó KyuJong, frunciendo el ceño.

¿Por qué esos niños ricos de la burocracia estatal querían desacreditar a sus padres y manchar sus nombres? ¿Acaso no llegaron a pensar que lo que hacían estaba mal? ¿O es que no sabían el daño que estaban haciendo?

HongKi apretó los labios. 'Kyu tiene razón; esos muchachos son apenas unos jóvenes, si hacen algo peor mañana, van a meterse en graves problemas. Es por su propio bien enseñarles esa lección a tiempo', pensó.

"Kikí, está haciendo mucha brisa, mejor entremos al auto".
KyuJin había estado observando a los jóvenes en silencio, sentía que se estaba viendo en un espejo. Si bien él no había cometido ningún crimen, sí había hecho cosas terribles respaldado en el nombre de su padre. Ciertamente, no había demasiadas diferencias entre él y esos chicos.

"Anda, Kikí, sube al auto con Jin. Cuando todo se resuelva, volveremos juntos a casa".
Dijo KyuJong, quien estaba acostumbrado al clima frío, pero hacía demasiado para HongKi, pues tenía puesto un pantalón delgado. Además, a él no le gustaba el frío, incluso envuelto en el abrigo del ejército, no dejaba de temblar. En ese momento él se dio cuenta de que su esposo era realmente friolento.

"No, te acompañaré en esto. Ah, olvidé darte tu abrigo. ¡Que estúpido soy! Ponte tu abrigo primero, que yo me pondré el mío".
Dijo HongKi, quitándose el abrigo y dándoselo a KyuJong. Seguidamente, se inclinó y sacó su propio abrigo, que era más grande, y se lo puso. Inmediatamente, se sintió más cálido, pues su abrigo era de terciopelo, lo que lo hacía más caliente que la delgada chaqueta militar.

KyuJong se puso el abrigo que le entregó sin discutir, pues su mente se dilató con la promesa que le hizo de quedarse a su lado. No pudo evitar sentir cierta calidez en su corazón, incluso la fría noche de invierno parecía haberse hecho más cálida.

Los jóvenes quedaron atónitos, mirando a KyuJong con los ojos espabilados. No se habían sentido tan intimidados antes.

KyuJong lucía incluso más majestuoso y honorable usando su chaqueta militar; se veía intimidante, así que evitaron hacer contacto visual con él. El joven de la mano fracturada estaba especialmente asustado. En ese instante, todos desearon retroceder en el tiempo y nunca haber chocado el auto de HongKi ni haberlo obligado a pagar por los daños; de esa manera las cosas no hubiesen terminado así para ellos.

Al cabo de diez minutos llegó el Sr. Yi, junto al director de la Oficina de Tráfico. Tan pronto como vieron a sus hijos, se pusieron rojos de la ira.

"Mayor General, estamos aquí. ¿Qué es lo que está pasando?"
Preguntó el Sr. Yi, quien, a pesar del invierno, tenía una fina capa de sudor en su frente. No sabía cómo reaccionar y le propinó una mirada amenazante a su hijo.

"Llegaron bastante rápido".
Dijo KyuJong con las manos en los bolsillos, en actitud arrogante, y miró a los oficiales pensativamente. Ellos no habrían estado tan furiosos si no hubieran sido sus hijos los culpables del aquel crimen.

Un verdadero amor 6a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora