Especial San Valentín

19.6K 2.1K 2.5K
                                    


Este es el especial más largo que he hecho hasta ahora y el primer San Valentín +18. Mamá perdóname D:

Antes de leer, sugiero que se hayan leído tooooda la historia primero, ya que contiene algunos spoilers. Aunque yo sé que habrá pipol que debe ir por la mitad y ps les ganó el chisme JAJAJ a esas personas: holi. Y a las que leyeron todo el libro, les informo que esto pasa solo unas semanas después de que todo se fuera al carajo.

Ahora shí, ¡Feliz Día del amorsh y la amistad! 🥰

____________________________


14 de febrero

EL CORTE DE CABELLO DE SETH

Llevábamos escabulléndonos de la logia durante unas semanas. Yo estaba cansada, había perdido la cuenta de en cuantos lugares habíamos intentado descansar. Me resultaba tan irónico que después de ayudar en comedores comunitarios, fuera yo la que necesitara la ayuda de los voluntarios. No era fácil; a veces sentíamos que nos encontrarían, por eso no descansábamos lo suficiente.

Llegó a un punto nuestra paranoia, que decidimos hacernos un cambio de imagen más radical. Yo fui la de la idea, por ello, la primera en hacerlo. Me corté el cabello, lo teñí de negro y compré lentillas de color marrón. Para esconder la fisonomía de mi nariz, busqué unas gafas lo suficientemente gruesas para que cubrieran mi tabique. También cogí un piercing falso y cambié mi estilo de vestir. Lucía como el prototipo de chica mala en las películas. Frente al espejo, al menos, me veía diferente.

El problema fue Seth.

Seth, Seth, Seth. No había demasiados cambios que hacerle, aunque uno muy importante era su cabello. Él, por supuesto, se negó a cortarlo.

—Es la fuente de mi rebeldía —decía.

Claro, porque esa tontería era más importante que pasar desapercibidos para una secta que ardía en cólera a causa de exponerlos.

Discutí demasiado con él sobre su corte de cabello. Con suerte lo convencí para que lo tiñera, pero ¿cortarlo? ¡Eso jamás!

Aunque, claro, todo tiene un precio y después de una serie de advertencias, logré convencerlo. Así que un 14 de febrero en algún lugar de los suburbios de Estados Unidos, declaramos que sería titulado como «Adiós, Cabello».

—Por favor, ten piedad de mi cabello.

—Sh... silencio. —Apenas buscaba las tijeras.

Seth estaba sentado en una escuálida silla. Tenía las manos cubriendo su moño y las piernas las movía sin parar.

—No puedo creer que realmente estés así de nervioso —me burlé al percatarme de aquel detalle.

—Jamás has cortado cabello además del tuyo.

—Ajá.

—Pero sí te has cortado un dedo.

Blanqueé los ojos.

—Te dije que eso pasó cuando era pequeña. Y no tiene ninguna relación con cortar cabello.

—Pero piénsalo bien: si no puedes cortar un trozo de papel, ¿podrás cortarme el cabello? Claro que no podrás.

—Seth, no puedo creer que estemos discutiendo por algo que crece.

—Yo tampoco, podríamos estar viendo televisión.

INTENCIONES OCULTAS  EAM#2 | PRONTO EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora