Sobre la pasión y otros peligros (‹‹Serie Lennox 2››)

Capítulo 7 ;; Más animal que hombre.

—¿Vas a estudiar un sábado por la tarde? Cariño, eres la chica más estudiosa que conozco.

Mi padre se ríe. Ambos sabemos que está mintiendo, pues si alguien es "la chica más estudiosa que conoce" es Asia.

—Sí, es que pronto es el examen de física y Bell me pidió que le explicara algunas cosas.

—Me parece perfecto. Bueno, ¿a qué hora volverás?

—¿Puedo quedarme a dormir?

—Claro. Solo no te duermas tarde.

—No, pa.

Me besa en la frente y salgo de la casa.

Eros me da un abrazo apenas me ve.

—Fri, te ves cansada. ¿Has dormido bien?

Le dirijo una mirada de reojo a Derek, que también me está mirando.

—Me desvelé. Salí con un chico.

—Uuuuuy, ¿de verdad? —Eros alza las cejas con picardía. —Cuenta todo con lujo de detalles.

Derek pone los ojos en blanco y vuelve a lo suyo, afinando su guitarra.

—Más tarde. Ahora tenemos que prepararnos para esta noche —replico, riéndome.

—Tenemos todo el tiempo del mundo.

Se sienta en el sofá con interés. Sean no pierde el tiempo y hace lo mismo.

—Vaaaale. —Rodeo los ojos, divertida. —Se llama Bill.

—Uh, Bill —susurra Sean y asiente con satisfacción. —Tiene cierta musicalidad.

—Es un nombre de estúpido —masculla Derek.

—Me preguntó si estaba libre anoche, y le dije que sí. —Me encojo de hombros, mirando a mis amigos. —Fue bastante dulce.

—Qué tierno. ¿Y pasó algo más? —Eros levanta las cejas repetidas veces.

—Bueno... sí.

—Uuuuy.

Retengo una risa. Eros y Sean están inclinados hacia adelante, esperando que cuente todo, pero no hay mucho más que contar.

—Eso es todo.

—¿Y te llevó a casa? —pregunta Sean.

No puedo evitar mirar brevemente a Derek.

—No...

—Eso le quita puntos, definitivamente. —Eros esboza un mohín. —¿Y cómo volviste? Me hubieras llamado, dulzura, y yo te habría ido a buscar.

—No fue necesario, dulzura, porque yo la llevé —espeta Derek, irritado.

—¿Te puedes callar 5 años? —resoplo.

—Buena manera de mostrar tu gratitud.

—En fin. ¿Comenzamos a ensayar? —Esta vez, vuelvo a dirigirme a mis amigos.

—Claro. Vamos por la comida.

Aunque dudo mucho que sea fundamental para ensayar, no digo nada cuando Eros y Sean desaparecen por la puerta.

Aprovecho la ocasión para hacer la pregunta que está rondando por mi mente hace horas.

—¿Derek?

—¿Qué?

—¿Puedo preguntarte algo?

—Acabas de hacerlo.

—¿Tú me llevaste a mi cama anoche?