Sobre la pasión y otros peligros (‹‹Serie Lennox 2››)

Capítulo 27 ;; La culpa.

MARATÓN 1/2.

Mer entrelaza su brazo con el mío.

Lleva un cardigan gris encima del vestido floreado que le regaló Soph, para combatir el frío. Yo, que soy un poco más friolenta, llevo un gorro de lana y un abrigo gordo.

Al entrar a la cafetería, optamos por sentarnos en una mesa que está pegada a la ventana. Aquí no hace tanto frío, así que nos quitamos un poco de ropa y la colgamos de la silla.

—Mer, no tenías que hacer esto.

—Claro que sí. Ese chico te dijo un montón de cosas horribles por mi culpa.

Arruga el entrecejo con culpabilidad. Me ha invitado a un café para compensar lo de Bill, aunque nada de lo sucedido es su responsabilidad.

—No. Me lo merecía —aseguro y tomo sus manos por encima de la mesa.

—No digas eso, no es verdad, nunca lo será.

—Lo lastimé. Lo hice creer que estaba enamorada, pero la verdad estaba confundida... con alguien más.

—¿Con el tal rockerito?

Asiento con la cabeza.

—Con el tal rockerito.

—¿Quieres hablar de él?

—Su nombre es Derek...

—¡El chico que te llamó Ojos de Hámster! —me interrumpe con asombro y diversión.

—Ese mismo. —Suelto una risa. —Han pasado muchas cosas desde entonces.

—Dicen que del odio al amor hay un solo paso, ¿eh?

Y luego, le cuento toda la serie de sucesos que nos han llevado hasta este momento. Las peleas, las conversaciones en mi habitación, la noria, el viaje, las tensiones, los besos que no llegaron a concretarse y aquellos que sí, los celos, las canciones... Cada instante es importante; positivo o negativo, nos han convertido en lo que hoy somos.

Mi hermana, como toda lectora y escritora romántica empedernida, recarga su mentón en su mano y suspira dramáticamente.

—Tengo que escribir un libro de eso.

—Ni se te ocurra.

—¡Sería genial! ¿Cómo podría titularse? "Sobre El Amor y Otras Canciones".

—Mmm...

—"Sobre La Pasión y Otros Ritmos".

—La verdad es que no me convence.

—"Sobre La Pasión y... Otros Peligros". ¡Eso no está tan mal!

—¿"Peligros"? ¿Por?

—La pasión es peligrosa, ¿no? Te hace cometer locuras. ¿No está esta historia llena de ellas? Y todas las que faltan cometer...

—Espero que no sean muchas. Creo que prefiero estar en paz por un tiempo.

—Sí, mejor.

El mesero se acerca para tomar nuestro pedido. A mi hermana apenas le dirige una mirada, pero ni siquiera se preocupa por disimular lo mucho que me está mirando. Por primera vez, no me regodeo por la atención. Sólo puedo pensar en que deseo que sean las 5 para ir con Derek y los chicos.

Cuando regresa con nuestros cafés, no me pasa por alto que el mío tiene un corazón formado con espuma. A Mer tampoco.

—¡Te está coqueteando!

Mis ojos viajan hacia la esquina del local, donde el muchacho me observa con expectativa.

—Es dulce, pero no me interesa. —Me encojo de hombros. —Por cierto, mamá y papá quieren que invite a Derek a casa para conocerlo a fondo.