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1984 - Indiana, Hawkins.
Freya Hunter iba a morir esa noche.
La chica le habia prometido a los niños que los encontraría a las nueve en el arcade del pueblo. Pero lo olvido completamente, y ahora debía recorrer en cada parte de su casa para encontrar algo de dinero. Porque si sus padres se enteraban que usaba la tarjeta para eso, los tendría a primera hora mañana frente a su habitación y dispuestos a echarla de la casa.
Se tomaban muy en serio el dinero.
-¡Steve! ¡Steve escúchame!- sus manos golpearon una puerta con fuerza -¿¡Puedes por favor prestarme dinero!?-
El muchacho al otro lado de la habitación rodo los ojos mientras cerraba la tapa de esa crema que normalmente usaba en su cabello. Hacia al menos diez minutos que estaba escuchándola pedirle dinero para ir a ese arcade, porque se olvido de juntar para jugar.
Y sabia que no iba a parar hasta que le dijera que si, por lo que decidió aceptar todas sus suplicas y la dejo tomar un billete de su mesa de luz. Sabia que seguramente iba a arrepentirse de ser tan permisivo, por lo que apoyo el frasco entre sus manos a un lado, para ir en su búsqueda mientras la escuchaba remover sus cosas sin cuidado.
-¡Trata de no romper mi cuarto Frey!- él chico abrió la puerta con su cabello perfecto -¿Ya tienes lo que querías?-
Steve se adentro a su cuarto justo cuando la chica tomaba un par de papeles de su billetera, haciendo todo menos lo que él le dijo. Eso hizo que la mueca de diversión se fuera de su rostro y que intentara acercarse a ella para frenarla.
-Mierda- ella murmuro para si -¡Te veré luego Stevie!-
-¡Ven aquí Freya Hunter!-
La de mechas, ahora rosa, se escabullo por su lado escapando de él. Sus piernas se movieron a un velocidad impresionante mientras guardaba el dinero dentro de sus jeans, abandonando ese cuarto como alma que lleva al diablo.
Termino por hacer casi una maratón al bajar las escaleras de dos en dos con el chico tras ella, dándose cuenta que Harrington iba mas rápido de lo normal. Pero ni así se las ingenio para llegar a ella, porque Freya abrió la puerta de entrada de golpe, y sin pararse a cerrarla abandono la casa.
-¡Dustin!-
El niño se sobresalto cuando la escucho gritar por él, notando que su niñera parecia aliviada de verlo ahi. Claro que se sorprendió un poco cuando Hunter se subió en la parte trasera de su bicicleta casi tarándolo a un lado en el proceso. Y si hubiera visto al otro adolescente correr no muy lejos de ella, tal vez se habría parado a preguntar que sucedía.
-¡Vámonos antes de que Harrington me mate!-
-¿Qué hiciste?-
Henderson le pregunto entre un par de maldiciones, pedaleando a toda velocidad para poder alejarse de sus casas. De esa manera dejarían atrás al adolescente que intento llegar a ellos aun cuando ya estaban muy lejos de su posición.
