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1984 - Indiana, Hawkins.
"¡Siempre es ella!"
"¡Freya esto! ¡Freya lo otro!"
Steve no podía dejar de lado esas palabras por mas que lo intentara. Sabia que lo que Nancy grito en su rostro antes de romper con él era cierto. Lo único que había en su mente era Freya y nadie mas que Freya. Pero decidió respetar su decisión de estar con alguien mas que no fuera si mismo, y se alejo para darle su espacio.
Eso fue lo peor que pudo hacer.
"Pretendes que todo esta bien pero todo lo que haces es mirarla" las frases de la chica Wheeler eran ciertas "Vivimos en una mentira gracias a ella, porque todo lo que tu quieres es a Freya Hunter"
A nadie mas que a ella.
La chica no se lo dijo, pero definitivamente tuvo la intención. Y aunque lo enojo la forma en que lo hizo, no podía negarlo, porque ella tenia razón. Ya no podía seguir evitando lo obvio. No cuando sus acciones expresaban mas que sus palabras, y no cuando se quedo en esa estúpida fiesta solo para cuidarla.
Hacia al menos una hora que podría haberse ido de ahí a relajarse dentro de su hogar. Pero en su lugar se quedo en una de las esquinas de la sala, con sus ojos puestos en la chica de mechas rosas que bailaba en el centro. Era claro que Freya se había excedido con el alcohol y no estaba del todo lucida. Por esa razón decidió quedarse ahí y cuidar que nada le pasara.
Nancy claramente tenía razón.
-¡Muévete!-
Una voz femenina lo hizo volver en si, notando que la figura de Freya se abría paso entre los adolescentes con dificultad. Eso logro que su cuerpo se hiciera al frente y se acercara a ella con facilidad, apoyando una mano en su cintura baja. Ese simple gesto fue suficiente para que, quienes estaban frente a ellos, se hicieran al costado dejando un paso para los dos.
-¡Steve!-
Hunter dijo aliviada, sabiendo internamente que su cuerpo ya no podía aguantar por mucho mas. Y él pareció entenderlo, porque enredo su brazo alrededor de su figura para apretarla a su pecho. Ella no protesto, tranquila al darse cuenta que ya estaba con alguien a quien le tenia confianza, mientras se dejaba guiar al baño.
Hacia aproximadamente una hora que dejo a Billy en el patio, decidiendo que no iba a hacer nada mas que esa sesión. Por esa razón se acerco a Carol y comenzó a bailar junto a ella en el centro de la pista. Pero su interior ya estaba diciéndole que debía tomarse un descanso o algo malo pasaría.
Harrington puso ese limite.
-¿Frey?- el chico murmuro -¿Cuanto tomaste? ¿Te sientes bien?
Hunter no fue capaz de contestarle, porque a penas diviso la puerta de baño, sus pasos la llevaron al interior con rapidez. Termino agachada frente al inodoro, con sus manos aferrándose a la cerámica, y devolviendo hasta ese raro desayuno que su madre hizo esa mañana.
