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-Eso se ve genial Frey-
Steve murmuro, posando sus manos en la cintura de su novia. La misma chica a la que abrazo por detrás, apoyando el mentón sobre su hombro. Hunter se encontraba preparando un gran pedido para el cumpleaños de su vecina. Su departamento estaba lleno de harina, azúcar, un par de botellas de colorante, y en el centro, una torta enorme casi terminada.
-Espero sepa de la misma manera-
La castaña se hizo hacia atrás luego depositar la cuchara en la mesada, permitiendo que el muchacho sostuviera parte de su peso. Esos momentos, en definitiva, era lo único que mas anhelaba. No importaba el momento del día, tampoco el lugar. Solo quería encontrar a su novio y encerrarse entre la calidez de sus brazos por horas.
-Estoy seguro que sabrá igual de bien que todo lo que cocinas-
Harrington intento meter dedo en la crema, siendo recibido por un golpe en la mano. El chico se quejo como niño pequeño, finalmente dejando un beso en la piel de su hombro, y soltándose de su agarre. Debía ir a trabajar, pero estar ahi era mas importante para él. Su novia no se veía muy tranquila esos últimos días. El hecho de que mencionaran a Billy a cada rato los hacia sentir un poco culpables, las llamadas de la escuela por el comportamiento de Max, y todas las pesadillas que en algún momento el upside down les causo.
Todo era un gran problema que nunca resolvían.
Y a veces, la idea de desaparecer de Hawkins, era muy tentadora.
-¿Vendrás a verme hoy?- tomo sus llaves.
-Pensaba en ir contigo desde temprano- admitió la chica, sacándole una sonrisa -Bueno.. si no te molesta claro-
-Te espero en el auto-
Freya soltó una risa ante su emoción, metiendo los potes de crema en la heladera, antes de correr a cambiarse. Al trabajar desde su casa parecia tener un montón de tiempo libre para deambular por el centro, salir de compras, o simplemente molestar a su novio en la tienda de películas. Esa ultima opción es lo que haría esa tarde.
-Eso fue rápido-
Steve encendió el auto en el momento que la chica se tiro al asiento de copiloto. Se veía con muchas ganas de hacer algo mas que cocinar o escuchar música. Y a pesar de que su lugar de trabajo no era el mas divertido, estar junto a él, parecia ser mas que suficiente para ella.
-¿Segura que estas bien?-
-Lo estoy- lo miro con cariño -No te preocupes Steve, solo fueron un par de pesadillas. Todos las tenemos últimamente.
-Lo se, lo se- acaricio su muslo con delicadez -Pero eso no quiere decir que no me preocupe por ti. Solo quiero que estés bien-
Freya sonrió, intentando que sus mejillas no se colorearan. La verdad es que normalmente nadie tenia ese efecto en ella mas que él. Y escucharlo decir esas palabras con tanta preocupación y sinceridad, no solo la volvía un poco tímida, sino que lograba que su corazón se alterara mucho mas de lo normal también.
