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-Hola ¿Cómo esta?-
Freya dio la sonrisa mas falsa del mundo mientras se dirigía a la terapeuta de Max. La misma niña que copio el gesto con la intención de parecer mas angelical. Desde el auto, Harrington junto a Henderson no lo creyeron así. La maldad a veces era bastante notoria en esas dos.
-Lamento mucho molestarla en estos momentos -la mayor tomo a la niña por los hombros -Pero... ¿Cree que tenga un minuto para hablar con Maxine? De verdad seria de mucha ayuda-
La terapeuta le dio una mirada de entendimiento. Hace un par de semanas habia llamado a Hunter para explicar lo que sucedía con la pelirroja, puesto que parecia ser la única persona en la que la menor confiaba. Y ahora, que aparecieran en su puerta para una sesión, le decía que no se equivoco en su elección.
Claro que, no sabia que se trataba de algo mucho mas grande.
Freya la dejo volar en su fantasía.
Claramente no iba a decirle que querían tener una charla para sacarle información sobre sus otros pacientes. En su lugar, simplemente paso a la casa por un momento, tomando asiento en uno de los sillones para esperar a que la menor tuviera esa charla. Se mantuvo quieta por unos minutos hasta que sus ojos dieron con un pequeño tazón de madera.
Uno repleto de llaves.
-Bingo-
Cuidando que nadie la viera, revolvió entre ellas hasta dar con la del instituto. En el camino, también se llevo un susto de muerte cuando Mayfield apareció a su costado. La niña, que al parecer tuvo la misma idea, le sonrió antes de tomarla de la mano y arrastrarla fuera de ese lugar. Dustin y Steve las vieron correr, antes de tirarse a los asientos traseros y pedirles con frenesí que arrancaran.
-Yo sabia que no debía dejarlas solas- el conductor las señalo -¿Que hicieron?-
-Debemos ir a la escuela- su novia levanto las llaves -Todo lo que necesitamos esta en los expedientes de esos chicos-
Harrington le dio una mirada por el espejo retrovisor creyendo firmemente que una de esas dos iba a acabar con él de una manera u otra. Mas no dijo palabra alguna, manejando con un poco de desesperación hasta donde le indicaron.
-Y luego dicen que yo soy la mala conductora-
Freya se quejo, bajándose del auto con un poco de nauseas. Steve se acerco a ella poniendo una mano en su cintura para sostenerla. Tal vez si condujo como un loco. Y ahora su novia pagaba las consecuencias.
-Estoy bien-
-Oye.. respecto a lo de antes- murmuro con culpa -No quería decir que por ser hombre iba a protegerlas mejor-
-No es eso Steve- la chica dudo -Es... es el hecho de que tal vez parecías querer ir con ella con mucha desesperación-
