CAPÍTULO 15

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Fiodor

Llego puntual a la universidad y camino sin prisa por el campus, las chicas saludan y examinan mi cuerpo con éxtasis . Las ignoro. Ingreso al gran edificio y me dirijo inmediatamente a mi oficina para dejar mis cosas y tomar lo que necesito para la clase de hoy.

Unos 5 minutos de caminata son suficientes para dar con la puerta del aula y entrar en ella de inmediato, sin dar aviso. Normalmente todos se sientan y mantienen el silencio una vez que me ven ingresar al lugar, pero hoy, los murmullos no cesan y los estudiantes se mantienen agrupados sobre un cuerpo en específico que no puedo ver.

Están tan sumidos en lo que sea que esté pasando que mi presencia les resulta de nula importancia, así que camino hasta el gran pizarrón y lo golpeo con dureza. Se asustan, pero callan y me observan con pavor. Corren a sus lugares de inmediato y dejan a mi vista el objetivo de su aglomeración.

Suzy mantiene la cabeza cabizbaja y me controlo para no sonreír, cuando veo las grandes marcas sobre su cuello.

—Señorita Kitrova, ¿puede alzar la cabeza? —desde aquí puedo sentir su frenética respiración. Es una presa asustada, temerosa.

—Maestro, —habla uno de sus compañeros— Suzy está un poco aturdida.

Me recuesto sobre el escritorio, cruzo los brazos sobre el pecho.

—¿Y eso por qué? —cuestiono, fingiendo el desentendimiento.

—Ayer alguien se metió a su casa, y la golpeó. —responde otra compañera—. Supongo que aún no sale del shock.

Asiento y llevo mi mirada hacia ella, no dice nada.

—¿Es cierto eso, Kitrova? —podría decir que ruego porque la burla en mi voz pase desapercibida, pero estaría mintiendo. Ella eleva la cabeza con dificultad, y asiente—. Bien, ya sabe que puede acercarse a mí, en caso de que necesite cualquier cosa.

Sus ojos se ponen llorosos y sus compañeros se acercan a ella pensando que se debe al "asalto" al que estuvo sometida ayer.

Me doy la vuelta hacia el pizarrón y por fin puedo sonreír. Dejo escapar una tos falsa para relajar mis músculos faciales y hablo:

—Bien, empecemos la clase.

◇◇◇

Luego de dos horas los chicos se despiden y salen del aula, a excepción de la chica afligida. Yo tampoco me pongo de pie y espero pacientemente en el escritorio, porque sé que vendrá a mí.

Y así lo hace.

Camina lentamente hasta quedar frente a mi escritorio y la observo con detenimiento.

—Hablaré con la policía. —informa, y permanezco en silencio.

—¿Lo harás? 

—Sí, tengo pruebas. —informa—. Haré que lo lleven a la cárcel.

Permanezco en silencio por un rato y más tarde, carcajeo sin pausa y en un tono lo suficientemente alto como para resonar por todo el lugar. Ella luce confundida. Me recompongo y saco mi teléfono, tecleo un poco y luego, giro la pantalla hacia ella.

Sus ojos se abren excesivamente y su gesto se vuelve desconcertante. Puede ver a su madre en tiempo frente y a uno de mis hombres detrás de ella.

—Quiero que lo pienses dos veces, y vuelvas a repetir lo que dijiste. —digo—. Porque si la respuesta es la misma, mi hombre se encargará de darte mi respuesta de forma gráfica.

Llora y niega frenéticamente.

—¿Por qué me hace esto? ¿No tiene suficiente con lo que me ha hecho ya? ¡¿qué culpa tiene mi madre?!

Lucid dreamZ [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora