Despierta

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¿Alguna vez han vivido ese momento de disociación? Aquel segundo dónde todo a nuestro alrededor parece tan falso e implantado que nos hace pensar que quizá solo sea una pesadilla o un mal sueño.

Cada vez que veía a mi padre manchar su ropa de sangre sin ningún pudor, el pequeño Fiodor se acurrucaba en su cama y cerraba los ojos con fuerza hasta convencerme de que solo fue un mal sueño. Pero entonces, cuando debí hacerme cargo de ese papel tomando la venganza por mis propias manos, llegaba a casa y me hundía en el alcohol para nublar mis sentidos y convencerme de que solo eran mis pesadillas siguiendo mis pasos.

Mi vida era solo, un mal sueño lúcido que se repetía constantemente como si de un bucle se tratara. No había salida porque ya no era parte de él me había convertido en ello.

Muchas veces pensé que quizá aquello fue el motivo por el que mis padres dudaron tantas veces de si sus vidas eran reales o solo se trataba de un juego creado por sus mentes para hacerlos escapar de su realidad aprovechando su incesante deseo de poder y una felicidad que parecía inalcanzable para el odiado hijo de un mafioso y la chica huérfana que inconscientemente buscaba afecto paternal en los hombres que la rodeaban.

Sin embargo, no me siento en posición de juzgarlos a ninguno tomando en cuenta que yo, por mucho tiempo, fui parte de ese sueño.

Pero ya no.

Y aquella afirmación es lo que permite que un hombre como yo sonría ligeramente al detenerse en el balcón y admirar un nuevo amanecer rodeado por una calma inhumana que se atreve a ofrecerle seguridad sin hacerle olvidar que su solo existencia en este mundo lo condena a vivir atado a la muerte y las posibilidades de caer en ella.

Pero morir es algo a lo que ya no temo.

Salgo de la habitación y dirijo a las afueras de la gran casa donde un aproximado de 1o hombres sostienen sus armas mientras ofrecen un saludo de respeto hacia mí.

Su jefe.

El hijo de la mafia que ahora ya no lo es más sino Fiodor Vòlkov, el líder de una organización que se extiende a los continentes sin que la fuerza policial o el estado sean capaces de detenerlo.

Porque ya no es el hijo de Maksim Vòlkov, ahora es él quién mueve las fichas a su antojo y este tablero solo quiere dejar un jugador por encima de su poder,

A la reina.

El auto llega hasta el gran edificio e ingresa con tranquilidad. Incluso si su negocio ilegal continúa, las acciones a mi nombre se extienden por todas las áreas laborales posibles incluyendo aquello que tanto deseé hacer algunas vez.

Uno de mis hombres se acerca rápidamente con un sobre.

—¿Quién lo envía?

—Debería verlo por usted mismo, señor.

Sus palabras me intriga y no dudo ni siquiera un poco en abrir el sobre y sacar las fotos en su interior. Las distintas imágenes de mi infancia muestran momentos que se mantenían fuera de mi mente y que no pude ser capaz de recordar debido a mis traumas.

La última imagen llama mi atención al ver únicamente una playa. Un pedazo de papel se extiende hacia mí y lo tomo sin dudar. Ver la dirección escrita causa intriga y dolor en mi pecho. Con las ideas poco claras y Miles de posibilidades, susurro:

—Has estado desaparecido por 3 años... ¿Debería esperar algo bueno de tu regreso?

∆∆∆

La calma inunda la pequeña isla donde no habitan más personas que los trabajadores que me reciben. La isla que mi padre alguna vez compró a mamá por mero gusto y deseo y que ahora acoge a miles de aquellos empleados que alguna vez dieron su vida por la familia y ahora simplemente sus cuerpos necesitan un júbilo.

Un señor de mayor edad llega hasta mí y saluda con respeto.

—Es un gusto verlo, señor Vòlkov. —dice—. Su tío tenía razón al decir que no faltaría si él lo quisiera.

Asiento con tristeza sabiendo exactamente el motivo por el que fui llamado.

∆∆∆

La tumba al lado de mi hermana llena todo el espacio restante en la oculta habitación. Mis ojos no dejan de mirar el reciente ataúd mientras miles de pensamientos llegan a mí.

«Estuvo enfermo durante mucho tiempo, no tenía interés de preocuparlo, pidió que le hiciéramos llegar aquel sobre y usted sabría que entonces, él ya se habría ido».

Río con amargura mientras intento contener algunas lágrimas.

—¿Todo este tiempo estuviste sufriendo en silencio, solo para que yo no lo hiciera más? —cuestiono—. Lo siento tanto por haber permitido que sufrieras tanto. Debí haber sido más cruel con el mundo si eso te hubiese permitido a ti ser un poco más feliz.

Me acerco al ataúd y tocó ligeramente la superficie mientras doy una sonrisa forzada.

—Mi padre, mi otro padre. Ya sea de sangre o no... Espero que hayas vivido bien estos últimos tres años. Perdón por no haberme despedido de ti correctamente la última vez que nos vimos

Y esta vez, parece que aquel sueño donde se vieron envueltos en mis años de infancia parece haber culminado totalmente de esta forma.

Lucid dreamZ [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora