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Las personas cambian, usualmente cuando sucede un gran impacto en sus vidas, llegan a intentar cubrir sus miedos e inseguridades con una personalidad fuerte, que demuestra en realidad que no se vieron afectados ante la circunstancia, que está fue un simple capitulo más añadido a su existencia.
Sin embargo eso es solo un escudo
Un escudo que les protege de todo el sufrimiento que previamente experimentaron ante la tragedia.
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Un día cuando el sol se negaba a mostrarse en el firmamento, la lluvia se avecinaba y las hojas de los árboles caían por el fuerte viento. Sasuke supo que era diferente.
Esa mañana tomaba la mano de su hermano menor mientras caminaban a casa de su abuela, está última los había invitado a almorzar como cada domingo junto a su madre .
Sasuke tenía la tarea de cuidar a su hermanito y no desviarse del camino, no era muy lejos de su hogar, por eso su progenitora confiaba en él, después de todo ya tenía siete años.
Todo iba bien, el azabache sabía que su madre los vigilaba desde el mercado dónde se encontraba haciendo las últimas compras. No obstante no contaba con que Naruto se detendría a intentar atrapar una mariposa.
Se soltó de su agarre y se dirigió al árbol que se posaba cerca de ellos, Sasuke inmediatamente fue a detenerlo para proseguir, pero se detuvo al ver la felicidad en la cara del menor.
Naruto se veía feliz, sus manitos se movían al compás de la mariposa mientras sus cabello eran danzantes junto al viento.
Simplemente hermoso.
En ese momento Sasuke no supo quién dominó su cuerpo, porque se encontraba dando pausados pasados en dirrección del más bajo.
El azabache no tenía malos pensamientos en su interior. Simplemente observaba la belleza de Naruto e intentaba sentirla.
Cuando quedó finalmente frente al menor, este elevó un poco la mirada para posar sus ojos en su hermano y sonreír. Sasuke cuidadosamente lo tomó por la barbilla y en breves segundos juntó sus labios, dejándole un pequeño beso como recuerdo de que estuvo ahí.
Naruto pestañeó un par de veces sin saber lo que pasaba, aún tenía cinco años y en realidad existían muchas cosas que desconocía.
En cambio Sasuke se sintió feliz, quería mucho a su hermano y demostrarlo inyectaba calidez en su corazón.
Lamentablemente en ese momento fue interrumpido por su madre quien asustada los separó abruptamente. Tomando con un poco de fuerza al mayor lo acercó a ella para decir:
—¿Por qué hiciste eso Sasuke? —Lo miró de forma acusatoria. —¡No lo vuelvas a hacer! —Exclamó enojada. —¡Es tu hermano!
El mencionado no supo que responder, solo sintió como una pequeña lágrima bajaba por su mejilla debido al susto, era la primera vez que su progenitora le levantaba la voz.
—Lo siento... —Pronunció débilmente.
—Está bien. —Se arrodilló para quedar a su altura. —Pero no lo vuelvas a hacer. —Lo miro más calmada y tomó su mano para seguir el camino.
Sasuke asintió sin saber que todo esto era simplemente el comienzo. Sin tener en cuenta los desfortunios que la vida le traería.
Él nunca vió como algo malo el querer a su hermano, tampoco demostrarlo, en ocasiones muchos niños se acercaban a Naruto y entonces se encargaba de hacerles entender que lo podían tocarlo.
Sólo él tenía derecho de estar cerca de Naruto.
Muchos lo verían como un enfermo, pero eso no lo detendría, ni con el pasar de los años dejaría esos sentimientos de lado.
Si algún obstáculo se hacía presente, lo destruiría sin importarle las consecuencias. Él solo tenía una cosa en mente, y esa era.....
.....Amar a Naruto.
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