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La penumbra de la noche envolvía a la oscuridad y le daba paso al miedo que recorría el cuerpo del rubio.
Frente a él estaba alguien que desconocía completamente, al vivir prácticamente aislado, se sentía incómodo al cerca de aquella chica de cabellos rosas.
—Ella es Sakura, te hará una revisión para ver qué es lo que tienes. —Presentó el más alto señalando a la pelirosa.
—Mucho gusto Naruto. —Respondió con una sonrisa intentando verse amable.
Sakura extendió una mano para el saludo pero notó que Naruto la miraba fijamente sin saber que proseguir. El menor se sintió asustado como si de alguna manera ella fuera capaz de hacerle daño.
—No te haré daño. —Pronunció Sakura en tono suave. —Hoy actuaré como tú doctora, así que puedes confiar en mí.
—Sasuke.... —Musitó el menor observando al nombrado esperando alguna reacción.
—Tranquilo Naruto. —Dijo el mayor acariciando los cabellos del rubio. —solo hará un análisis para saber si estás enfermo. —Explicó
Naruto tímidamente asintió estando de acuerdo y Sakura sonrió ante lo tierno que se veía. Para al pelirosa era extraño pensar en que esos dos compartían lazos de sangre, parecían dos polos opuestos, siendo Sasuke alguien bastante frío y distante. Y Naruto alguien tímido y adorable.
—Ok. —Suspiró la mujer. —Empecemos.
Sakura sacó algunos objetos de su maletín y los dispuso sobre la mesa de noche para tener mayor comodidad. Le dijo a Naruto que saliera de la cama y se sentará al borde de esta para poder iniciar, el menor acató la orden pero rápidamente se alejó cuando la pelirosa se acercó mínimamente.
Sasuke al notarlo, tomó su mano y la sostuvo mientras el menor volvía a tomar asiento. Hizo un asentimiento hacia Sakura y la última mencionada empezó a contar sus latidos de corazón y posteriormente hacerle preguntas sobre los síntomas que tuvo en los últimos días.
Sakura tuvo que ser sumamente cuidadosa debido que parecía que Naruto temblaba cada vez que se acercaba. Sasuke aún sostenía su mano y eso, afortunadamente apresuró algunas cosas.
Después de aproximadamente quince minutos, la pelirosa pensó en una conclusión pero aún faltaba realizar la última prueba. Al no estar en un centro médico tendría que hacerlo a la antigua, por lo tanto poniéndose de pie indicó a Sasuke que saliera por un momento para hablar con él.
El azabache asintió entendiendo la situación y dejando un beso sobre la frente de su hermano la acompaño.
—¿Él está bien? —Preguntó Sasuke una vez afuera de la habitación.
—No tiene una infección. —Respondió Sakura viéndolo a los ojos. —No tiene todos los síntomas y tampoco da indicaciones de tenerla.
El azabache suspiró aliviado y antes de poder decir algo, la mujer volvió a tomar la palabra.
