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Su hogar se encontraba a pocos metros de él. Caminó directamente hasta la puerta y de manera rápida la abrió para poder ingresar.
Sin embargo al hacerlo se detuvo abruptamente cuando escuchó voces provenientes del interior.
Su expresión cambió rápidamente y comenzó a pensar en la voz que acompañaba la de su hermano. Naruto no podía tener visitas, prácticamente nadie conocía el sitio donde se encontraba.
De un movimiento, dejó las cosas sobre la mesa más cercana y prácticamente corrió hasta la habitación del menor. Al llegar a esta la abrió y pudo notar como las risas se detuvieron por un segundo.
—¿Que haces aquí? —Preguntó Sasuke rápidamente al intruso.
—También es un gusto volver a verte Sasuke. —Respondió la mujer ignorando su pregunta. — Vine a ver a Naruto.
El azabache apretó los dientes y por un instante, se sintió tentado a sacar a patadas a la contraria de su casa. Sin embargo su mirada inconscientemente recayó en su hermano, notando que sus hermosos ojos se encontraban ligeramente rojos.
—¿Que pasó? —Preguntó Sasuke acercándose a Naruto y acariciando sus mejillas.
—¿Es cierto? —Preguntó el menor en voz baja.
—¿Qué? —Preguntó el azabache sin entender.
—¿Es cierto que vamos a tener un bebé?
El cuerpo de Sasuke inmediatamente se tensó y sin darse cuenta se separó del menor. No era posible que Naruto supiera eso, su corazón empezó a latir más rápido debido al enojo que iba acumulando y toda su atención recayó en el intruso.
Sakura.
Era evidente que ella se lo había enseñado. ¿Cómo fue tan estúpido en confiar en alguien más? Apretó los puños y su expresión cambió a una completamente oscura.
Sakura no tenía el derecho de decirle la verdad, ahora todo se complicaría.
—Vamos afuera ahora mismo Sakura. —Pronunció el más alto con voz profunda observando fijamente a la pelirosa.
Sakura notó la expresión completamente seria del azabache y sintió miedo por un momento. Ella sabía a lo que se dedicaba Sasuke, por lo tanto quizá no fue buena idea lo que acaba de hacer.
Sakura pensó que hablarían en la sala como la otra vez, no obstante, vió como el más alto seguía caminando en dirección a la calle.
—Mira Sasuke, sé que no debía...
—No hables. —Interrumpió el azabache una vez afuera.
—Naruto tenía derecho a saber la verdad...
—Sakura, eres una de las pocas personas por las que siento un poco de respeto. —Comenzó Sasuke diciendo. —Pero eso no quiere decir que creas que puedes hacer lo que quieras, mucho menos si se trata de Naruto.
