¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El silencio se hizo presente en la habitación por lo menos por varios minutos. No obstante este era opacado por los pequeños espasmos que producía Naruto debido a su llanto. Sus manos temblaban mientras sostenía la maleta y observaba que el contrario tenía un expresión sería en su rostro.
—Naruto... —Pronunció el azabache mirándolo a los ojos e intentado intimidarlo, pero eso no pareció funcionar porque el mencionado comenzaba a tener un crisis nerviosa.
—¿Cuantos días llevamos aquí? —Preguntó el menor extendiéndole la maleta.
Sasuke apretó la mandíbula e intentó guardar la calma mientras se cruzaba de brazos. El cansancio que le producía salir constantemente, sumando la atención que debía ponerle al menor, hicieron que olvidara ser cuidadoso con los sitios donde dejaba ciertas cosas.
—Naruto deja eso. —Pronunció el mayor acercándose a las manos del contrario.
—¿¡PORQUÉ LO HICISTE!? —Gritó el rubio aferrándose a la maleta nuevamente, dejando que algunos papeles cayeran debido a que se encontraba abierta.
—Lo hice por tu bien. —Respondió Sasuke mirándolo a los ojos y acercándose nuevamente.
A cada paso que avanzaba, Naruto retrocedía, mirándolo con ojos espantados, como si el fuese un monstruo o algo parecido. Aunque en realidad no lo era.
—Los mataste... —Susurró el más bajo mientras su espalda chocaba con la pared.
Las lágrimas dejaron de deslizarse por sus mejillas, su boca seca le hizo tragar ligeramente y sus ojos parecían vacíos mirando un punto a la nada, sin la intención de ver al azabache que tenía afrente de él.
—Me mentiste... —Volvió a susurrar Naruto mientras su espalda se deslizaba contra la pared y el agarre en la maleta disminuía.
—No podía permitir que te alejaran de mi lado. —Respondió el azabache poniéndose de cuclillas frente al más bajo.
Sasuke sostuvo la maleta entre sus manos y la abrió completamente posicionándola sobre el suelo. Los papeles estaban desordenados entre sí, de diferentes tamaños pero la mayoría contenía tinta roja que demostraba que aquellos eran documentos de suma importancia.
—Esta bien. —Suspiró Sasuke cansado pasando una mano por su cabello azabache. —No estamos aquí solo unas semanas, en realidad... —Hizo una pausa para mirar fijamente al contrario. —Pasaron cuatro años desde que te saqué del hospital. —Confesó
—Pero... Yo estoy seguro que... Solo fueron semanas... —Respondió el rubio confundido mirando esta vez al mayor.
—Muchos días permanecía dormido, por eso no lo notaste.
Al salir del hospital el cuerpo de Naruto se encontraba en un estado muy débil, necesitaba mucho reposo y algunas medicinas para mantenerlo estable. Estuvo en ese tratamiento durante un mes, sin embargo Sasuke empezó a suministrarle somníferos para que continuará durmiendo en su ausencia. Él aún debía cumplir con algunos trabajos para Kakashi, esto ocasionaba que se ausentara de la casa y dejase solo a su hermano. El primer día que lo hizo se sintió inquieto y no pudo mantener la calma al pensar que Naruto despertaría e intentaría escapar de nuevo.
