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El pequeño Naruto lloraba mientras observaba la oscuridad de la noche, la luna no estaba presente y de alguna manera sentía soledad en su interior.
¿Qué había hecho mal? Él trataba de seguir todas las normas que su progenitora le dictaba, sin embargo eso no pareció funcionar porque aún así los abandonó.
El sonido de la puerta detuvo sus lágrimas y observó como su hermano entraba con una bandeja, la cual contenía galletas y leche.
—Ya no llores naru. —Dijo el mayor dejando la comida sobre el escritorio.
—Pero... ella...
—Tomó su decisión. —Interrumpió. —Ahora nosotros debemos mantenernos juntos.
Sasuke pasó sus pulgares por las mejillas del contrario retirándolo las gotas de agua, su hermano menor se veía muy adorable sonrojado y con los ojitos rojos. No importaba si ya tenía quince años o casi dieciséis, él seguía viéndose como un bebé.
Naruto sujetó el vaso de cristal y se lo llevó a los labios para beber un poco, la leche estaba tibia, perfecta para tomar esa noche.
—¿Quieres dormir conmigo? —Preguntó el mayor mientras se acercaba.
Hace mucho tiempo que no dormían juntos, la principal razón era que cada uno tenía su propia habitación. Al tener 15 y 17 años su madre pensó que sería mejor darles un espacio propio, pero a Sasuke jamás llegó a gustarle esa idea, en ocasiones se escabuía al cuarto del menor para hacerle compañía. Lo bueno era que ahora su progenitora no estaba y él podría hacer lo que quisiera.
—En realidad...
—Yo te cuidaré. —Interrumpió estando a centímetros de distancia.
Naruto terminó asistiendo y continúo comiendo galletas que el contrario le había llevado. Sasuke mostró una reluciente sonrisa e indicó que iría a cambiarse para volver en unos minutos.
El menor al terminar su comida se encaminó hasta la cocina para dejar la bandeja, al regresar a su habitación se guío al armario sacando un conjunto de pijama.
Se sentó en su cama y procedió a quitarse los pantalones para ponerse los otros, repitió el mismo proceso con su camiseta, pero antes de poder colocarse la de pijama una voz lo detuvo.
—No es necesario que lo hagas. —Dijo el azabache caminando hacia él.
—Pero... ya no somos niños. —Respondió recordando la manera en la que dormían antes.
—Aún así prefiero que duermas sin eso. —Señaló la camiseta.
Sasuke quedó frente a la cama, la cual comenzó a destender para meterse adentro. El menor intentó no mirarlo debido a que tampoco se encontraba con nada en la parte de arriba, dando a relucir su perfecto abdomen marcado.
El azabache hizo una seña para que el más bajo imitara su acción y sonrió cuando finalmente se acostó a su lado.
—Duerme bien dobe. —Musitó muy cerca de su oreja.
El mencionado inmediatamente se giró y cerró los ojos para poder descansar de una vez. Sin embargo después de unos segundos sintió como unas manos recorrían su cintura, haciéndolo estremecer ante ese toque.
—Eres tan suave... —Musitó el azabache lo apegaba más a su pecho.
Naruto empezó a incomodarse un poco, se sentía extraña la manera en la que su hermano acariciaba su piel.
Sasuke comenzó a dejar besos detrás de su cuello mientras movía sus manos por el cuerpo del menor. Este último cerró los ojos e intentó guardar la calma, después de todo no quería hacer enojar a su hermano.
El azabache lo giró para que quedarán frente a frente y sin preguntar atacó sus labios en un feroz beso. Naruto intentó seguirlo pero no lo consiguió por lo rápido que era el contrario.
Los labios de Sasuke bajaron por su cuerpo besando todo a su paso, su cuello, sus hombros, sus clavículas y terminando en su abdomen.
Naruto dejó escapar un sonido ante la nueva sensación que su cuerpo le transmitía, el cuál fue perfectamente escuchado por el azabache, quién cambio su expresión por una llena de deseo.
—Naruto... —Pronunció con los labios rojos. —¿Puedes ayudarme?.
El nombrado observó a los ojos del contrario intentando descifrar a lo que se refería. El cuerpo de Sasuke respiraba con dificultad, mostrándose necesitado.
—¿Qué tengo que hacer? —Preguntó al no saber que responder.
—Sólo sígueme ¿Sí?
Naruto asintió y esperó a que su hermano le diera alguna instrucción. Después de unos observó como Sasuke se sentaba en su sitio y le señalaba que él lo hiciera en su regazo.
El menor sin entender perfectamente la situación decidió obedecer y lentamente se posicionó sobre las piernas de su hermano, quedando a horcajadas de él.
—No te asustes... No te haré nada malo. —Musitó el azabache mientras sujetaba su cintura.
Sasuke reforzó el agarre y empezó a moverlo lentamente sobre él, específicamente en su erección.
Naruto percibió perfectamente esa parte del azabache e intentó alejarse, no sabía mucho sobre relaciones sociales, pero no se sentía cómodo haciendo eso.
—No... —Pronunció apoyando las manos en el pecho del contrario.
Sin embargo Sasuke lo ignoró completamente comenzando a besar nuevamente su cuello.
—Sasuke... detente. —Volvió a decir mientras intentaba alejarse.
El mencionado al escucharlo nuevamente, mordió la unión de su cuello y hombro provocando un pequeño grito al contrario, debido al dolor. Un poco de sangre escurrió por la extensión, la cual Sasuke se encargó de lamer para que doliera menos.
Lentamente acarició su espalda y cada vez sus manos fueron descendiendo, llegando finalmente a su espalda baja.
Naruto se asustó al sentir unas manos ingresar en su ropa interior y intentó nuevamente alejarse. Sasuke al darse cuenta de esto frunció el ceño y dijo:
—Naruto...
El mencionado lo miró a los ojos y tembló al ver la profunda expresión del contrario, Sasuke era otra persona cuando se enojaba, y él no quería que eso ocurriera. Por eso cerrando los ojos dejó que siguiera, porque no quería que él también lo abandonará.
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