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Los truenos resonaban afuera y las gotas de lluvia chocaban contra las ventanas, haciendo un ruido que complicaba sus horas de sueño.
Sasuke se movió hacia un costado e intentó volver a cerrar lo ojos para dormir. Sin embargo un ligero sollozo no se lo permitió, se volteó completamente y vió que a su lado, Naruto estaba en posición fetal mientras los espasmos en su cuerpo aumentaban. Sintió un pequeño dolor en su interior y sin pensarlo mucho se acercó al menor para abrazarlo.
—No me toques... —Pronunció Naruto en voz baja intentando alejarse de su agarre.
—No sigas con eso Naruto, no me moveré de aquí. —Respondió el azabache firme, pegando más su pecho contra la espalda de Naruto.
—No... Todo esto... Es culpa tuya... —Pronunció el menor mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Sasuke rodó los ojos al sentirse cansado de la situación. A pesar de todos los días que pasaron, Naruto aún no soportaba la mentira que le había dicho Sakura. El azabache sentía una inmensas ganas de arrancarle el cuello con sus propios manos a la estúpida rosada si se volvía a cruzar en su camino. No logró verla nuevamente porque toda su atención recayó en Naruto gracias a su estado.
—Vuelve a dormir Naruto. —Musitó el más alto cerca de su oreja intentando sonar lo más tranquilo.
—¡NO! —Exclamó el rubio quitando los brazos del contrario bruscamente. —¡ES TU CULPA!
Sasuke sintió como sus venas comenzaban a calentarse y por primera vez en su vida tuvo ganas de golpear a su hermano. Sin embargo prefirió tomar una respiración profunda e intentar calmarse antes de cometer una estupidez.
— ¡Tienes que arreglarlo! —Exclamó el menor retirando las sábanas de ambos cuerpos.
—¿De qué....
Sin embargo Sasuke no pudo terminar su oración al ver como Naruto se sentaba a horcajadas sobre él. La expresión del rubio era una mezcla de ira y tristeza, dándole una imagen un poco deprimente por las lágrimas en sus mejillas. Por otro lado Sasuke permanecía acostado completamente confundido ante su actitud.
—¿Qué intentas hacer? —Preguntó el mayor al ver que el contrario se posicionaba sobre su miembro.
—Ahora... Tienes que arreglar todo... —Respondió el más bajo con la mirada vacía. —Tienes que darme otro bebé...
Sasuke en ese momento sintió que era abofeteado en la cara. No podía creer haber escuchado aquellas palabras de los labios de Naruto. Su hermano solía ser tímido respecto a esos temas. Sin embargo ahora estaba comenzando a frotarse sobre su miembro sin ningún problema.
—Eso no va a pasar. —Respondió Sasuke completamente serio. —No vamos a tener un bebé, tú nunca tuviste un bebé.
—¡DEJA DE MENTIR! —Gritó Naruto saliendo de su cordura.
