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El ventanal que poseía la cafetería donde se encontraba, le permitía ver el exterior, mientras tomaba un buen café cargado e intentaba relajarse un poco. A pesar de intentar dejar de pensar en Naruto, no lo conseguía. Su discusión con Sasuke fue hace apenas algunos minutos y ahora no lograba pensar en otra cosa.
El lugar se encontraba prácticamente deshabitado, era muy tarde, pero afortunadamente ese era uno de los pocos negocios que abría 24 horas. El sitio no era demasiado acogedor, un señor demasiado robusto se encontraba comiendo una hamburguesa a unas mesas de ella. Sin embargo intentaba mirar solamente a través del ventanal.
—¡Que frío! —Exclamó un castaño entrando por la puerta, mientras intentaba frotar sus brazos para generar calor.
El señor que atendía tomó su órden, igual que ella fue un café y observó como el chico sonrió al verla.
—Hola. —Pronunció el chico con una sonrisa cuadrada.
Sakura lo miró dubitativa por unos segundos, preguntándose la forma poco común de conocer a alguien a esa hora. No muchos solían comer en un lugar así con el frío que hacía afuera. Por lo tanto ¿Qué hacía ese chico ahí? Y ¿Por qué le estaba hablando?
—Hola... —Respondió la pelirosa intentando no ser descortés.
—¿Puedo sentarme aquí? —Preguntó el castaño señalando el asiento frente a ella.
Sakura volvió a verlo y con la mirada hizo un recorrido de todas las mesas que se encontraban disponibles, por lo tanto no tenía porque sentarse exactamente en la suya.
—No me gusta comer solo... Además me aburriré. —Confesó el chico al notar su mirada.
La pelirosa suspiró y termino asistiendo. Quizá no sabía porque ese chico estaba hablando con ella, pero tampoco se quedaría mucho tiempo en ese sitio, así que no importaba.
—Soy Shikamaru. —Se presentó el chico castaño sonriendo amablemente. —¿Y tú eres...?
Sakura sonrió por lo amable que se veía el contrario, sin embargo no pudo responderle. No sabía la situación en la que se encontraba. Debido a lo que se dedicaba. Muchas personas malas intentaban hacerse sus amigos, así que no podía confiar en cualquiera.
Por un segundo desvío la mirada nuevamente hacía el ventanal y observó perfectamente como un chico corría de manera rápida, pasando como una luz frente a ella.
Toda la atención de Sakura se puso en ese chico, levantándose inconscientemente y siguiéndolo con la mirada. Shikamaru al notar donde veía, imitó su acción y se enfoco en el rubio que les daba la espalda e iba desapareciendo por la calle.
Sin decir Sakura salía rápidamente por la puerta y corriendo detrás de él, fue a verificar si se trataba de la misma persona que visitó minutos atrás.
