41. El final

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—¡Sasuke! ¡Apúrate! —Gritó Naruto completamente emocionado desde la habitación de arriba

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—¡Sasuke! ¡Apúrate! —Gritó Naruto completamente emocionado desde la habitación de arriba.

El mencionado no tuvo tiempo de sacar las llaves de la cerradura, porque ya se encontraba corriendo en dirección de la voz que lo había llamado. Su corazón comenzó a latir de manera más rápida y a tiempo record entró a la habitación viendo como Naruto yacía de rodillas sobre la alfombra y en esta su bebé movía sus bracitos intentando hacer algo.

—¿Qué pa... —No pudo terminar la oración al ser interumpido por el contrario.

—Lo va a hacer. —Dijo completamente emocionado.y extendiendo sus brazos en dirección del bebé. —Vamos Menma. —Alentó con una sonrisa en el rostro.

Naruto miraba a su hijo y esperaba a que finalmente lo hiciera, en los últimos días el bebé había dado indicios de poder comenzar a caminar, así que cada vez que estaba a punto de lograrlo comenzaba a emocionarse. Y su bebé definitivamente era el sol de la casa, porque le brindaba calidez a su familia. lo Sasuke sonrió al ver la emoción de Naruto y suspiró al saber que ese grito no era de auxilio o algo parecido. Poniéndose a su lado, lo imitó y estuvo espectante de lo que podía hacer el bebé. Su bebé.

El último año no había sido muy fácil para Sasuke. Aceptar mudarse junto a Naruto a su antigua ciudad fue un golpe duro para él. Por un momento pensó que el lugar donde vivían era perfecto para ellos y también el bebé. Sin embargo no contaba con que Naruto tuviera el deseo de inscribirlo a la guardería...la escuela y posteriormente la Universidad. ¿En qué momento Naruto pensó en todo eso?

Él realmente no lo sabía. Pero la mente de su hermano había estructurado de manera perfecta todo lo que tenía planeado con su hijo. Al parecer todo el tiempo que lo dejó solo en casa fue suficiente para que Naruto se hiciera un sinfín de ilusiones con la nueva vida que dependía de él. En ocasiones el resultaba abrumador, las exigencias de Naruto eran normales, algo que todo el mundo hacía, pero para él no.

Sasuke no estaba feliz con la idea de que Naruto saliera todos los días, no estaba contento con la oportunidad que le daba al mundo de ver al menor. Muchas personas podrían querer tocarlo... acercarse a él y eso en ocasiones lo enloquecía.

¿En qué momento su vida había dado un giro inesperado?

No lo sabía, solamente estaba conciente de que ahora contaba con una familia, un bebé y una casa llena de muebles de madera, ventanas lo suficientemente grandes para que el sol entrara y cortinas que hacían juego. Su vida parecía haberse convertido en una completamente "normal". Y Ese era el problema...

Sasuke no era normal y lo sabía.

Por lo tanto no sabía si podría acostumbrarse a todo lo que estaba sucediendo. El pelinegro sabía que junto a Naruto todo era posible, pero sumar a más personas lo hacía complicado. Una vida normal implicaba cosas que él no estaba dispuesto a realizar.

Compartir a Naruto con el mundo era algo que le costaba demasiado, sumando el hecho de que debía compartir a su bebé también.

No podía negarlo, la idea de enviar a su hijo junto a muchos bebés no le hacía mucha gracia.

Podía ser menos posesivo respecto a él, pero aún así le molestaba el hecho de que cualquier persona estando afuera pudiera acercarse. Su bebé aún era muy frágil, que se pareciera más a Naruto complicaba la situación. En ocasiones le recordaba los días en los que se encargaba de cuidar a su hermano.

Su hermano. Su dobe. Solo suyo.

Era difícil. Muy complicado para Sasuke quitarse aquella posesividad del cuerpo. Pero tenía que intentarlo, debía hacerlo por Naruto, porque lo amaba.

—¡Mira Sasuke! —Gritó Naruto haciendo que Sasuke regresara toda su atención al bebé.

El pequeño con mucho esfuerzo estiraba sus bracitos y hacía presión en sus piernas para poder levantarse. El grito de emoción de Naruto llenó la habitación cuando su bebé se puso sobre sus dos pies y dió unos pasos en su dirección.

Naruto extendió aún más ambos brazos y fue a sujetarlo cuando el pequeño dejó de hacerlo.

La felicidad había llenado su entorno, contagiando a Sasuke automáticamente. Olvidando todo lo que previamente estaba pensando, el azabache se acercó a ambos y se unió a la escena familiar que estaban montando.

Puede que fuese difícil cambiar.

Pero no imposible. Especialmente si tenía a Naruto a su lado.

Fin.

Fin

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PSYCHO // SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora