𝚁𝚘𝚖𝚊 𝚚𝚞𝚎𝚛𝚒𝚍𝚊

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Era una mañana soleada, para madrugar bien temprano. Eran las siete y media de la mañana cuando sonó la alarma del reloj. Era un simple aviso de que Julieta y Marilla tenían que despertarse.Y así fue. Se despertaron, y estaban ambas sanas y salvas. Después de lo vivido a medianoche, Julieta estaba totalmente agotada y agobiada, mientras que Marilla se encontraba descansando, haciendo un breve reposo luego de lo sucedido, con su ebriedad y con su desmayo repentino.
- Entonces, ¿como te sentís hoy?. He visto que incluso podes caminar mejor que anoche y que te encuentras en un mejor estado. -Le preguntó Julieta-.
- Si, estoy bien querida. Ayer estaba con sueño y un poco desesperada después de lo ocurrido. Pero estoy incluso mejor en todos los sentidos. Puedo levantarme de la cama, y puedo caminar perfectamente, gracias por preocuparte.
- No hay de que. Me alegra oírlo.
- Gracias cariño. Si quieres, podemos ir a caminar en un ratito, ya estoy bien tranquila.
- Me gustaría pero tú tienes que descansar. No podes caminar ni debes de hacer mucho esfuerzo, tienes que cuidarte a ti y a tu salud, que es lo importante. Podemos salir a caminar luego, si tú quieres.
- Julieta querida, tú estate tranquila, de verdad estoy óptima. Ayer fue solo un desmayo y me siento bien, estoy en perfecto estado. Si quieres, ¿puedes hacerme un favor?.
- Soy toda oídos, dime. Te escucho.
- Gracias. ¿Quisieras ir a comprar un budín de limón y una botella de jugo de manzana? Te doy el dinero despreocúpate. Hay un pequeño supermercado aquí en el barco, haces una cuadra hacia la derecha y luego doblas, ahí está.
- No hay problema. ¿Pero tú no quisieras venir conmigo?. -Le había consultado Julieta-.
- Aunque quisiera, ¿recuerdas que tengo trabajo para hacer?. Bueno me mandaron un correo junto con unos papeles. Ya sabes...el instituto me ha mandado algunos pagos que debo de realizar y demás..
- Por supuesto que me acuerdo y que lo sé. Así que te dejaré aquí tranquila por un rato, pero estate atenta a que cuando vuelva quizás te toque la puerta. De todas formas no tengo mucho para donde ir así que...ya sabes...volveré al rato.
- Tranquila, tomate todo el tiempo que necesites. Aquí tienes la billetera y las llaves. -Marilla se las dejó en la mano-.
- Gracias. Ya vuelvo.
En ese instante, cuando Julieta se marchó por unos momentos. El teléfono del cuarto comenzó a sonar. Marilla no tenía pagos que realizar o un trabajo que llevar a cabo. Debía de esperar un llamado urgente. De quien sería la persona indicada que conocía a Brikston y que a su vez la ayudaría a encontrar más pistas, si estuviera lo suficientemente dispuesta como para poder hacerlo.
Ton
Tin
Ton -El teléfono acababa de sonar-.
- Buenos días ¿quien habla?. -Consultó Marilla-.
- Buenos días ¿Que tal Marilla? ¿Como te va?. Te habla Karimolta de la Courte. Tu amiga la del hotel se ha contactado conmigo y me pidió que te llamara. Ella me contó de porque estás viajando hacia Roma. Y la verdad es que me alegra mucho saber que tú estarás...
- Espérate, ¿Karimolta de la Courte?. ¿Que clase de nombre absurdo es ese?. Mi amiga nunca me ha mencionado tú nombre ¿porque debería de creerte?.
- Se que puede sonar absurdo, porque muchos me lo han dicho antes. Cuando era niña solían burlarse de mi nombre de hecho, así que ya no me llama la atención en absoluto, que me preguntaras por ello. Y segundo, porque sé que estás viajando hacia allí, para saber y conocer más a fondo la personalidad de Brikston. ¿No es así?.
- ¿Como sabes de ella? Y ¿porque mi amiga pidió que me llamaras? Todo esto, no tiene sentido, yo lo lamento pero...
- Te llame para charlar. -La interrumpió por un segundo-. Ella quiere que cuando llegues a Roma, que nos encontremos las tres, tú, Paloma y yo. Debemos de hablar. Me presento, soy Karimolta de la Courte y tengo cincuenta y siete años. Yo conocí a Brikston, ella tuvo un bebe más bien. Soy médica, y lo fui desde que me egresé en la universidad más popular y exigente de aquí. Al nacer su bebé. Fui yo quien vio su parto, yo la vi dar a luz, porque fui su medica y ella fue mi paciente en su entonces.
- Ahora ya entiendo. En los próximos veinte minutos, estaré llegando a Roma. Pero vengo acompañada así que no creo que pueda estar sola. Vine con una joven del instituto donde trabajo y le mentí. Le dije que vendría por trabajo, no por eso mismo. Así que si les parece juntémonos hoy a primera hora.
- No hay problema. Estaremos un ratito platicando y conociéndonos. Le diré a Paloma para mantenerla al tanto. Si quieres luego me llamas ¿si?.
- Dale, ¿Quieres que te de mi número de teléfono?. Anótalo. Es +5382...
- Disculpa Marilla, ya he vuelto. -Interrumpió Julieta al entrar al cuarto-.
- Te tengo que cortar luego te marco. Adiós.-Le dijo a Karimolta en voz baja-.

Mentiras IndiscretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora