𝙴𝚕 𝙰𝚍𝚒𝚘𝚜 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚓𝚎𝚛𝚘

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La misión que tenían como objetivo, estaba a punto de ponerse en marcha. Cuando Julieta anoche, propuso su idea. La cual sería un poco riesgosa de llevar a cabo, pero a la vez, si la realizaban bien, probablemente sería todo un éxito.
- ¿Entonces cuál es tu idea cariño?. Te oímos. -Le dijo Marilla-.
- Claro que les contaré. Se me ocurrió, que tanto Paloma como Karimolta, vengan al instituto con una nueva identidad. ¿A que me refiero con esto?. Primeramente hay dos cosas que tener en claro; ¿en donde se hospedarán ellas por un tiempo? , es decir que si bien será en el instituto, ¿en que cuarto será?. Y la segunda cosa que también hay que tener en cuenta, es sus nombres.
- La verdad que no entiendo mucho la idea...-Pensó tímidamente Paloma, en voz baja-.
- Chicas, la idea es que se vengan con nosotras a eso me refiero. Y de que a parte ustedes dos deben de obtener una nueva identidad.
- ¿Y porque ustedes dos no?. -Les consultó Karimolta a Julieta señalado a ella y también a Marilla-. 
- Porque a nosotras ya nos conocen cariño. -Le respondió Marilla-.
- Es verdad. Por ende, si quieren estar en el instituto con nosotras, deben de cambiar sus nombres. Pero no debe de porque ser de manera legítima ni tampoco tiene porque ser registrado en sus documentos de identidad si ustedes no quieren. No creo que, estando en mi cuarto el resto de mis compañeros las vean. Pero por si acaso, más vale que tengan un nombre que no fuera el propio, porque si esto no sale bien, tal vez nos descubran tarde o temprano.
- No me parece tan mala idea pensándolo mejor...-Pensó en voz alta Karimolta-. Aún así, ¿que haríamos si nos descubrieran?.
- No debería de porque ser así. Ustedes se pueden quedar en mi cuarto, en verdad. Además estando allí, ustedes pueden investigar más sobre Brikston y nosotras igual. ¿No es acaso lo que ustedes querían?. -Preguntó Julieta-.
- Si pero... -Comenzó a decir Paloma-
- Si pero nada. -Interrumpió ella de manera brusca-. Es lo que ustedes querían, y lo que yo también quería hacer. Como les mencioné, nadie las va a descubrir y no la tienen porque pasar mal. Además...si tienen una vestimenta adecuada y que les luzca bien y sea indiscreta, eso ya suma un montón, créanme.
- Okey, dale. Me convenciste ¡yo me apunto!. -Dijo Paloma-.
- ¿Y ustedes? ¿Marilla y Karimolta?.
- De una. -Dijo Karimolta-. No las pienso dejar solas jajaja.
- Si, me sumo. No me quedará otra pero...aún así tengo que volver al trabajo allí. Así que si, acepto tu propuesta.
- ¡Perfecto!. Mañana mismo saldremos de aquí para dirigirnos al instituto.

Al día siguiente ellas se dirigieron a la estación. Donde su crucero las estaría esperando para llevarlas hacia destino. Julieta y Marilla estaban vestidas casualmente pero de forma corriente, como lo suelen hacer diariamente. Mientras que por otra parte, Karimolta y Paloma llevaban un par de pelucas y lentes coloridos de contacto. Por un lado Karimolta parecía una señora envejecida, con el pelo gris, los cachetes de la cara, estaban caídos boca abajo, y tenía muchas arrugas en todo su rostro, era un maquillaje y un vestuario perfecto para pasar por desapercibida. A diferencia de Paloma, que parecía más rejuvenecida con un maquillaje al natural, una peluca negra larga y lisa, junto con un par de lentes y su maleta.
De hecho, parecía como si fuera una profesora de matemática o física. Podía también hacerse pasar por cualquier otra persona. Ambas lo lograron y pudieron cambiar sus identidades completamente. Karimolta había dejado de ser ella y pasó a llamarse Kimberly De La Rousse y Paloma ya era Luna Le Fonte.

- ¡Chicas, lo hemos conseguido! -Dijo Karimolta-. Me siento muy feliz y orgullosa de mis nenas. ¡Así se hace!.
- ¡Por supuesto que lo hemos conseguido!. Claro que si. ¿Tú no te has visto en el espejo bella?. Tú podrías ser mi tatarabuela tranquilamente. Estas divina como siempre, por supuesto. Pero ese maquillaje..te queda de lujo. -Le respondió Marilla-.
- Claro, todo se lo debo a Julieta, que me ha prestado parte de su ropa. Y a Paloma también, que es quien se encargó de maquillarme. En verdad, son unas reinas.
- No hay de que agradecer cariño, fue un placer. -Le dijo Paloma-.
- Es verdad. A mi me encanta ayudar, y si de este viaje es que aprendí algo, que es el confiar uno en el otro, en el amor y en la amistad, se lo debo gracias a ustedes. De por sí para mi estas eran mis vacaciones y una forma de tomarme un pequeño break. Pero en verdad, fue genial. Así que yo sé los agradezco a todas ustedes. -Les agradecido a todas Julieta-.
- Bueno, ahora que hemos llegado a la ciudad, ¿que es lo que haremos?. -Consultó Paloma-.
- Déjenmelo a mi. Tengo a alguien en quien confió mucho, que nos puede llevar hacia el instituto, no creo que tenga problema al respecto. -Dijo en voz alta Julieta-. Déjenmelo a mi, que yo lo arreglo. Solo denme un segundo que hago un pequeño llamado y ya estoy con ustedes.

Mentiras IndiscretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora