𝚄𝚗 á𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚎𝚜 𝙱𝚛𝚒𝚔𝚜𝚝𝚘𝚗

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Los días posteriores fueron muy extraños para nosotros. Al día siguiente, después de la muerte de la señora Brikston, aprovechamos para homenajearla y hacerle un funeral como corresponde. Mientras tanto, deberíamos de ver los preparativos para dicha ocasión, queremos que sienta por donde quiera que esté ahora, que la hemos amado y preciado mucho mientras aún se mantenía con vida.

- Bryan, al fin te encuentro- oía una voz a los lejos acercándose cada vez más- ayúdame con los preparativos.  No sabes lo que fue el día de ayer,  viví una noche demasiada traumática. Sufrí demasiado de hecho tuve algunas pesadillas, incluso pensé que llegue a ver su fantasma, pero estaba alucinando de seguro. Y tú ¿Qué tal? he visto que no has hablado desde lo que ocurrió anoche - Me decía Julia mientras yo asentía con la cabeza - Bueno.. noto que no tienes muchas ganas de hablar, ya veo.  Aquí te dejo estas margaritas, eran las favoritas de la profesora Brikston, por favor, déjalas en aquella mesa- y me señala la mesa que se encontraba a un costado de la ventana, por suerte hoy era un día soleado y nada ni nadie amargaría este día en el cual homenajearíamos a la pobre mujer.

- Perfecto, ahí las dejaré. Perdón..quiero decir.. nunca ha sido mi intención faltarte el respeto ni hacerte sentirte mal al respecto. Lo lamento, enserio que lo lamento. Pero oye ¿Sabes que? lamento más nuestra perdida, hemos perdido a un ángel celestial, era una mujer maravillosa y tu lo sabes. Dejaré estas flores aquí, pero tendré que retirarme, tengo un par de asuntos pendientes que solucionar y debo de continuar con la realización del funeral. Te dejo esto a tu cargo ¿Si? cuida a los chicos, y que nadie se entere que me he ido por unos instantes, no quiero alarmar ni preocupar a nadie - le dije mientras le di un cálido abrazo de despedida.

- ¡Hola gente querida! me presento, soy Bryan Kendall, muy amigo de su queridísima señora Brikston. Hoy estamos de duelo y entiendo el dolor que de seguro deben de tener. Pero hoy no es un día para largarse a llorar, al contrario. Es un momento reflexivo, para pensar y para homenajear a esta mujer maravillosa que hemos amado aquí con vida, y que siempre estará con nosotros, porque un alma como el de ella, vivirá eternamente con nosotros. Los quiero invitar a todos al jardín trasero de nuestro instituto, haremos una intima reunión entre amigos y familia donde escribiremos mensajes para dejarlos adentro de los globos para dejarlos volar para que llegue directo hacia el cielo y muchas cosas más. Nos vemos hoy a las 14:25 hs, que tengan un bonito día, hasta entonces- dije de forma entusiasta.

- ¡Buenos días jovencitos! ¿Cómo les va? hoy les traigo noticias. La profesora Brikston a fallecido en el día de ayer. Como una muestra de cariño y afecto, le haremos un funeral para homenajearla en el día de hoy, aquí en el jardín trasero y están todos invitados. Por otro lado, la otra mala noticia es que el viaje hacia el campamento se reprogramará para la próxima semana, saldremos a la misma hora el lunes y el autobús pasará por ustedes a las 4:00 am- dijo la señora Marilla, quien mientras tanto, fue preparando los asientos para los invitados.

//A LAS 14:25 HS//

- Buenas tardes a todos. Damas y caballeros, hoy estamos aquí para homenajear a nuestra queridísima Brikston, quien ha perdido la vida debido a una sobredosis. Es un gusto conocerlos finalmente ¿Qué más podría decir? para mi ella ha sido un gran ejemplo a seguir, una gran mujer en verdad.  La profesora Brikston siempre fue muy amable con sus alumnos y con todas las autoridades del instituto. Cuando ingrese aquí ella me recibió con un gran y cálido abrazo, es algo de lo que nunca me podría olvidar, y por ello estaré siempre agradecido. Recuerdo aquella vez que me acompañó en todo momento, cuando mi querida Julieta había desaparecido de aquí. Yo me encontraba muy deprimido intentando de llevar más a fondo una investigación para poder encontrarla. Hoy está aquí con nosotros, aún no entiendo como, pero está presente. En fin Brikston me ayudó a poder seguir adelante con ello y para poder continuar y avanzar con mi vida, me sentía desmotivado en verdad sin propósito alguno, pero me ayudó a seguir adelante. Que en paz descanse la señorita Brikston - "que en paz descanse" repetían el resto de los invitados- Ahora si, si me permiten, ¿A quien le doy el micrófono? ¿Quién quiere hablar ahora? - el señor Anderson, el padre de la profesora, ha cogido el micrófono-.

Mentiras IndiscretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora