𝚂𝚒𝚗𝚌𝚎𝚛𝚒𝚍𝚊𝚍 𝙿𝚛𝚒𝚟𝚒𝚕𝚎𝚐𝚒𝚊𝚍𝚊

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- Entonces dime. ¿Por que me has mentido?. -Le preguntó Julieta a Marilla cuando llegaron a su cuarto del hotel-.
- No es tan sencillo como crees. Por favor, toma asiento. Esto llevará un rato largo.
- Te oigo. Y si me sentaré por supuesto.
- Pero antes ¿quisieras un café? ¿Un te? ¿O algo para tomar?. -Le preguntó-,
- Te acepto un té si quieres. Pero no mucho, porque no falta tanto para cenar. Y tampoco quiero alguna otra cosa. Así que... si, te acepto el té.
- Dale. Aquí lo tienes.
- Muchas gracias. Ahora si. Ya que tú tienes tú café y yo tengo mi té, puedes contarme. Recuerda solo te doy una oportunidad, así que cuéntame bien todo, sin ocultarme nada. Si no eres honesta conmigo me iré ¿de acuerdo?.
- Esta bien, no hay problema.
- Bueno, te escucho. Cuéntame lo que quiero saber, cuál es el motivo por el cual has venido aquí, ya que por trabajo evidentemente no fue y porque me has mentido. Cuéntame toda la verdad.
- Bien. Te cuento. ¿Recuerdas cuando tú y Bryan me asignaron o me titularon como la directora del instituto?.
- Si lo recuerdo. ¿Que pasó con eso?.
- Bueno...-Hace un pequeño respiro antes de continuar hablando-. Allí, en mi sala cuando estaba acomodando y guardando todas mis cosas, vi una caja y una carta que me llamaban mucho la atención.
- ¿A que te refieres exactamente?. -La interrumpió Julieta-.
- Déjame que termine. Te contaré todo y luego te responderé y despejaré tus dudas. Pero sin interrupciones por favor.
- Mantengo la boca callada, lo prometo.
- En dicha carta. -Prosiguió Marilla al contar los hechos-. Descubrí que la señora Brikston ocultaba algo. Resultó ser que estuvo embarazada. Así es, como lo oíste. Había dado a luz a una dulce criatura.
- ¿Como has dicho? ¿Que estuvo embarazada?. -La interrumpió de nuevo sin creerlo. Estaba en estado de shock-. Es de no creer, estoy realmente shockeada.
- No me interrumpas más. Pero si, estaba embarazada. Entonces, mientras tú y el resto de tus compañeros rendían los exámenes del trimestre, hablé con mi amiga Paloma. Que es la muchacha la del hotel, la que conociste hace un rato justamente. Porque ella vive acá, y en la carta que escribió Marilla, había un mensaje oculto, que decía que no tenía que venir para Roma. Y como quería descubrir la identidad de su bebé y el secreto que ocultaba, decidí venir para aquí. Además tú querías tomarte un descanso y dije...¿Y si Julieta vendría conmigo para allí?. Sabia que no te vendría mal este viaje. Ahora si, si tienes alguna duda al respecto, te la responderé con mucho gusto.
- ¡Wow!. Me he quedado muy sorprendida, en verdad no me esperaba todo eso. Y por supuesto que si, tengo varias preguntas. La primera pregunta que te tengo es ¿como sabes que Brikston escribió esa carta?.
- Lo sé porque me conozco su letra a la perfección. La conocí desde hace muchos años y trabajé con ella mucho tiempo. La reconocí y presentí que así era.
- Ok. Bueno. Tú decidiste venir para Roma, porque ella tenía un bebé ¿verdad?.
- Asi es. -Afirmó con la cabeza Marilla-.
- Entonces. En relación a los hechos que me has contado. ¿Que tienen que ver esa tal Paloma y la señora Karimolta?.
- Pues, a Paloma la conocí en un viaje cuando vine aquí por el viaje de egresados. Apenas era una adolescente y ella era una jovencita emprendedora y soñadora, que anhelaba por contar con su propio hotel. Cuando saque los boletos para venir aquí, investigue su número telefónico y decidí llamarla. Por suerte, ya había cumplido su más grande sueño y pude reservar un cuarto en el cual sabía que me podía hospedar. Con respecto a Brikston, ella no la conocía de por sí. Se la mencione un par de veces pero eso fue todo. Por otro lado Karimolta si la conocía, debido a que fue la médica que estuvo allí para cuando Brikston dio a luz al bebé. Entonces cuando estábamos en el barco y tú te fuiste a comprar el desayuno, ella me llamó.
- ¿Y para que te había llamado?.
- Ella quería que nos juntáramos las tres. Para conocernos y para platicar. Mi objetivo principal, aparte de conocerlas y a hablar con ellas, por supuesto. Era de averiguar más a fondo y ver si conseguía alguna respuesta que me pudiera ayudar, a descifrar la verdad y a descubrir la identidad de su bebé. Es todo.
- Ahora si. Te creo. Pero lo único que me preguntó es. Si tú ya ibas a venir sin contar conmigo, luego cuando me invitaste ¿porque preferiste mentirme diciéndome que venías por trabajo, en vez de contarme la verdad y ocultarme la realidad?
- No te lo conté del vamos, porque hasta entonces no quería que nadie lo supiera, era un secreto. Además si te lo contaba, no sabía cómo ibas a reaccionar. Así que si te engañaba diciéndote que era por trabajo, era para evitar esta gran y enorme confusión. Porque aún así, desconozco la identidad de su hijo y a su vez sentía que desconocía a Brikston, ya que después de tantos años de amistad, nunca me lo ha contado. Lamento haberte metido en este problema, es mi culpa yo solo...
- ¡No es tu culpa!. No es la culpa de nadie en realidad. -La interrumpió e intentó de consolarla-. Ahora entiendo porque no me lo querías contar. Porque tú tampoco conoces la verdad, y el miedo te invadió. Quien debería de lamentarlo soy yo. Me comporté como una niña pequeña, egoísta e hipócrita. Lo lamento, enserio lo lamento. Gracias por haberte abierto conmigo y por haber sido sincera. Lamento como te traté, y por supuesto que estás más que perdonada. Yo...-Empezó a retractarse de a poco y a ponerse sonrojada con una cara de felicidad en su rostro, y unas lágrimas de felicidad comenzaron a caer de sus ojos-. Te creo. Confío en ti. Realmente lo hago.
- No tienes de que pedirme perdón ni de que lamentarte. Gracias a ti por comprenderme y por aceptar mis disculpas. Gracias por volver a confiar. Ven y dame un abrazo.
- Pues claro que si. Ahora que ya ha quedado todo en claro, ¿Que es lo que te gustaría hacer?.
- Por el momento, no tenía mucho planeado. Como te mencioné, la idea de este viaje era de encontrar nuevas pistas para llegar a la verdad, sobre quién era Brikston y sobre la identidad de su hijo.
- Si quieres podemos juntas, ir a investigar más. Solo si tú quieres, sino podríamos ir a caminar si prefieres. -Le propuso Julieta-.
- Me gustó tu idea. Sino, de última te propongo que podamos ir a  hablar con Paloma y Karimolta y platicar sobre el asunto. De esa forma, alcanzaríamos a obtener más información al respecto. ¿Que te parece?.
- ¡Pues adelante!. Comunícate con ellas, volveremos a ir al mismo bar al que fueron antes.
- Dale, lo haré.

Mentiras IndiscretasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora