Entre luciérnagas e incógnitas (Cap. 20)

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Addison.

Paso apenas un día desde el ataque en el loft, mi costilla ya se había curado, fue un poco doloroso, pero por lo menos ya podía caminar sin ayuda.

Derek no me hablo en la noche, estaba demasiado enojado por la fiesta, ya me hablaba igual que siempre, pero supe que la fiesta iba a ser un recuerdo que guardaría para siempre.

Y respecto a mí... bueno, llevo la situación mejor de lo que suponía. Le conté a Stiles todo lo que pasó y amenazó a Isaac por mensaje. Me di cuenta de que Scott le comienza a gustar Kira. Allison y Isaac, no hay nada que decir, solo sigue doliendo igual que el primer día, pero se que algún día ya no se sentirá así. 

Termine de arreglarme y baje las escaleras casi a la velocidad de la luz, iba tarde. Derek estaba sentado en la mesa, leyendo un libro.

—Hola Derek— salude. Tome mi mochila del sillón. —Adiós Derek— me despedí mientras tomaba las llaves de mi auto y salía corriendo. Baje y entre a mi auto. Maneje y cuando llegue a la escuela, me sentí aliviada de darme cuenta de que Scott iba llegando, por lo que todavía estaba a tiempo. Entre y cuando llegue a mi casillero, mientras buscaba mi libro de algebra, sentí que Stiles llegaba a mi lado.

—Ad, necesito decirte algo— dijo con voz preocupada. Lo mire y pude distinguir ojeras debajo de sus ojos, eran muy notorias.

—¿Qué pasa?— pregunté una vez que tuve el libro en mis manos para después cerrar mi casillero. Antes de que reaccionara, Stiles tomo mi mano y me jalo fuertemente, llevándome a la sala en la que se encontraba a el armario de químicos, dónde (hasta donde yo había entendido)  estaba escondido Barrow cuando estaba en la escuela.  

—Ella comenzó a hablar de fósforos y la llave tenía químicos en ella. Eso me hizo pensar en el armario de químicos y que alguien debió dejar entrar a Barrow— explicó Stiles mientras Scott y yo lo seguíamos. Nuestro amigo se detuvo frente al escritorio, viendo el pizarrón. —Desapareció— murmuró. Scott y yo intercambiamos miradas. —Bueno, no importa, aún tengo la llave.— dijo y se acercó a la puerta que estaba a mis espaldas, mientras buscaba en su llavero. —¿Que demonios?— preguntó buscando todavía. —La tenía. La tenía aquí. La tenía esta mañana, lo juro por Dios— aseguró mirándonos.

—¿La llave de la que hablabas ayer?— preguntó Scott. Recuerdo que Stiles me comentó algo así ayer en la noche después del ataque.

—Te la mostre, ¿no?, ¿te la enseñe?— preguntó.

—Solo me hablaste de ella, pero nunca la vi— contestó Scott.

—Estaba aquí hace un par de horas— dijo Stiles acercándose de nuevo al pizarrón. —Y el mensaje que le dejaron a Barrow deletreando el nombre de Kira estaba ahí en el pizarrón con mi letra y yo tenía la llave del armario de químicos— explico. Pase la mano por mi cabello, procesando toda la información.

—¿Así que tú abriste el armario de químicos para que Barrow pudiera ocultarse y le dejaste un mensaje para que atacara a Kira?— pregunté sin creerlo.

—Sé como suena, pero miren esto— dijo sacando un arrugado papel de la bolsa delantera de su pantalón. —Es el reporte del noticiero sobre Barrow cuando lo atraparon sobre la bomba de metralla que uso— habló mostrándonos el papel. —¿Ven esto? ¿Ven lo que hizo? Puso tuercas, pernos y tornillos. Y oculto la bomba y el detonador en una caja que envolvió como regalo de cumpleaños. ¿Qué les hace pensar eso?— dijo. Fruncí un poco el ceño.

—Al entrenador— respondió Scott. Claro, la caja que causó que todo en su oficina cayera el suelo.

—La broma que le hicimos. Esa fue idea mía. No es coincidencia. No puede ser.— respondió

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