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— Papi. — La suave voz lo obligó a despertar.

— Elisandra. — Llamó y sintió el brincó de un cuerpo a lado suyo. Con eso fue consiente del dolor que tenía. Un quejido escapó de sus labios, sintiendo su garganta seca.

— ¡Papi! — Gritó emocionada de ver al hombre regresar en sí.

— Espera amor, por favor.

— Deberías estar quieta o harás llorar a tu papá. — Ambos pelinegros se sobresaltaron por la voz, Takemichi abrazo posesivo a su hija y la menor se aferró a su padre, temerosa de tener que tratar con otra persona mala como el peliplata. — Oh, vaya, no esperé este recibimiento. — Se quejó un peliblanco, cruzando sus brazos en protesta. — Yo que traía el desayuno y así me pagan, ni las horas extras.

— ¿Koko?

— Hola ex jefe. — El peliblanco extendió sus brazos y mostró su lengua, llamando la atención de la menor que ahora le veía con curiosidad.

— ¿Qué haces aquí?

— Aquí trabajo. — Respondió con simpleza mientras movía hasta la cama el carrito que llevaba los alimentos, el estómago de Elisandra gruñó en protesta. — Parece que el dormir por dos días les tiene hambrientos. — Razonó y Takemichi asintió sonriendo, hasta que las palabras del hombre hicieron eco en su interior.

— ¿Dormir dos días?

— Sí, eso después de encontrarla a ella. — Señaló a la menor. — Vamos, vengan a comer.

— ¿Dónde estamos?

— En una de las guaridas. — Elisandra brincó emocionada por eso, alejándose un poco de su padre.

— ¿Cómo de los malos que Na-chan persigue? — Pregunto emocionada y Koko rasco su mejilla incómodo.

— ¿Realmente dónde estamos? — Insistió y Kokonoi cruzó sus brazos en negación. — Inui me dijo que estabas en el extranjero y que posiblemente te ibas a casar este año.

— ¿Inupi dijo eso? — Takemichi asintió con la cabeza, acercando a su hija nuevamente a su pecho.

— Realmente no me sorprende, siempre quiso protegerte y supongo que ese era uno de sus modos. — Reflexionó Koko, caminó hacía un escritorio y arrastró la silla, hasta quedar enfrente de los pelinegros que le veían curiosos, logrando sacarle una suave risa. Tenían la misma expresión. — ¿Ella es tú hija?

— Lo es, se llama Elisandra.

— ¡Hola! — Saludó al haber adquirido confianza con el mayor, parecía que conocía a Inui y su tío Inui no podía conocer a malas personas, él siempre estaba rodeado de todos sus demás tíos que eran agradables y ese hombre no debía ser la excepción.

— Hola. — Saludo con una suave voz, algo que agradeció Takemichi, nunca había visto a Koko interactuar con un niño, pero verlo ser amable con su hija lo reconfortaba. — Soy Kokonoi, conozco a tu papi cuando iba en la escuela.

— ¿También conociste a Na-chan? — Inquirió emocionada.

— ¿Na-chan? — Takemichi suspiro, la curiosidad de Koko había nacido de escuchar dos veces ese nombre.

— Es el hermano menor de Hinata Tachibana. Es cómo su héroe.

— ¡Na-chan va a venir por mi papi y por mí y va a golpear a esos malos por asustarnos! — Exclamó molesta. — ¡Los va a meter a la cárcel! — Takemichi cubrió abruptamente la boca de su hija y Koko tosió incómodo.

— ¿Naoto es policía?

— Detective. — Corrigió Takemichi. — Koko, ¿Por qué estamos aquí? — Hajime pensó en sus palabras, pero Takemichi siguió hablando. — No tengo idea de que traman los Haitani, pero retenernos no les va a beneficiar en nada, ¿Por qué también tienen aquí a Mikey y su familia?

¿Quién es el padre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora