Ésto es un pequeño extra. Mañana no voy a actualizar, los veo el lunes.
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Los hermanos mayores somos todos aquellos con los que los adultos aprenden, estamos basados en prueba y error, más errores experimentales que cualquier otra cosa. Los hermanos mayores somos los que de manera voluntaria o a veces hasta involuntaria nos encargamos de los demás; estamos ahí en sus primeros pasos, en sus primeros berrinches, estamos ahí presenciando la curiosidad emanar de sus ojos, de su ser completo.
Nosotros, los mayores, damos por sentado que viviremos muchas desgracias por los hermanos menores; los hermanos mayores caemos en la equivocación de que ellos por ser menores a nosotros tendrán vidas más longevas, pero desafortunadamente no siempre es así y eso duele.
Aquellos que tienen la dicha y fortuna de tener una buena relación entre hermanos pueden confirmar que un hermano es el primer mejor amigo, el primer gran confidente y hasta posiblemente el primero o segundo más grande amor que tendremos en la vida, ya que nuestro vínculo está reforzado por tantos años de convivencia, puedo asegurar que los hermanos nos rescatariamos en los peores momentos, sé que si ellos lo necesitan estaríamos dispuestos a dar cualquier extremidad de nuestro cuerpo y no solamente eso, les daríamos la vida entera, porque ellos tienen el derecho de vivir. De vivir en paz y en extrema felicidad, porque nuestros hermanos nos hacen sentir cómodos, nos mantienen a salvo, pero desafortunadamente todo esto termina y llega a su fin cuando nos tenemos que despedir el día de la muerte y es ahí cuando toda la historia de vida te golpea duramente, cuando recuerdas las épocas de niñez dónde nos sentíamos los reyes del mundo, las inebitables locuras de adolescencia que llegan y se van a veces sin arrepentimientos de por medio.
Es inevitable no desear revivir cada momento, cada palabra, cada experiencia, aún cuando la adultez nos llega y escogemos caminos diferentes, los hermanos siempre estamos conectados, más allá de la sangre, más allá de la familia.
"Querido hermano, todas las promesas de mi amor se irán contigo".
El peor día de un luto no es precisamente en el funeral. Aunque si es en ese momento donde tu corazón se rompe en piezas tan pequeñas y estás mismas piezas lastiman y duelen si las intentas recoger. Un velorio es donde tus piernas fallan, tu corazón duele y se oprime, donde la respiración se marcha y regresa con un agónico lamento, pero no soy el peor día de luto, tampoco lo es la misa, ni el primer cumpleaños con la ausencia.
El peor día de luto es un día normal, cuándo sigues con la vida, pero sucede algo y desearías contarle a esa persona y te ataca el dolor insano, ese dolor que se llama realidad.
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¿Quién es el padre?
FanfictionUn futuro que jamás imagino. ¿El peor de los futuros o el mejor de ellos?