20 / Final.

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— ¡Por favor, por favor! — Su garganta se desgarraba, la expresión de completo terror satisfacía a su atacante.

— ¡Basta Nahoya! — Ran tomó el inestable cuerpo de su hermano menor, cubriéndolo con el suyo.

— ¿Basta? — Colocó su dedo índice en sus labios, no borraba su sonrisa. — Apenas los encontré, ¿Creés que voy a detenerme ahora qué por fin los atrapé después de catorce largos años?

— Te ves muy cansado Nahoya. — Exclamó Ran, buscando rutas de escape, los había atrapado con la guardia baja. — Te ves mucho mayor que yo, aunque ese cabello largo y lacio te queda bien.

— See, la pérdida de un ser amado es tan desgarrador y los años pasan tan lento. Toda la dulce miel que existía por ese ser, se terminan agriando por su recipiente sucio, pero sabes Ran, siempre hay algo que pregunté. ¿Por qué tú hermano sigue vivo y el mío no? — Ran vió una semblante sombrío y lúgubre. — No es justo.

— Entiendo, realmente entiendo, pero el culpable soy yo, mi hermano no tiene relación. — Nahoya río divertido por las ocurrencias del mayor.

— ¿No tiene relación? — Pregunto burlón. — Tiene toda la maldita relación, él lo dejó morir y sigue vivo. ¿¡Por qué mierda sigues vivo!? — Rindou cubrió sus oídos, no podía ver fijamente a Nahoya o en lugar de ver al gemelo mayor vería al menor.

— Nahoya, piensa lo que harás, solamente eres tú contra nosotros dos. — Nahoya miró incrédulo al hermano mayor, viendo al inestable Rindou.

— Tal vez en estos años tú y tu hermano han estado estancados siendo los perros fieles de Mikey, pero habremos personas que usamos estos años sabiamente, no son ustedes dos contra mí, son ustedes dos contra todos mis chicos. — Ran observó a los demás miembros que manifestaban alrededor de ellos. — No dudaras en matarme, lo sé, pero ten por seguro que ellos irán por ti y a tú hermano lo dejarán al final, para ser el entretenimiento personal de mi organización. — Ran tragó saliva ante esas palabras y bajó el arma, Nahoya sonrió satisfecho. — Que comience el juego. — El lugar cambio y Rindou trago saliva, el hermano mayor hablo. — ¿Por qué tuvo que arriesgar su vida por ti? Explícame porque lo merecerías.

— No lo merecía, no merecía vivir y no lo merezco.

— ¿¡Entonces por qué sigues vivo!?

— Estaba obligado a vivir.

— Y ahora resulta que estás obligado a morir, ¿verdad? — Nahoya interrogó, Ran veía todo atentamente; se encontraba sometido y amordazado. — ¿Qué harás ahora? — Rindou sorbió su nariz mientras trataba de calmar sus lágrimas, realmente era horripilante ver directamente al Kawata mayor. — ¿Suplicaras perdón? — Rindou negó lentamente. — ¿Vas a pedirme misericordia?

— No voy a mendigar perdón, ni tampoco tu misericordia, puedes hacer conmigo lo que quieras. Yo no puedo ir en tu contra, no tengo ese derecho después de lo que pasó con Souta. — Rindou aguantó las náuseas de estar cerca de Nahoya, podía observar los irritados ojos del gemelo mayor. — Solo me mantengo vivo por aferrarme el amor que le tengo a él.

— ¿Amor? — Nahoya no lo soporto más y deslizó sus manos sobre la garganta de Rindou, aquél tatuaje en el cuello se arrugaba ante su fuerza. Rindou jadeó ante la sorpresiva acción. — ¿¡A quién demonios le puede importar tu amor cuándo lo dejaste morir!? — Aún siendo más alto que Nahoya, Rindou terminó arrodillándose, aún con el fuerte agarré en su cuello; tosiendo de forma involuntaria ante la falta de oxígeno. — ¡Tú eres un cobarde! — Exclamó mientras movía de forma brusca el cuerpo del menor. — ¡Te escondiste durante años en un sucio rincón oscuro lleno de ratas! — Aún cuándo el menor boqueaba en busca de aire, él no detenía su agarré. — ¡Te mataré! ¿¡Me escuchaste!? ¡Te mataré con mis propias manos! — Rindou mantenía los ojos cerrados, no podía seguir viéndolo, era tan doloroso y eso sus lágrimas en su rostro lo comprobaban.

¿Quién es el padre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora