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Advertencia: Capitulo largo, posibles faltas de ortografía.

Va a ver un extra, posiblemente al rato o mañana en la tarde, debo aclarar que esto no es el final, pero ya estamos cerca. ¡Gracias por votar y comentar!

(Wattpad me odia, lamentó la molestia).

[...]

Chifuyu sentía la suave respiración del pelinegro y eso le hacía suspirar de gusto, dirigió su vista a Naoto que igual estaba sentado en la parte trasera del auto como él.

Elisandra aún dormida se aferraba a la ropa del pelinegro, temerosa de perder al Tachibana nuevamente. Kazutora que estaba sentado de copiloto soltó una suave risa y Souta le correspondió al dar una rápida mirada al retrovisor, él se había vuelto el conductor cuándo Elisandra no soltó a Naoto, Chifuyu tampoco cedió a separarse de su amigo y siendo más preventivo que Kazutora fue designado cómo responsable. Los pelinegros restantes también rieron y fue inevitable terminar en lágrimas por parte de Naoto, aferrándose a la menor.

— Vamos, dame un respiro hombre, los pañuelos casi se los termina Fuyu. — Kazutora intentó aligerar el ambiente, logrando otra suave risa de Naoto que aceptaba los pañuelos.

— Lo siento. — El ambiente volvió a quedar en un silencio agradable, habían pasado con un doctor a tratar las heridas de Takemichi y las que posiblemente habría adquirido Elisandra al intentar escapar. Fue realmente emotivo su reencuentro; un grito desesperado de la menor al ver por fin a Naoto, un brazo asfixiante de Chifuyu con mil disculpas del mismo por no haber hecho más, Souta intentando calmar a la menor, limpiando suavemente sus mejillas manchadas de lágrimas. Kazutora agradeciendo el encuentro y el alivio que al fin tendría su Fuyu al tener a su amigo con él nuevamente, Kazutora realmente agradecía por la felicidad de Chifuyu.

[...]

— Tenemos problemas, él no parece rendirse. — Informo Inui.

— ¿Cuántas bajas han sido? — Cuestionó Kisaki. Estaba cansado de pasar casi tres semanas borrando el rastro de todos para evitar la confrontación directa con Boten.

— Suficientes para que los recursos humanos del bajó mundo se vean reducidos a un veinte por ciento. — Baji cruzó sus brazos, tratando de calmar su ansiedad.

— Vamos a tener que recurrir a ese plan o Mikey no va a tardar nada en llegar a Takemichi. — Kakucho tomó la palabra, tomando la aceptación de Izana ante su propuesta.

— ¿Qué? — La voz de Takemichi les hizo dirigir la mirada al pelinegro.

— Takemichi. — Llamó Shinichiro. — Hola Elis-chan, hola Naoto. — Todos veían expectantes a los pelinegros que llegaban a la sala, la menor venía tomada de la mano de los adultos, dando una linda escena visual.

— Tío Shin, hola.

— ¿Qué está ocurriendo? — Los adultos guardaron silencio, dudosos de responder.

— Mikey no ha parado de exterminar a todo aquél que se interponga en su camino, dió la orden de capturarlos nuevamente, vivos. Nuestros recursos humanos se están agotando y la guerra cibernética que mantiene mi grupo con el suyo es bastante intensa. No hay segundo que él no desperdicié. Prácticamente tanto el bajo mundo y el normal están siendo sometidos a una carnicería.

— ¡Kazutora! — Regaño Chifuyu.

— No pienso mentir, los chicos tienen un plan y es eficiente, discúlpame Takemichi, realmente estoy agradecido y feliz de que volvieras, pero no voy a mentirte y exponer a Fuyu y Baji para mantener un secreto.

— ¿Mikey nos está buscando? — Pregunto preocupado. Su mente no evitaba fantasear con un peliplata realmente devastado.

— Na-chan. — Llamó temerosa de lo que escuchaba, Naoto la tomó entre sus manos, el agarré de padre e hija se vió roto cuándo el Tachibana sostuvo entre sus brazos a la menor, refugiándola en su pecho, repartiendo besos en sus negros y cortos cabellos. Takemichi se mordió el labio, se mantenía en una encrucijada. Mikey y su hija. Caminos distintos.

¿Quién es el padre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora