74: Persona favorita

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Axer

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Axer


—Hey.

Todo estaba oscuro, Sinaí tenía la certeza de que Axer no respondería por estar inmerso en su sueño. Él estaba volteado hacia su lado de la cama, y ella hacia el contrario, y aunque esa era la manera en que solían dormir ellos  —excepto esa primera vez cuando él le tomó la muestra de sangre—, por algún motivo Sinaí presentía que esta no era como aquellas veces.

—¿Humm? —respondió Axer

Ella sonrió en la oscuridad, pues el hecho de que él estuviera despierto la aliviaba.

—¿Puedo molestarte un rato? —preguntó ella.

—Créeme, ya me estás molestando.

Ella puso los ojos en blanco.

—¿Podemos hablar?

—Ya estamos hablando.

Sin embargo, Axer se volteó. Puso una mano sobre la cintura de ella y la arrastró hacia sí por la cama hasta tenerla tan cerca que, sin pasarse a dudarlo, pegó sus labios sobre su frente y presionó largos segundos hasta que el corazón de ella quedó a punto de derretirse.

Sus dedos en el mentón de ella, elevó su rostro para que lo mirara a pesar de la penumbra y su siguiente pregunta la hizo en un tono íntimo, acorde al momento que compartían.

—¿Por qué estás siendo una gatita inquieta?

—No estoy...

—Haz dado diez vueltas en la cama en doce minutos.

Ella se mordió el interior de la mejilla para no sonreír. La pregunta de Axer revelaba que estuvo pendiente de ella, y sin importar el motivo eso a Sinaí le encantaba.

—No puedo dormir —susurró ella.

—¿Y eso por qué?

«Porque tengo en mi cama a mi crush».

—No sé si estás cómodo —dijo en cambio.

Esa respuesta Axer la recibió con sorpresa.

—¿Por qué no lo estaría?

—Porque esta no es tu cama hecha con plumas de ángeles.

Él suspiró. Estaba muy consciente de que tenía que recuperar terreno por toda la ventaja que ella llevaba en el tablero, y vaya que lo haría, pero no hiriéndola, no haciéndola sentir mal o alentando sus inseguridades. Axer no necesitaba los sentimientos de ella para querer que estuviera bien, de esos él ya tenía suficientes para los dos.

—Entiendo tu preocupación —le dijo—, pero no tienes que sentirte así. Si estuviera aquí solo, tal vez me resultaría incómodo, pero contigo podría haberme quedado a dormir en la camilla del laboratorio y todo estaría bien.

Nerd: obsesión enfermiza [Libro 1 y 2, COMPLETOS] [Ya en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora