XVIII: Infierno

45 10 2
                                    

—¿Crees que algún día alguien nos llevará con ellos?

Miro a Lucas cuando me hace la pregunta, curo la herida de su frente y luego empiezo curar la herida de mi mejilla. Habíamos tenido una pequeña pelea con una niña que lo molestaba mucho, Lucas era tan inocente que fingía que no le dolía para que no lo defendiera. Cuando vi que estaba golpeándolo no dudé en ir y empezar a pegarle a esa estúpida. Tuvieron que separarnos y como castigo nos metieron en un cuarto cerrado y oscuro. No tenía miedo.

Después de cumplir las horas del castigo, ya que normalmente eran 4 o 5 salí en busca de Lucas para curar sus heridas. Él me observa mientras paso el algodón por mi mejilla.

—Si nadie nos lleva, nos iremos. No necesitamos a más nadie si nos tenemos a nosotros.

Él sonríe satisfecho con mi respuesta.

De repente, nuestra sonrisa desaparece cuando escuchamos gritos. Lucas toma mi mano y salimos de la habitación, donde veíamos a todos correr y olía a humo.

—¡Lucas!

Me levanto con brusquedad y parpadeo varias veces hasta adaptarme a la luz. Miro el teléfono y son las nueve de la mañana, escucho ruido en la cocina y bajo para ver que es Lucas haciendo el desayuno. Mis manos tiemblan al recordar el sueño.

Después del desastre que pasó en la escuela, el director decidió suspender las clases por una semana hasta que pudieran arreglar los daños, lo cual era excesivamente caro gracias al caos que sucedió hace unos días. La mayoría de los estudiantes estaban contentos y decidieron hacer una fiesta en celebración ya que íbamos a descansar un poco de los exámenes que se vendrían. Los demás seguían sus vidas y yo leía los libros de mis escritoras favoritas donde el protagonista era un ángel o un demonio.

Era gracioso si lo veía desde otro punto de vista, pero ninguno de los libros encajaba con mi situación pero se sentía bien entender a las protagonistas. Lucas me hizo saber que iría a esa fiesta y que por supuesto quería que fuera con él pero realmente no tenía tantas ganas, no cuando sabía que el mundo podría acabarse en un abrir y cerrar de ojos y yo solo quería seguir leyendo.

Mientras Lucas hacía el desayuno, decidí hacer lo mismo que hacía ese señor que llamaba padre, investigar. Quedé un poco confundida cuando vi que en internet si ponías la palabra "caído" de una vez te llevaba a páginas bíblicas donde explicaba que eran, por qué cayeron y si existen, cuando la última vez que Lucas buscó sobre eso no le apareció nada.

Creo que una de las peores cosas que tengo es que siempre pienso 'no le daré importancia' cuando realmente ahora mismo todo era importante y definitivamente si le daré importancia a esto. Noto que en internet salen algunas cosas relacionadas con el diario de ese señor y me asusto un poco.

¿Por qué saldría algo del diario en internet?

¿Qué significaba esto?

Tomo el teléfono y quiero enviarle un mensaje a Maalik pero recuerdo que no tiene teléfono, iría hasta su casa pero la situación con los tres caídos que hasta ahora conozco se volvió complicada. Intenté acercarme a Maalik, pero nuestro último encuentro terminó en una batalla verbal en donde me hizo sentir mal, así que a raíz de eso estaba tratando de ignorar mi situación emocional.

—¿Entonces vamos a ir? —pregunta Lucas y hace que salga de mis pensamientos.

—Creo que paso, sabes lo que pasó en la última fiesta.

—Es hora de tener un poco de normalidad, Keyssi.

—Nada en mi vida es normal.

—Y no lo seguirá siendo si sigues encerrada acá.

EL CAÍDO (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora