VII: E.T

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El cielo en ese momento era rojo, tan rojo como la sangre. Algunos rayos alumbraban la estancia dándome a entender que estaba en una calle desconocida. Gotas empezaron a caer y por un momento creí que era agua, pero en realidad era sangre. Estaba lloviendo sangre.

Miro a las personas a mi alrededor y retrocedo del susto a ver qué donde debían estar sus ojos solo era un vacío negro. Caminaban como si fueran zombies y decían cosas que no lograba entender.

De repente, siento una presencia detrás de mí y abro mi boca ligeramente cuando volteo y veo a mis padres, estaban del mismo estado que los demás. Un grito sale de mis labios y corro lejos de ellos, pero me detengo cuando mi papá aparece nuevamente en mi campo de visión.

—La llave —logro escucharlo—. Caídos. Muertos. Fin del mundo.

—¿Qué? —pregunto asustada.

—La llave. Caídos. Muertos. Fin del mundo.

—¿Key?

Abro mis ojos de repente y me obligo a cerrarlos de una vez en el momento que una luz blanca me da de lleno. Intento levantar mi cabeza pero siento como algo presiona mi frente impidiéndome la acción. Un dolor punzante se instala a un lado de mi cabeza y reprimo un gemido de dolor. Decido abrir mis ojos nuevamente y parpadeo varias veces, encontrándome con la mirada preocupada de Lucas.

—Casi me matas del susto, ¿estás bien?

Mi mente trata de procesar una respuesta, pero no hallo ninguna. Decido detallar el lugar donde me encuentro y es la enfermería.

—¿Qué sucedió?

—Alguien te golpeó. Lo siento mucho Key, nunca quise dudar de ti. Fui un terrible mejor amigo y de seguro no...

Dejo de escucharlo. Mi mente solo se queda pensando en el rostro de mi papá y sus palabras. Había soñado con él de una manera terrorífica. Eso despertó las alarmas en mi sistema.

—¿Key? ¿Estás escuchando?

Vuelvo a parpadear cuando escucho la voz de Lucas. Intento responderle pero las palabras mueren en mi boca cuando veo a Maalik entrando a la enfermería junto con su amigo. Lucas mira hacia donde estoy viendo y carraspea algo incómodo.

—Iré a llamar a mis padres, le diré que ya estás despierta —me dice antes de irse.

Lucas evita todo contacto con Maalik y sale de la enfermería. Mis manos adquieren un ligero temblor y decido acomodarme en la camilla para poder observarlo mejor.

—Deberías como que bañarte con ramitas y eso porq ue tienes una completa sal en ti —se burla Samuel.

—¿Estás bien? —pregunta Maalik. Su voz sale ronca y percibí preocupación en ella.

—Sí. ¿Cómo está el otro chico?

Maalik frunce el ceño y se acerca a mí. Noto como se ha cambiado de ropa y ahora una gorra hacia atrás adornaba su cabeza.

—¿De qué estás hablando?

—El chico, el que estaba sangrando. Fue él quien me lastimó.

Veo como Maalik se acerca y se sienta en el lugar que había estado Lucas.

—No, Key. Fui yo quien te golpeó, no hubo más nadie herido. Lo siento.

Intento replicar, pero mira un punto detrás de mí y se queda paralizado. Lo siguiente que pasa es que mira hacia atrás, le hace una señal a Samuel y después me mira a mí. Acto seguido se levanta y ambos salen, dejándome sola y aturdida.

(...)

—¿Puedes por favor dejar de ignorarme?

Miro a Lucas cuando escucho esas palabras. Quito la bolsa de hielo que se hallaba a un lado de mi cabeza y se la tiro, viendo cómo impacta en su rostro con fuerza. Él se sujeta la nariz y me mira con molestia. Desde que habíamos llegado a mi casa, él intentó mil y un formas de hacer que yo hablara pero nada salía. Simplemente lo miraba y después volvía a mirar televisión.

—Fui un idiota y lo siento, pero lo que dijiste fue una locura —vuelve hablar para que lo mire. Pasa su mano libre por el cabello y suelta un suspiro.— Dijiste que alguien del cielo cayó y te atacó. ¿Entonces quieres que crea que E.T el extraterrestre quiere asesinarte?

—Que imbécil —es lo primero que suelto, tratando de reprimir una risa. Lucas me sonríe.

—Tienes que entenderme, Key. ¿Qué harías tú en mi lugar?

—Creerte. Eres mi mejor amigo, confiamos en el otro.

Lucas niega con su cabeza y se arrodilla para tomar la bolsa de hielo. Camina hasta la cama y se acuesta conmigo.

—Lo intento, Key. Intento entender que pasa contigo. Desde que empezaste a seguir a ese Maalik, cambiaste de una forma rara.

Intento decir algo, pero el sonido de la puerta siendo tocada interrumpe nuestra charla. Me levanto de la cama y me acerco a la ventana para ver de quién se trataba y me quedo estática en mi lugar cuando veo a Maalik delante de la puerta de mi casa, mi corazón se acelera. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras con rapidez y llego hasta la puerta. Doy un par de respiraciones e intento arreglar mi cabello, para después abrirle.

Tenía las manos metidas en su suéter. Vestía de manera deportiva, como sí hubiese salido del gimnasio. Su cabello estaba despeinado y tenía una cinta en su frente, impidiendo que algunos mechones afecten su vista. Tenía una expresión serena y tranquila, como si verme de pie fuera un logro para él.

—Sí, yo también estoy aquí. Me puedes mirar, no tengo problema con que lo hagas —la voz de Samuel interrumpe mis pensamientos y él empuja más la puerta para que note su presencia.

—No te vi, lo siento —digo con honestidad. Vuelvo a mirar a Maalik—. ¿Qué hacen aquí?

—Quería saber ver sí estabas bien. Además, Samuel quería decirte algo.

—¿Qué pasa?

—Te grabé cayendo en cámara lenta cuando Maalik te golpeó. ¿Quieres verlo?

Sonrío cuando lo escucho como un niño emocionado. En ese momento, la presencia de Lucas aparece en el umbral y los chicos lo miran.

—¿Quieren pasar? —pregunto tratando de aligerar el ambiente.— Claro, sí no tienen más nada que hacer. Puedo pedir pizza.

—¿Qué crees que pensarán mis padres sí saben que estás con dos chicos sola en casa? —Lucas suena enojado. Pero a mí no me importa.

—Nada. Porque ellos no son mis padres y además, confían y creen en mí. Cosa que tú no haces.

—Tranquila, Key. Nos iremos, solo queríamos ver si estabas bien —aclara Maalik y yo niego.

—No. Lucas es quién se va, ya que sus padres están esperando por él.

Mi mejor amigo luce herido y traicionado cuando me escucha. Él asiente con la cabeza y sale de mi casa, empujando en el acto a los dos chicos delante de mí. Samuel parece molestarse y cuando Maalik se da cuenta que irá atrás de él, lo sostiene por el brazo y lo mira.

—Calma Hulk, mejor vamos adentro —le dice y Samuel asiente—. Esto será interesante. 

EL CAÍDO (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora