EL CAÍDO (2)

XXIV: Él

2 dias antes.

—Lucas no me hará esto...

—Lucas jamás estuvo de tu lado, Keyssi. El solo ha sido un juguete de Kafziel para vigilarte.

Miro las hojas que están a mi alrededor y suelto un suspiro. Samuel se había dado cuenta que Lucas había estado frecuentando un lugar y lo encontraron en el cementerio que vi en los recuerdos de Maalik con el arcángel. Resulta que ese Arcángel le mostro la verdad de lo que sucedió en el orfanato y todo para que acabara conmigo con ayuda de Araziel. También me enteré que iba a revelarle al mundo los secretos que hemos guardado, incluso los que creo que nadie sabe. Lucas buscaba vengarse.

Me es imposible pensar que mi mejor amigo podría hacerme esto pero poco a poco debía entenderlo, últimamente Lucas y yo hemos estado separados y desde que sucedió lo de su casa, entendí que nuestro lazo jamás existió.

—Aunque bueno, si yo fuera Lucas también quisiera matarte —dice Remiel mirando la información—. Lo obligaste a matar a toda esta gente, no entiendo Keyssi.

Ni siquiera respondo. Que de repente ellos supieran mi secreto más oscuro y perverso me hace poner nerviosa. Me juzgan en sus cabezas pero no dicen nada y me alivia que no lo hagan, ellos no entenderían. Aunque ni siquiera entiendo ahora mismo.

—Sabes que siempre estaremos en esto.

Asiento hacia la voz en mi cabeza. Los chicos me miran de reojo pero no dicen más nada. Ahora, solo debíamos aceptar que Lucas hará un espectáculo y debíamos estar preparados.

Actualidad.

La primera trompeta sonó.

Mi piel se eriza cuando se escucha a lo lejos. Las personas de repente dejaron de gritar y se quedaron pasmados al no saber que estaba pasando y se concentraron en ese sonido aterrador. Miro el cuerpo de Lucas en mis brazos y empiezo a llorar. Había perdido a mi mejor amigo, había perdido a la persona que más amaba. Pero, lo había hecho porque era necesario.

Dejo el cuerpo de Lucas a un lado y me levanto. La mayoría me miraba con horror y no era para menos, había asesinado a alguien y mi vestido estaba lleno de sangre. Pasé por el lado de todos en modo automático y salí de la escuela. El cielo de había tornado en una mezcla de gris y rojo. Y en eso, tal cual recita la biblia: el primer ángel tocó su trompeta, y fueron lanzados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre.

Las personas en ese momento corren y gritan por ayuda. El mundo se volvió un caos en cuestión de segundos; El fuego cayó del cielo, la tierra se abrió en dos y todo empezó a desmoronarse.

Lo siguiente que pasa y en cuestión de segundos algunas personas caen al suelo y sus ojos pierden vida quedando en un color rojo y gris, otras se inclinan intentando levantar a las demás personas y no entienden que está pasando y piden ayuda a otros que corren.

Esto es el apocalipsis. Dios se lleva a las almas buenas y deja a los pecadores vagando en la tierra en un bucle de tortura, caos y sufrimiento.

Maalik sale y se encuentra a mi lado. Su expresión es seria, sus ojos miran alrededor y por lo bajo suelta una maldición.

Sin poder evitarlo, una sonrisa se extiende por mi rostro al ver el espectáculo y Maalik frunce el ceño por mi actitud. En eso, Samuel y Remiel sacan a relucir sus alas y me sorprende ver el color negra en ellas. Ambos miran a Maalik, como si fuera un líder.

—Te seguiremos a ti —le dicen sin dudar.

Ellos se ponen alerta cuando algunas sirenas se escuchan en el lugar y suenan más fuerte a cada minuto. Por un momento me siento en la película de Silent Hill. A lo lejos, unas figuras extrañas de color negro, de casi 2 metros y viscosas iban acercándose mientras que algunas luces destellaban en el cielo, anunciando que se venía la guerra entre el cielo y el infierno.