EL CAÍDO (2)

XIX: Revelación

La tensión podía cortarse con un cuchillo. Maalik no dejaba de mirar al otro chico, quien aún no me soltaba y a pesar de que ninguno hablaba, podía escuchar su voz en mi mente.

Esto es lo que pasará a continuación, voy a querer matarte y ahí podrás ver quién es Maalik.

¿Qué?

Toca su espalda y obtendrás una parte de la verdad.

¿De qué estás hablando?

Maalik pareció notar lo que estaba pasando y frunció el ceño.

—Keyssi no lo escuches, cierra tu mente. Está manipulándote.

Justo como lo hace él cuando intentas saber la verdad. Supiste sobre el apocalipsis pero no el por qué pasará.

Me estallará la cabeza.

Me mandaron a que lo supieras, tenía una X en una foto porque soy un traidor. Decían que el apocalipsis podría detenerlo el segundo caído pero en realidad...

¿Maalik no era el primer caído?

Si te dijeron eso, no es verdad. Lucifer fue el primer caído.

—Keyssi, mírame —lo hago cuando escucho la voz de Maalik—. No hagas lo que dice, la mayoría tenemos habilidades y la de él es manipular a las personas cuando están débiles y hace que su alma vaya por la oscuridad.

¿Soy débil?

—Quiere mostrarme la verdad.

—Yo lo haré, a mi manera pero lo haré.

No le creas, toca su cicatriz en la espalda y mira por qué se acercó a ti de repente. Eres más fuerte de lo que él cree.

—Keyssi...

Fue como si en ese momento el tiempo se detuviera. Maalik se teletransporta de un lado a otro, dónde toma mi brazo y con una de sus manos empuja al otro caído hacia el extremo de la habitación haciendo que choque contra un espejo y estalle en pedazos.

Hazlo.

Maalik me da la espalda y camina para pelear, la voz del caído se intensifica en mi mente y hago lo que digo.

Doy tres pasos y toco la cicatriz por encima de la tela. El mundo se tambalea a mis pies y siento como mi mente viaja hacia otro lugar de un momento a otro, dando saltos en el tiempo. La intromisión me marea pero mantengo mis ojos abiertos hasta que llego a un lugar que reconozco inmediatamente. Era mi casa.

Veo como un auto se detiene y siento que mi corazón se detiene por unos segundos al ver a mi papá bajando del auto con una niña de cabello castaño, caigo en cuenta que la niña soy yo. En modo automático, camino hasta dónde están y mis manos tiemblan.

—Bienvenida a casa pequeña, Keyssi.

Mi papá camina con la pequeña Keyssi hasta la casa y entro con ellos. Mamá aparece de repente y la abraza, me abrazo por instinto queriendo llorar.

¿Cómo es posible que esto estuviera en los recuerdos de Maalik?

Mamá decide mostrarle la habitación y subo con ellos, la dejan sola por un momento y detrás del armario sale un hombre. Mi boca se abre ligeramente al darme cuenta que era Maalik.

—¿Quién eres y por qué estás acá? Voy a gritar —dice la niña y me hace fruncir el ceño, tenía como unos 10 años y no recordaba esto.

—Tienes dos opciones mocosa, me crees lo que te digo y no le dices a nadie o haré que un monstruo venga a comerte.