Mi respiración fallaba cuando intentaba moverme, mi pulso se aceleraba y mi corazón latía a mil cada segundo que pasaba. Aprieto una de mis manos para aguantar todo el torbellino de sensaciones que se apodera de mi cuerpo.
¿En qué momento acepté ser parte de esto? Porque ya no quería continuar.
—Vamos Key, tú puedes. No seas miedosa.
Sí podía. Claro que sí.
Y en eso, mi valentía se esfuma cuando escucho un ruido.
No, no podía.
Lucas sonríe y toma mi mano para apretarla en modo de consuelo. Habíamos decidido que al casi finalizar la secundaria íbamos a tatuarnos algo con significado. Pensé que a él se le había olvidado esa tonta promesa de niños de primer año, pero al parecer no. Al faltar tan solo tres meses para graduarnos, él decidió que ya era hora de poner tinta en nuestra piel. Aunque bueno, esto no era nuevo para él. Tenía miles de tatuajes y éste era mi primero, y por supuesto que el último.
—No seas miedosa. Solo será un pequeño dolor.
—No me gustan las agujas.
—Dios, que dramática. Piensa en arcoíris, caballos, un cielo lindo, en Chris Evans o no sé, piensa en Harry Styles.
Me río un poco de lo que dice y trato de pensar en varias cosas para que me distraigan del dolor que está matándome en estos momentos. Media hora después, el chico que estaba tatuándome dice que ya está listo y suspiro de alivio al saber que mi tortura ya se acabó. Sonrío y me levanto para ir a verlo en el espejo. Había quedado magnifico.
—A veces necesitamos un par de alas para volar tan alto en busca de lo que más anhelamos —dice Lucas y volteo a mirarlo—. Aunque nunca tendremos alas, solo es una metáfora.
—Nada como una frase inspiradora seguida de una cruda realidad —me quejo y él se ríe—. Me encanta.
—Lo sé. Gracias a Dios se me ocurrió esa idea, porque seguro ahora mismo tendríamos un unicornio, posiblemente hasta la cara de Justin Bieber.
—Serás idiota.
Lucas Grey, mi mejor amigo desde que tengo memoria y él único que me ha apoyado en todas mis decisiones sin cuestionar. Lo había conocido en el orfanato, donde fuimos criados esperando ser adoptados por buenas familias. En el momento que me fui del orfanato, pasé meses en depresión por pensar en él, en cómo estaba y si ya no estaba en ese lugar. Un año después, para nuestra suerte, mis padres adoptivos resultaron ser los mejores amigos de los suyos y tuvimos un encuentro un tanto emotivo. Incluso nuestros padres lloraron. Me sentí feliz en ese momento. Lo había tenido todo.
—¿Key? —Lucas llama mi atención y lo miro—. ¿Estás bien?
—Sí lo siento. Solo pensaba en lo afortunada que soy por tenerte aún.
—Eso lo sé.
Me río y empiezo a caminar con él hasta la salida después de la charla que me dio el chico para cuidar el tatuaje. Estaba tan enfocada en el papel que tenía en mis manos y no me doy cuenta que viene alguien hasta que un chico pasa por mi lado empujándome en el acto. Por suerte Lucas estaba mi lado y logra sostenerme para no caer al suelo.
—¡Oye imbécil, fíjate por donde vas la próxima vez! —habla Lucas y yo solo lo agarro.
—Entonces quítate de mi camino y ya, Grey —responde el sujeto con voz rasposa sin mirarnos.
Suelto a Lucas cuando identifico la voz que hace mis músculos tensar, mi mente colapsar y mi corazón acelerar solo por unos segundos. Siempre la reconocería en cualquier lugar. Maalik se voltea y me mira.
![](https://img.wattpad.com/cover/153875083-288-k844909.jpg)
ESTÁS LEYENDO
EL CAÍDO (2)
FantasyNadie sabía lo que era un ángel. Nadie sabía lo que era un caído. Nadie sabía que no se encuentra información de ello en internet o en los libros. Solo saben que existe un Dios, pero... ¿es real? A nadie parecía interesarle ese tema. A excepción de...