V: Histeria

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—Key, eres mi vida, te amo y todo, pero esto ya es aburrido —se queja Lucas bebiendo de su trago, apenas si lo escucho con todo el alboroto que hay en la sala—. Me estoy perdiendo de mi propia fiesta.

—No llevamos ni una hora.

—No, pero quiero disfrutar, no quedarme parando mirando a un chico feo fumar.

—Maalik no es feo.

Eso le arranca una sonrisa a Lucas y yo solo ruedo mis ojos.

—Key, por favor...

—Dios que dramático, vete —digo ya molesta.

Lucas sonríe y besa mi mejilla para después irse a bailar. Desde hace media hora que nos habíamos apartado de todos para expiar a Maalik y su amigo, Samuel, quienes han estado toda la noche sentados y charlando mientras beben de algo que les trae cualquier chica.

Lucas había empezado a quejarse desde hace diez minutos diciéndome lo aburrido que estaba, que parecía una idiota mirándolo y siguiéndolo a la vez que bebía, haciéndome lucir como una loca acosadora. No sé cuál es mi empeño realmente en querer saber qué hace todo el tiempo, no es algo que me interesara, pero había algo, no sabía que era, pero era algo...

—¿Quieres bailar? —pregunta alguien a mi lado, y sin ni siquiera mirar solo niego.

No me apetecía bailar, en realidad no me apetecía en lo absoluto estar en esta fiesta. Se supone que debía ir y divertirme con mi amigo, bailar, beber hasta perder la conciencia, pero no era algo que quería hacer en estos momentos.

Cuando me aburro completamente de estar mirando a Maalik y a su compañero, salgo al patio para tomar algo de aire y alejarme de todo el ruido que había dentro de la casa. Algunas personas se encontraban allí hablando y riendo. Camino hasta una de las sillas y me siento, tomo un sorbo de la bebida que traía en mis manos y miro el cielo. Estaba totalmente oscuro, no había ni una estrella adornándolo.

Noto como algunas personas que se hallaban afuera empiezan a entrar cuando suena una música movida. Suspiro con cansancio y me quedo ahí acostada, sin hacer nada, solo contemplando el cielo nocturno y escuchando como los árboles se mueven por el viento.

—Eres una aburrida Key —me digo a mi misma bebiendo otro sorbo—. Sigue así y la poca vida social que tienes se irá a la mierda.

Me río un poco de lo que digo y eso es lo que necesitaba para darme cuenta que ya había bebido mucho y debía parar.

De repente, algo parpadea en el cielo, como la luz que vi cuando fui al bar con Lucas al seguir a Maalik. Parpadeo varias veces tratando de comprender que pasa y es entonces cuando lo veo...

Algo cae en picada desde el cielo con mucha velocidad hacia donde estoy. Parpadeo de nuevo en asombro y me levanto rápidamente para alejarme unos metros ante lo que sea que esté cayendo. Miro a los lados y me di cuenta que estaba sola.

En eso, la tierra parece temblar y caigo al suelo por el repentino movimiento brusco. Limpio la tierra que se ha impregnado en mi cara y decido mirar hacia adelante. Una nube de tierra se ha expandido por todo el lugar, dejándome aturdida y ciega por los granos de arena que entran en mis ojos.

De repente, siento como algo se enrolla en mi cuello con fuerza y brusquedad, impidiendo la falta de aire en mi sistema. Dirijo mis manos hacia esa zona y siento algo viscoso que se escurre entre mis dedos, algo asqueada sigo forcejeando y no cedo ante el agarre. Intento gritar y pedir ayuda, pero nada sale, tan solo boqueo en busca de algo de aire. Pasan cinco tormentosos segundos cuando aquello que impide que el paso de aire llegue a mis pulmones, me suelte y haga que mi rostro golpee de lleno el suelo.

EL CAÍDO (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora