XI: Remiel

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Intento dormir a pesar de los truenos que suenan en el exterior debido a la fuerte lluvia que está cayendo. Lucas yace dormido a unos metros de mí y quiero despertarlo pero luce tan cómodo que solo deshago la idea y me quedo mirando el techo. Otro trueno resuena en la estancia y la habitación se ilumina por el relámpago que le sigue. Me sobresalto del susto y me levanto de la cama para ir por agua.

—Ni se te ocurra dejarme solo —la voz de Lucas me hace pegar un grito cuando estoy en la puerta.

—¡Podías decirme que ya estabas despierto!

—Bueno, ya estoy despierto.

Él rápidamente se levanta de la cama y me sigue, creo que no hay persona más miedosa que Lucas. Así que ambos fuimos a la cocina y después de agarrar cada uno un vaso de agua nos sentamos arriba de la mesa.

—¿Aún piensas en lo que te dijo Louis?

—No se puede olvidar un tema como ese, es algo en lo que he pensado estos días.

Después de nuestra charla con el profesor Louis y aquella revelación, no he podido sacarlo de mi cabeza y he tratado de buscar información, pero en Internet todo es escaso y en la biblioteca no existe algo referente a ese tema. Intento darle vuelta sobre lo que me dijo Maalik y ya tenía una teoría, pero me daba algo de miedo que fuera cierta.

Además de que se ha notado un gran alejamiento por parte de Maalik y Samuel, quizás no somos los más cercanos pero ahora su distancia es algo notable y es desde que Maalik me dijo eso en la cocina. No nos miran, tampoco pasan por nuestro lado y solo ignoran nuestra presencia en clase.

—Yo creo que... —Lucas no termina de hablar, pues en ese momento todo se tornó oscuro.

Lo primero que hago es bajar de la mesa y agarrar las linternas que siempre guardamos en la mesita debajo de la cocina. Enciendo una y la otra se la paso a Lucas. Como buen miedoso que es, toma mi mano y empieza a guiarme en las escaleras para irnos a la habitación. No me extrañaba que la luz se cortara, pues normalmente cuando está lloviendo muy fuerte algunos postes de luces se tienden a explotar y dejar a algunas casas sin luz.

Dejo la linterna en la cama y camino hasta la ventana, retiro un poco la cortina que la adorna y casi no se podía ver nada, solo la lluvia que por ahora no pensaba parar. En el momento que voy a voltear, la figura de alguien a unos metros de mi casa me deja paralizada. No puedo ver bien pero sé que alguien está allí parado y siento que está mirándome.

—Lucas...

—¿Qué?

—Hay alguien afuera.

De repente escucho cosas caer y me volteo para ver a Lucas en el piso tratando de buscar algo.

—¡¿Qué estás haciendo?!

—¿Qué crees que hago estúpida? ¡Hay que llamar a la policía!

Decido mirar nuevamente afuera y retrocedo cuando no veo a nadie allí. Un relámpago ilumina de nuevo la habitación y el trueno que sigue hace que ambos gritemos. En el momento que veo una sombra plasmada en la ventana, grito de nuevo.

—¡AUXILIO NOS ESTÁN ATACANDO! ¿ALÓ? ¿ALÓ? ¿ME ESCUCHAN?

Intento concentrarme en un pensamiento de supervivencia pero los gritos de Lucas no me dejan y el único pensamiento que se viene a mi mente es que nos vamos a morir.

—¡KEY TU TELÉFONO NO SIRVE!

Keyssi, toma mi mano.

—¿Qué?

Toma mi mano.

Mientras él peleaba por mi teléfono, yo simplemente miraba la silueta de esa sombra. De repente sus ojos se iluminan de un color dorado y lo siguiente que pasa es como todo me da vueltas y de repente veo todo negro.

EL CAÍDO (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora