—¿Sabes lo que le hacen a los niños malos que no obedecen?
Me aferro al pequeño cuerpo de la única persona que dice quererme en este lugar. La señora que sostiene aquel cinturón me mira y no deja de repetirme que a los niños malos les va mal. Ella me agarra del brazo con fuerza y Lucas me sostiene del otro.
—Por favor no, no lo haré de nuevo –digo como puedo mientras lloro y ella sigue forcejeando.
Lucas no me suelta, ella tampoco. Lloro de miedo al saber lo que me pasará si Lucas me suelta y esa señora me lleva a la habitación de castigos. Yo no quería hacerlo, pero Lucas tenía hambre, así que fui a la cocina y robé algo de pan para ambos.
De repente otra persona llega y agarra a Lucas con fuerza para que me suelte. Cuando su agarre es flojo en mí, la señora malvada me termina de arrastrar hacia la habitación.
—Esto es por ser una mala niña.
El golpe viene de lleno y grito. Luego del tercer golpe dónde la piel me arde y escuece, vuelvo a gritar. Esta vez no es un grito normal, es uno sonoro que hace las ventanas vibrar y todo cae al suelo de forma sonora. La señora mala me mira de forma extraña al ver lo que sucede.
Ella se aleja lentamente y va hasta la puerta para intentar salir pero no abre. Luego, mira un punto ciego detrás de mí y abre sus ojos con miedo. Quiero voltear, pero el miedo también me toma y solo la miro.
Algo me dice que cierre mis ojos y lo hago, dónde segundos después otro grito suena y no es mío. Sin evitarlo más, los abro de nuevo y la escena que hay enfrente de mí eriza mi piel.
No.
No.
No.
—¡NO!
Un grito escapa de mis labios y abro mis ojos. Lucas rápidamente se acerca para abrazarme y empiezo a llorar con fuerza. Él no para de decir que estamos bien, que nada volverá a hacernos daño, que estamos a salvo. Intento ubicar donde estoy y me doy cuenta que es su habitación. Me aferro a él con fuerza como en los viejos tiempos y cierro mis ojos.
(...)
—Mamá se asustó y le dije que solo tuviste un mal sueño —dice Lucas acostándose conmigo—. ¿Estás bien?
—Soñé con ella. Soñé con lo que pasó.
Él entiende a qué me refiero y suelta un suspiro. Toma mi mano y le da un beso para luego ponerla de nuevo en su lugar.
—Sabes que jamás volverá a jodernos la vida.
Asiento a sus palabras y me acurruco a su lado. No han sido días completamente buenos, por eso mismo he estado en casa de mis tíos desde hace una semana. Una semana en la cual pasó lo del incidente de la sangre que en cuestión de segundos fue lluvia de rumores de que fue una mala broma, ha sido también una semana dónde no he ido a la escuela y tampoco he visto a Maalik. Algo dentro de su entorno me aterra y no sé si estoy preparada para eso.
Desde lo sucedido en la fiesta de Lucas, lo que pasó en mi casa, mis heridas y la charla del profesor Louis, incluyendo la sangre, todo se puso turbio para mí y decidí darme un tiempo para aclarar estas ideas. No sé qué está pasando, no sé porque no puedo recordar algunas cosas y eso me está molestando un poco.
Lucas parece algo tranquilo de que me haya quedado aquí está semana, aunque él si fue a la escuela mientras que yo fui reportada como enferma. Por suerte me ponía al día con las tareas y me pasaba el resto de la tarde viendo alguna serie. Volteo a ver a mi mejor amigo y él se entretiene un rato con su teléfono.
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EL CAÍDO (2)
FantasiNadie sabía lo que era un ángel. Nadie sabía lo que era un caído. Nadie sabía que no se encuentra información de ello en internet o en los libros. Solo saben que existe un Dios, pero... ¿es real? A nadie parecía interesarle ese tema. A excepción de...