—¿Vais a hacer algo esta noche? —musitó Nate mientras engullía un sándwich vegetal. —Mañana no hay clases, es fiesta.
—¿Y eso desde cuándo? —le di un sorbo al zumo que tenía frente a mí, era de manzana pero sabía muy fuerte, algo que por alguna extraña razón me gustó.
La cafetería estaba a rebosar.
Hacía nuevamente un mal día en el exterior, por lo que todas las clases de todos los edificios de ciencias se habían reunido en el gigante comedor para tomar algo antes de continuar con las clases de la mañana.
—Te lo dije la semana pasada. —me señaló con el bocadillo a medio comer. —Nunca escuchas. —miró al resto. —¿Entonces qué?
—Podríamos ir al salón de recreativos. —propuso Axel, que tenia la cabeza apoyada sobre una mano con expresión relajada.
Llevaba toda la semana sentándose con nosotros en los descansos; yo le había dicho que pensaba que era una mala idea, que Naia no tenía que vernos juntos todos los días, pero él rápidamente había rechazado la idea, pensaba que era mejor actuar con normalidad que hacernos los completos desconocidos y luego nos pillaran en otro lado. Sabía que por una parte tenía razón, además, me había acostumbrado tanto a su compañía que no tenerlo cada dos por tres a mi lado me resultaba extraño.
—¿Y jugar a los bolos? —Alice levantó los ojos de la revista por la cual nos había abandonado durante todo el descanso. —Si es así, me apunto. —me sorprendió que no se negara a ir con Axel por su código moral, que le impedía ser amiga de las personas que interactuaran con mi plan malvado, lo cuál me excluía a mí; porque el código de la amistad permitía perdonar las fechorías de tus mejores amigos.
Axel pareció complacido.
—¿Emma?—preguntó volviendo la vista a mí. Le di un largo trago a mi zumo. Hacía tiempo que no salía simplemente a divertirme, así que una parte de mí se animó al menos un poco.
—Supongo.
—Madre mía, esto es el principio del apocalipsis. ¿Tú aceptando un plan que no se desarrolle en tu cueva a la primera? ¿Qué será lo próximo? ¿Yo aceptando tener una relación seria con Marcos? Tengo miedo.
—Pensaba que estabais saliendo. —Axel apoyó esta vez la cabeza entre ambas manos.
Se me había olvidado que se conocieron la noche del Evil Club.
—No, playboy. —respondió Nate con una sonrisa de oreja a oreja. —Yo no me ato a nadie, no quiero acabar destrozado y convertido en una piedra andante. —terminó de decir sacudiendo la cabeza en mi dirección. Le lancé el cartón del zumo vacío pero logró esquivarlo.
Axel chasqueó la lengua.
—Una lástima. —dijo, y no me quedó muy claro si se refería a que Nate no quisiera atarse a nadie o a mi pésima puntería. —Entonces, ¿a las 11 esta noche?
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La mala del cuento ©. [TERMINADA]
RomanceNo hay nada peor en el mundo que un corazón roto, y eso Emma Wallace lo sabe bien. Dos años después de que Cayden se apartara de su vida, Emma sigue sin ser capaz de superarlo. Lo ha intentado todo: sentir indiferencia, mirar hacia otro lado cuando...